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UD Las Palmas La historia

La esencia de Luis Molowny

El vínculo entre la UD y el Madrid, a partir de la figura del 'Mangas', fue directo durante décadas

Canarios de leyenda.

Luis Molowny Arbelo. Ese es el nombre del hombre que, en la siguiente historia, ejercerá de pegamento entre la Unión Deportiva Las Palmas y el Real Madrid. El vínculo fue evidente durante décadas, no fue un asunto superficial. Basta con rascar un poco para encontrar la esencia del maridaje entre el amarillo del Insular y el blanco de Chamartín que protagonizaron tipos como Miguel Muñoz, Héctor Rial, Roque Olsen, Antonio Ruiz, García Remón, Antonio Betancort, Felo Batista o Quique Wolff, todos con militancia en ambos equipos. Pero más allá de entrenadores y futbolistas, en esa mezcla entre los dos clubes hay algo más: una manera de hacer las cosas, de afrontar los retos y entender el fútbol que durante mucho tiempo, en ambas orillas, llevó el sello de Molowny.

Z Bernabéu y 'La Vanguardia'

"Déjate de hostias y fíchalo. Ya hablaremos a tu vuelta". Cuenta la leyenda que esas fueron las palabras que Santiago Bernabéu le dirigió a Jacinto Quincoces, secretario técnico del Real Madrid en 1946, después de que éste emitiera un informe negativo sobre las condiciones de Luis Molowny como futbolista.

La incorporación del jugador canario al club blanco, además de las reticencias de Quincoces, tuvo mucha miga. Iba Bernabéu de camino a Barcelona cuando el tren en el que viajaba se detuvo en Reus. El jerarca de la entidad de Concha Espina aprovechó la parada técnica para hojear La Vanguardia y allí, entre líneas, dio con la noticia futbolera del día en Cataluña: el Barça había enviado un emisario a Gran Canaria para cerrar el fichaje de Molowny, que entonces militaba en el Marino FC -uno de los cinco clubes que en 1949 se unieron para fundar la UD Las Palmas-.

Bernabéu encontró un teléfono en la estación de Reus y, de inmediato, llamó a Quincoces para transmitirle una orden: que tomara el primer vuelo rumbo a Gran Canaria para concretar la operación. El detalle del avión no resultó baladí: el emisario del Barça viajó hacia Canarias en barco y cuando puso un pie en la Isla se enteró, tras leer un teletipo de la agencia Alfil, que Molowny ya era jugador del Real Madrid -tras abonar el club blanco 250.000 pesetas al Marino FC por su traspaso-.

Todo lo que vino después, con Molowny enrolado en la entidad merengue, forma parte de la mejor parte de la historia del Real Madrid. Como futbolista -jugaba como delantero y era conocido como El Mangas- ganó dos títulos de Liga (1954 y 1955), una Copa (1947), una Copa de Europa (1957) y una Copa Latina (1955). Como entrenador fue mucho más que un técnico. Reclutado por Bernabéu en 1974 para ocupar un despacho y controlar la cantera que se formaba en la Ciudad Deportiva de La Castellana, su presencia en el banquillo blanco siempre fue accidental, para apagar el fuego generado por la destitución de turno -relevó en el cargo a Miguel Muñoz, Miljan Miljanic, Vujadin Boskov y Amancio Amaro-. Y en estados de emergencia, el negocio no se le dio mal. Logró tres Ligas (1978, 1979 y 1986), dos Copas (1974 y 1982), una Copa de Liga (1985), dos Copas de la UEFA (1985 y 1986) y dotó de sentido común al gigante blanco, al que conocía a la perfección, en momentos delicados.

Z 'Los diablillos amarillos'

Pero entre el futbolista Molowny que formaba en la delantera del Real Madrid con Di Stéfano y Gento y el entrenador Molowny que ganaba títulos al mando de la Quinta del Buitre, Molowny trabajó para hacer grande a la UD Las Palmas. En 1957 regresó a Canarias para ejercer como jugador-entrenador del equipo amarillo. Retirado, en 1962 dirigió a la selección juvenil de Las Palmas que se proclamó campeona de España en la categoría.

En aquel equipo ya despuntaban Germán Dévora, Paco Castellano, José Manuel León, Óscar o Martín I, futbolistas con los que Molowny se reencontró en 1967 en las filas de la Unión Deportiva Las Palmas que, bajo su mando, firmó sus dos mejores temporadas en Primera División: tercero en 1968 -peleando con el Real Madrid hasta la penúltima jornada por el título de Liga- y subcampeón en 1968.

Z La final de Copa con Muñoz

Instalada la UD Las Palmas en la élite -asentada en Primera División y presente en la Copa de Ferias y la UEFA- con una columna vertebral formada por futbolistas de la tierra, en el club amarillo apostaron por Antonio Betancort para el puesto de secretario técnico después de que el portero internacional, tras militar en la Unión Deportiva, Deportivo de La Coruña y Real Madrid, colgara la botas.

Con Betancort como secretario técnico, el vínculo con el Real Madrid y Molowny se mantuvo en pie. En 1970, al banquillo de la UD llegó Héctor Rial -que como jugador había compartido minutos de juego con Molowny en la delantera del equipo blanco-. Siete años después, en 1977, el elegido fue Miguel Muñoz, capitán de la plantilla merengue que ganó sus tres primeras Copas de Europa y entrenador del conjunto madridista que conquistó los siguientes tres títulos en la máxima competición continental.

Con Miguel Muñoz, que entre 1983 y 1988 fue seleccionador español -cargo que también ocupó Molowny-, Las Palmas de Carnevali, Brindisi y Morete alcanzó la final de la Copa del Rey de 1978, cita en la que cayó ante el FC Barcelona de Johan Cruyff en el Santiago Bernabéu.

Z La promoción ante el Oviedo

Tras pasar cuatro años en Segunda B, entre 1992 y 1996, a Las Palmas le dio un ataque de nuevo rico. Bajo el control de Gerencia Deportiva, la entidad de Pío XII se lanzó al mercado sin reparar en gastos. En busca del regreso a Primera División, pagó tres millones de euros a Velez Sarsfield por el traspaso del Turu Flores y, tras un primer intento fallido, reclutó como entrenador a otro hombre criado en la Ciudad Deportiva del Real Madrid de La Castellana bajo la supervisión de Molowny: Mariano García Remón.

Con el técnico madrileño al frente, el equipo amarillo se mantuvo 21 jornadas consecutivas sin perder y, tras varios tropiezos en el tramo final del curso, se jugó el ascenso con el Real Oviedo en una promoción en la que salió triunfador el equipo carbayón.

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