Juan Emmanuel ya es historia en la UD Las Palmas. El centrocampista argentino, uno de los pilares del ascenso a Primera División, rescindió ayer su contrato con el club insular y se marcha al Real Zaragoza, equipo del que fue verdugo en la final de la promoción. Fue una operación exprés, la única que realizó ayer la entidad insular, que cierra la plantilla con 23 jugadores dejando vacantes los dorsales '9' y '19'. El centrocampista, de 32 años, pidió a la entidad una salida debido a la oferta del club maño, donde estará hasta el 30 de junio de 2017, a que consideraba que no iba a tener minutos y a los pitos de la afición en su último partido, el del jueves en Copa del Rey contra el Valencia. La entidad insular, a pesar de que fue él quien pidió la salida, le pagó toda la ficha del contrato que tenía firmado hasta junio de 2016.
En este sentido la decisión de Quique Setién de meter a Momo tras la lesión de Montoro durante el choque ante el Celta del domingo fue un gesto que el argentino entendió como decisivo, lo que se unió a los abucheos. Todo ello motivó que reactivara la opción de marcharse del club insular y encontrar acomodo en Segunda. Eligió el Zaragoza a pesar de que el Mallorca, donde hubiera coincidido con Fernando Vázquez, su entrenador en el Deportivo de La Coruña, también se había interesado.
Esto deja a la plantilla de la UD Las Palmas con cuatro mediocentros, aunque tres de ellos están lesionados: Vicente Gómez, al que le quedan entre dos y tres meses de baja, Montoro, que estará un mes ausente, y Hernán, que apura su recuperación y apunta al duelo de la próxima semana en Sevilla.
Etapa con dos caras
Culio deja atrás una experiencia bipolar en la UD Las Palmas, donde completó una temporada en la que fue clave en Segunda División pero también medio año en el que no se ha adaptado a la categoría. El estilo de juego de Quique Setién no ha sido propicio para sus características y cuando ejercía como mediocentro cometía errores en la salida de balón que en algunos casos costaron goles en contra a la UD, como el del Valencia el pasado jueves, lo que provocó los pitos.
La nota positiva de su trayectoria en la Isla es la temporada del ascenso, en la que jugando como interior izquierdo fue básico en el esquema de Paco Herrera. Hubo dos jugadas en la final de la promoción que simbolizan lo que fue su papel. Primero, la acción en la que, aún con 0-0 en el marcador, salvó un gol con la cabeza y debajo de los palos a remate de un jugador maño. El balón, tras despejarlo Culio, lo escupió el largo. Posteriormente, al borde del descanso, dio la asistencia en el gol de Roque. Ese trabajo oscuro, de sacrificio, de inteligencia con y sin balón dio mucho a la UD de Paco Herrera. Pero el panorama ha cambiado hasta el punto de que seis meses después se va tras recibir pitos.
El jugador admitió ayer en declaraciones a la radio del club que ese gesto fue "clave" en su decisión: "Algunos clubes me querían, yo había dicho que no pero lo que sucedió con los pitos fue clave. Quiero que el club y el entrenador trabajen bien. Y quiero irme con la frente alta de aquí. El primer cambio fue la reflexión mía y dije hasta aquí llegué. El cambio era yo pero creo que el míster no me puso por la gente", explicó el argentino.
Asimismo desveló que el club pagó toda su ficha: "Es la primera vez que un presidente me paga teniendo aún cinco meses más de contrato siendo yo el que se iba", añade. "He compartido vestuarios con muchos grandes jugadores pero ninguno como Valerón, como él nadie. También doy las gracias a la Isla porque yo y mi familia hemos sido muy felices", resumió.
Indignación en Zaragoza
Su cambio de destino no ha sido bien recibido por la afición del Zaragoza, donde han recordado el mensaje que mandó en la celebración del ascenso de la UD. En ese momento se acordó de Popovic, exentrenador de los maños, y del equipo con el grito "se van a Zaragoza con el culo roto". Este martes será presentado en su nuevo club.
