El Celta brillaba y Balaídos cantaba cuando apareció la UD Las Palmas para torpedear la fiesta celeste y colorearla de amarillo. Fue la primera gran hazaña del equipo entonces entrenado por Paco Herrera. El segundo punto de la temporada tras el triste empate (0-0) de la semana anterior contra el Levante y una derrota por la mínima en el Vicente Calderón (1-0). Una vuelta después sigue siendo la mayor gesta de Las Palmas en esta temporada, solo equiparable con la victoria ante el Sevilla, entonces depresivo, el empate en un ardiente Mestalla y el punto sumado en San Mamés ante el vibrante Athletic Club. La diferencia la marca un par de detalles que multiplican el valor del resultado: la UD jugó más de 80 minutos con uno menos y el Celta de Vigo iba lanzado en ese tramo de la temporada.
Javi Varas, tras un error de la defensa en la salida de balón, derribó a Iago Aspas dentro del área y el árbitro no tuvo piedad. Tampoco Orellana en la pena máxima. Y tampoco Daniel Wass cinco minutos más tarde. El panorama era desolador para la UD Las Palmas, que tenía por delante más de una hora de partido con un jugador menos y un 2-0 en contra. Sergio Araujo, con un doblete, David Simón, con una galopada tremenda para hacer el 3-3 definitivo y Raúl Lizoain, con un festival de vuelos, dieron nombres propios a la épica. Pero nada hubiera sido posible sin un sacrificio colectivo heroico y una acertada gestión desde el banquillo de Paco Herrera.
Vivía en la UD todavía el debate de una defensa de cuatro o de cinco jugadores. Tras dos partidos con tres centrales cambió la orientación Paco Herrera y puso a cuatro. El resultado fue un baño tremendo del Celta, con Nolito y Orellada desatados en las dos bandas. Pero el coraje de la UD le dio vida con el 2-1 de Araujo, la primera celebración de la UD en la temporada. Nada más volver del descanso un error de Alcaraz lo aprovechó Nolito para hacer el 3-1 que parecía cerrar el duelo.
Pero la UD tuvo fe y Paco Herrera rectificó dando entrada a Aythami por Roque Mesa para fijar una defensa de tres centrales. Vía libre para que David Simón y Dani Castellano volaran por los costados. Así, tras el 3-2, obra de Araujo con la colaboración de Pablo Hernández, el correcaminos hizo méritos para que el club subiera su oferta de renovación. Con el 3-3 la UD se encerró y se encomendó a Raúl, que puso su granito de arena con varios paradones ante el arsenal de Eduardo Berizzo.
Mucho ha cambiado la vida desde entonces. Ahora la propuesta de la UD es diferente, aunque se prevé un partido también vistoso.
