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UD Las Palmas El reportaje

Ángel y la venganza en Anoeta

El lateral, único superviviente en la UD del descenso a Segunda frente a la Real en 2002, busca saldar cuentas

Ángel y la venganza en Anoeta LA PROVINCIA / DLP

El retorno de Ángel al cementerio. La travesía del superviviente a una plaza diabólica. El defensa internacional de la UD Ángel López Ruano (35 años) vuelve a pisar Anoeta como amarillo en la máxima categoría. 5061 días después del traumático descenso a Segunda el 11 de mayo del 2002, el sureño es el líder espiritual de la legión de Setién [activo más veterano en la lista de 19 ante la baja por decisión técnica del genio Juan Carlos Valerón (40)].

El destino es macabro. En la glorieta donde la UD puso la directa hacia el abismo, esta tarde (17.15 horas, Movistar Plus, Canal Plus Liga) puede sumar tres puntos vitales para escapar de las llamas del descenso -se pondría con 33, a falta de 8 jornadas, 4 en Siete Palmas-.

Ángel López reclama venganza en la zona cero del 'pío pío' para dar un paso de gigantes por la salvación (cifrada en 40 puntos). La primera de las nueve finales que restan presenta una notable carga emotiva para el ex del Celta, Villarreal y Betis. Hay una deuda pendiente con la historia. Cicatrizar la herida del 11-M es una obsesión. Y de paso lograr la primera victoria en el Estadio de Anoeta (se inauguró en 1993 tras la demolición del mítico Atocha).

Z Tarde de auriculares

Aquel hundimiento a los infiernos provocó 13 años de peregrinaje entre Segunda y Segunda B. Hasta que llegó el 21-J, con Ángel como titular en el lateral izquierdo (en la 2014-15 completó 28 partidos con 2458'). De héroe a combatiente silencioso. Tras renovar hasta junio del 2017, el internacional y con 20 partidos de Champions en su expediente, sufrió una grave lesión de rodilla en la pretemporada. Ocho meses después, ante el Villarreal en El Madrigal, debutó el pasado 5 de marzo.

Fue su partido 157 de amarillo, para el único superviviente de la anterior etapa en Primera -temporadas 2000-01 y 2001-02-. Cuenta con 298 partidos en la máxima categoría, pero el de hoy le acelera el pulso. Hay que montarse en la máquina del tiempo y revivir un final estrepitoso. Tras un meritorio empate en el Camp Nou, en las últimas seis jornadas la UD solo sumó tres puntos -igualadas ante Zaragoza, Sevilla y la citada ante la Real Sociedad-. Un botín insuficiente para los de Fernando Vázquez que entregaron la plaza con 40 puntos, a solo dos de Osasuna. En esa fatídica 38ª jornada, se dispararon las carambolas. A los amarillos solo les valía la victoria en Anoeta y esperar la derrota del Mallorca en su feudo -se medía al Valladolid, que no se jugaba nada-. No hubo milagro. Varapalo.

Los amarillos formaron con Orlando Quintana bajo palos; Ángel, Álvaro, Schürrer y Paqui en la zaga. En la medular, Josico, Samways, Pablo Lago y Edu Alonso. Con Jorge Larena con libertad de movimientos, Orlando Suárez hizo de nueve -lució el brazalete de capitán-. En el minuto 27, Larena superaba de penalti al portero de la Real Sociedad Westerveld. En San Moix, Fernando adelantaba al Valladolid. Al llegar al ecuador de esa última jornada, la UD estaba salvada. Pero el bloque bermellón remontó y se puso (2-1). Sepultó el sueño amarillo. Kovacevic firmó el (1-1) en el cementerio.

Sarasúa, Socorro y Rubén Castro saltaron el césped en el segundo acto. El sueño de la UD solo duró dos años en el Olimpo del balón.

Z Travesía de ida y vuelta

Tras ascender en mayo del 2000 ante el Elche, en el maldito 11-M se apagó la luz. De la relación de 14 jugadores que participaron en la última jornada de la 2001-02, solo siguen en activo Larena -AEK Larnaca-, el zaguero Álvaro -en el Vila Nova de la Serie B del Campeonato Brasileño- y Rubén Castro (Betis).

Y de amarillo, Ángel López. El defensa dejaría la UD en la siguiente 2002-03, tras disputar en enero de 2003 el último choque de su primera etapa ante el Tenerife (1-0). Se fue a lo grande, liquidando al ogro del Teide. Militó cinco campañas en el Celta de Vigo, otras cinco en el Villarreal y una en el Betis. Abrazó la gloria de la selección y Champions.

En junio del 2013, regresa a la UD, y ahora exige venganza en Anoeta -no estuvo en la eliminatoria de Copa del pasado diciembre ante la Real por lesión-. Trece años después, con 298 batallas en la mejor liga del mundo, evoca la debacle para tumbar a la Real por la salvación perdida en 2002. "Siempre nos quedó esa espinita clavada, fue duro perder la categoría así. Y más con el equipo de tu tierra y corazón. Pero ya estamos en Primera, hay que mantenerse como sea", ha repetido el sureño, que reta a la Real por novena ocasión en su fortaleza y no ha logrado la victoria. Llega el gran desafío del pit bull indomable.

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