Un viaje al corazón del guerrero. Talento del Roque Nublo en la cima del mundo. Jesé Rodríguez (80 partidos oficiales con el Madrid) afronta esta tarde (19.30, Movistar Plus, Canal Plus Liga El partidazo) su primera visita al Gran Canaria ante la UD en la máxima categoría. En la liga de la estrellas, será la segunda vez que se cruce con los amarillos, ya que en la primera vuelta ya superó a Javi Varas en el Bernabéu.
Pero pisar el partenón de Siete Palmas, como escudero de Cristiano Ronaldo y Bale, supone un viaje hacia los orígenes. A sus 23 años, asume la batalla ante la UD desde la arista más emocional. Llega el capítulo más íntimo del volcán de La Feria, que cuenta con 16 goles en su expediente con el Madrid, tras debutar en noviembre del 2011 -de la mano del técnico luso Mourinho-.
La Plaza Santo Hermano Pedro, en el corazón del barrio del Pilar, era el laboratorio mágico de Jesé. Su campo natural de operaciones. El patio del genio de Lomo Chinche. En la escuelita del CD Virgen del Pilar comenzó la aventura. Cinco cursos bajo el manto de esta modesta cadena, que cuenta en la actualidad con 88 jugadores federados. Dos temporadas en la 'escuelita, dos en el Benjamín y uno en el Alevín. A las puertas de la contienda más pasional de JR20, los artesanos que pulieron su nervio y talento tropical desvelan las claves del niño prodigio.
Z Trofeos y gen competitivo
Diamante pulido en cadena humilde. El último producto de la categoría de jugador de barrio. En la misma sintonía que Jonathan Viera o Vitolo. Carmen Marqués
Cedrés ocupa el cargo de secretaria en el CD Virgen del Pilar. Ha sido entrenadora, presidenta, coordinadora...Junto al campo del Pilar, se encuentra el patio de Jesé. Escenario callejero, la selva de los pícaros, con dos porterías. Y un balón. "Amaba los trofeos, le fascinaba ganar. Solo quería ganar y competir. Han pasado jóvenes con condiciones, talento en estado puro, pero Jesé era especial. Tenía la portería en la cabeza, cada balón que tocaba terminaba en la red de la meta rival. Llevaba el gol en la sangre. Nació para esto", determina, a la vez que enfatiza en las manos artesanales que catapultaron a Jesé a la meca del balón del Santiago Bernabéu.
"Domingo García, Echedey Díaz, Merino...Fueron muchos los entrenadores y formadores que colaboraron en su período en el Virgen del Pilar [que a finales de los noventa tenía la denominación de Aguaviva Virgen del Pilar]. En la 1999-00, con seis años, ya era la estrella del Pre-Benjamín del CD Pilar. "Siempre estaba en su patio; tras el entreno seguía con el balón. ¿El secreto? Su capacidad innata para competir y mejorar. Es un inconformista. Siempre destiló ilusión y optimismo. Eso sí, cuando perdía, era un huracán. Un terremoto, pero mañana [hoy para el lector] es un motivo de orgullo. Se fue -al Huracán- como jugador alevín de segundo año. Y en el resto de la travesía, en su carrera, siempre nos ha llevado en su corazón. Es humilide y un luchador tremendo".
Del Huracán al Castilla. Internacional en las categorías inferiores de la Roja, llegó el glamour del primer equipo.Compartir vestuario con Cristiano Ronaldo y el aroma a Calvin Klein con la gloria de los títulos. Una Liga, una Champions, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. "Somos de la UD, más amarillos que nadie, pero nos alegra ver la evolución y consolidación de Jesé en el cuadro de Zidane. Merece más minutos, en el barrio, todos quieren ser Jesé".
Z Culé de corazón
Víctor Hernández fue técnico de Jesé en el Virgen del Pilar y confirma que en esos primeros coqueteos con el balón era culé de corazón. "Era del Barça cerrado, siempre lo ha dicho. Luego le llamó el Madrid -edad cadete- y se ha convertido en el gran exponente de talento de la cantera de la factoría de Valdebebas. También de la grancanaria, y de los sectores más modestos. Hablo con él por teléfono y no ha perdido un gramo de modestia. Es uno más en el barrio, aquí está su casa. Y su patio", realza el colaborador con los equipos de base.
Carmen Marqués y Víctor Hernández realzan el registro batallador de Jesé Rodríguez. Que se cruza con la UD en búsqueda de minutos, gloria y más trofeos. "El días más feliz fue cuando tenía siete años y en un asadero mostró con lágrimas en los ojos la copa de máximo realizador de un torneo", apostilla Hernández. La misma mirada cuando levantaba la Champions con Sergio Ramos en La Cibeles. Es la historia del Cristiano Ronaldo de gofio.
Músculo, velocidad y pegada. Todo a 200 km/h. Sangre amarilla en un Real Madrid galáctico. Junto al coloso Cristiano, respira el niño del Pilar. Artillero atómico que respira en un patio. Es la historia del genio irreverente de Lomo Chinche.
