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La afición amarilla se enfrentó a la policía sin miedo alguno

Días después del partido, el Insular apareció con pintadas de 'Canarias Libre'

La afición amarilla se enfrentó a la policía sin miedo alguno

El reportaje de la revista Panenka ahonda más que en lo deportivo en las connotaciones políticas de la época y en lo que significó la airada protesta de los canarios ante el atropello sufrido en el encuentro futbolístico. Así, el reportaje de Aitor Lagunas en Panenka hace hincapié en la situación que vivían las Islas Canarias en los inicios de los años 60.

Tras décadas de abandono por parte del Estado, la población pasaba por un sinfín de penurias: carestía económica, de vivienda, de acceso a agua potable..., se señala en la revista, para introducir a posteriori la masiva emigración canaria a tierras latinoamericanas -sólo en el año1961, 20.000 grancanarios abandonaron la isla-, así como lo que ello significó como caldo de cultivo para las masivas protestas que comenzaban a darse por entonces contra el régimen franquista: la lucha de clases, democracia, independentismo...

"Tras el asesinato encubierto de Juan García, el Corredera, nació el movimiento Canarias Libre, que fue calando en la gente de izquierdas", señalaba ayer el historiador Agustín Millares al recordar que "aún era un niño cuando aquel partido, pero lo recuerdo porque vivía por la zona y por la mañana había estado viendo a los diablillos. La gente salió muy cabreada del Insular y se enfrentaron, sin miedo alguno, a la policía a pedrada limpia. La reacción a pecho descubierto motivó a Canarias Libre, que después hizo unas pintadas en el Estadio".

También Ernesto Aparicio, jugador amarillo en aquella temporada, pero que no disputó el encuentro con el Córdoba, señalaba ayer que "fue una protesta grave. La gente reivindicaba igual trato que los peninsulares y creo que fue el gobernador civil, Avendaño Porrúa, quien lo pasó mal, porque se parecía al árbitro y casi le pegan".

Panenka, en su reportaje, concluye que esa protesta motivó que "las autoridades dejaran de ver -a Canarias Libre- como unos chavales sin peligro y optaron por desarticular su movimiento", con lo que poco después se producían las detenciones de sus principales cabecillas, como "Fernando Sagaseta, los hermanos Arturo y Jesús Cantero, Manolo González Barrera, Luis Alsó, Manolo Bello o Armando León, entre los que me vienen ahora a la memoria", señalaba Agustín Millares.

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