Gran Canaria espera este fin de semana no sólo un temporal de lluvia y viento, sino un huracán deportivo llamado MSN. El FC Barcelona arriba a la Isla para enfrentarse esta tarde a la UD Las Palmas con el tridente ofensivo de Messi, Suárez y Neymar en su cenit de la temporada. Entre los tres artilleros suman 56 goles en el campeonato nacional. El delantero argentino ha visto portería en 15 ocasiones, el charrúa, pichichi de la Liga, en 24 -iguala a Higuaín, del Nápoles, en la tabla de la Bota de Oro-, y el malabarista brasileño, en 17.
El conjunto blaugrana llega como líder indomable de la Liga, tras derrotar al Sporting de Gijón 1-3, donde el astro argentino convirtió su gol número 300 con la elástica culé. Un bombona de oxígeno de seis puntos sobre el Atlético de Madrid y siete sobre Real Madrid acomoda a los de Luis Enrique como líderes, mientras que el cuadro de Quique Setién se quema en la zona roja de la tabla, terceros por la cola, con 21 puntos.
Firme un día bueno o mediocre, la línea ofensiva del cuadro azulgrana es una de las más sólidas y temidas de la Liga BBVA. En lo que llevamos de campeonato, Levante, Rayo, Eibar, Real Madrid, Real Sociedad, Real Betis, Granada, Athletic Club y Celta han sufrido el zarpazo del tridente, entre cuatro y seis goles.
La zaga de la UD Las Palmas espera poder aguantar este vendaval ofensivo sobre el césped del Estadio de Gran Canaria de la mejor manera posible. Con el lateral derecho David Simón y Dani Castellano entre algodones en la enfermería, la retaguardia amarilla estará compuesta por David García en el costado derecho, Garrido por el izquierdo, y en el centro, la pareja Aythami y Bigas. El mallorquín se verá de nuevo las caras con Messi, tras el choque fortuito que protagonizaron en el Nou Camp y que dejó a la Pulga lesionado dos meses.
La química que existe entre la MSN noquea a las zagas enemigas. Con rápidos movimientos y triangulaciones, pases medidos y casi al primer toque, regates y quiebros de cadera, Messi, Neymar y Suárez se libran de sus marcajes con aparente facilidad. En especial el argentino se pasea entre los defensores como le place y los arrastra allá donde vaya, atemorizados sin querer provocarle falta.
