El 3 de junio de 2015 se acabó. Esa fecha, el ciclo de Xavi Hernández, el arquitecto del centro del campo del FC Barcelona, puso fin a sus días como futbolista en el club de su vida. En la última temporada, aunque sus minutos en el campo disminuyeron con respecto a sus últimas temporadas, su fútbol rondó alrededor del Barça. Clave en convertir al conjunto catalán en el mejor equipo de la última década -eso dicen los títulos-, su participación en el tramo final de los azulgranas determinó el resultado: un triplete -segundo en la historia del club- con Liga, Copa y Champions.
Xavi era el reloj del Barça y de la selección. Con Guardiola y Del Bosque alcanzó su tope en el fútbol. Un deporte que añorará su capacidad de reflexión con el balón para funcionar con él como un metrónomo en busca del compás perfecto. Un jugador único que hoy ya no está.
Sin embargo, su esencia sigue presente en el Barcelona. Nadie trata de imitarle -es imposible-, pero su capacidad para imprimir un estilo se ha mantenido inalterable en Barcelona. El cuero, el fútbol de asociación y el dominio de la posesión para atacar no se desprecia. Una esencia que ha evolucionado con la llegada de futbolistas de otro perfil a Barcelona.
Rakitic, que cumple su segunda temporada en Barcelona, se ha convertido en un elemento básico para Luis Enrique. El croata, más allá de tener un buen manejo de la pelota, aporta extras y variantes al juego del Barça. Por un lado, es capaz de completar buenos desplazamientos en largo. Por otro, de romper líneas con desmarque tras pase con un plus más: su golpeo a portería desde fuera del área.
Además, desde diciembre, después de la sanción de la FIFA para inscribir a nuevos jugadores, Arda Turan es uno más en la plantilla.
Intentándose adaptar a su nueva posición de volante, sin tanta libertad como en el Atlético, Luis Enrique busca que encuentre su sitio cuanto antes.
Con Rakitic como fijo y nuevo hombre de referencia en la medular, a su lado danza un genio de esto llamado fútbol: Andrés Iniesta. Reconvertido como fijo en zonas más centradas, sin tanta presencia en la banda, ahora es su turno. En un estado de madurez perfecto somete al balón a base de talento para ser la brújula.
Y si él lleva el timón, Busquets funciona de ancla. Robar y distribuir con criterio, siempre bien colocado en un trabajo posicional perfecto. El '5' no estará en Gran Canaria. Las opciones que se le abren a Luis Enrique es sacar a Mascherano de atrás o bien posicionar un centro del campo sin un stopper. En ese caso, Sergi Roberto, valor al alza de la cantera azulgrana esta temporada, está en el centro de la diana.
