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Un rostro conocido en el banquillo enemigo

Carcedo y los 54.000 euros

El juez Cobo Plana y cuatro empresarios hicieron malabares para que el exfutbolista, hoy segundo de Emery en Sevilla, llegara a la Isla

Carcedo (dcha.) en un entrenamiento junto con Aythami Artiles. J. C. CASTRO

La lesión de Alberto Hernández en enero de la temporada 2004-2005 fue todo un drama para la UD Las Palmas. Él era pieza clave en un equipo que empezaba a reaccionar en su regreso a la Segunda División B, donde el Universidad de Las Palmas dominaba el grupo de aquella categoría. Con la sombra del equipo universitario y al borde de la desaparición, en pleno proceso concursal con el juez Cobo Plana supervisando cada céntimo que entraba o salía del club, Juan Carlos Carcedo -hoy segundo entrenador del Sevilla CF- entró en escena.

El técnico Carlos Sánchez Aguiar estaba al mando de aquella UD. Su pasado y el de Carcedo estaban unidos por el Atlético de Madrid. En el filial rojiblanco compartieron etapa en la estancia de aquel equipo en Segunda División, cortada por el descenso del primer equipo a la categoría de plata. En las arcas de la UD no había prácticamente nada y en la posición de pivote, sin Alberto, y con el argentino Óscar Mena fuera de la entidad, tampoco había mucho más. Sánchez Aguiar y el secretario técnico, Fernando Abad, veían clave la incorporación de un fichaje para mantener el nivel de la plantilla. El hombre elegido era Carcedo.

Sin embargo, con un expediente de regulación de empleo sobre la mesa y la negativa de la administración concursal, la insistencia de Sánchez Aguiar y de Abad para su contratación hizo que el juez Cobo Plana buscase una vía legal alternativa para contratar a Carcedo. Y lo consiguió. Detrás, los empresarios Nicolás Ortega, García Navarro, Miguel Ángel Ramírez y Armando Fuentes Falero sufragaron los 54.000 euros que iba a costar su fichaje.

Sin embargo, los resultados no fueron del todo los esperados. En esa segunda mitad del campeonato, Carcedo sólo pudo disputar cinco partidos tras recaer de su rodilla. La campaña fue la peor de la historia del equipo amarillo, que ni siquiera pudo estar en el playoff por el ascenso a Segunda. No obstante, los informes técnicos aconsejaron que continuara en la disciplina grancanaria un año más. El inicio de la temporada 2005-2006, la del retorno a Segunda, empezó con Juan Carlos Carcedo como parte activa del equipo. El paso de las jornadas lo relegó a la suplencia y de ahí dio un salto que cambió su vida: del césped al banquillo.

En la lista de bajas del mercado invernal aparecía el nombre de Carcedo. Pero Josip Visnjic le ofreció algo al futbolista riojano. La propuesta: ser su técnico ayudante, algo que el mediocentro aceptó de inmediato.

La salida final del serbio del banquillo de la UD Las Palmas y la llegada de Juanito Rodríguez no alteró el plan. Con Carcedo de segundo, la UD Las Palmas logró volver a Segunda División varios meses después.

Ese mismo verano se separó el camino entre ambas partes. Juan Carlos Carcedo recibió la llamada de Unai Emery, que iba a tener su primera oportunidad de dirigir un banquillo en el fútbol profesional de la mano del Almería. Carcedo y Emery habían coincidido una temporada en el Leganés, donde ambos entablaron una relación de amistad que se ha traducido en un tándem de éxito.

Siempre al lado del entrenador guipuzcoano, juntos consiguieron el ascenso con el Almería, lo dejaron octavo en Primera División y emprendieron el viaje a Valencia. Después tocó la etapa por el Spartak de Moscú para dar paso a una era de triunfos en Sevilla con dos títulos de la Europa League. Un camino en los banquillos que no hubiera sido igual sin su paso por la Isla.

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