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UD Las Palmas La contracrónica

La mejoría del buen estudiante

La UD se impone en Anoeta en su partido con menos posesión de balón de la era Quique Setién

La mejoría del buen estudiante

Quedaban diez minutos para el final e Íñigo Martínez, que había sido un buen amigo para la UD Las Palmas en toda la tarde, se coló por la banda derecha de la zaga amarilla y dejó atrás a Roque Mesa. El internacional español encaraba el área con mucho peligro, pero allí acudieron como balas para hacer la cobertura David García y Nili Perdomo, que adelantaron al central y se retaron para ver quién despejaba primero. Fue una acción que sirve para resumir el partido y, sobre todo, la segunda parte. Así, en un alarde de solidaridad y sacrificio, abortaba el equipo insular todas las aproximaciones del rival que apuntaban a convertirse en una ocasión. Y se repitieron una y otra vez porque la Real Sociedad no paraba de intentarlo.

Los de Eusebio Sacristán, que mantiene una apuesta similar a la amarilla, movieron el balón de un lado para otro, con mucha insistencia y empuje. Buscaban un hueco con más corazón que cabeza y no lo encontraron porque enfrente tenían a un equipo que no concedió ni un metro. A una roca. Si Yuri conseguía llegar hasta la línea de fondo y centrar, surgía una cabeza amarilla para despejar, si Oyarzábal se colaba en el área y buscaba la escuadra volaba Javi Varas -la mejor oportunidad donostiarra- y si Carlos Vela se entrometía entre los centrocampistas ahí estaba Mauricio Lemos o Aythami Artiles para cortarle el paso.

Ayer, en Anoeta, la UD fue una máquina de competir. Le duró poco la pelota, fue impreciso en los pases condicionado por el estado del césped y la presión del rival, pero defendió su gol con orden y coraje. Como el tesoro que era. Nunca en la era Quique Setién había tenido el equipo insular tan poca posesión de balón. Lo disfrutó solo en un 38 por ciento del tiempo. El récord 'negativo' desde el aterrizaje del cántabro se había dado en El Madrigal con un 43 por ciento. Y en ambos partidos la UD Las Palmas se ha llevado la victoria.

No tiene ni punto de comparación las dos últimas visitas, y también la de Eibar, donde la UD ganó aunque tuvo algo más de posesión -un 49 por ciento-, con la del Ciudad de Valencia. Fue el 25 de enero y los amarillos completaron uno de sus peores partidos de la temporada -posiblemente el peor con el cántabro- a pesar de conservar el cuero el 70 por ciento del tiempo, su mejor dato del curso. La cuestión es que ahora sabe emplearlo mejor. Y es que ante el Levante, a pesar de que marcó dos goles le costó generar ocasiones.

Las clases de Barranco Seco

El equipo amarillo, en estos dos meses, ha aprendido a adaptarse a las circunstancias sin perder su esencia. Se comporta como un buen estudiante. Cada semana el vestuario de Barranco Seco se convierte en una clase. Los jugadores ven vídeos del último partido y los profesores Quique Setién y Éder Sarabia les indican, incluso de manera individual, lo que hicieron bien y lo que hicieron mal para mejorarlo en el próximo encuentro. Además, cada semana de entrenamiento es diferente a la anterior. Y el trabajo diario ha tenido una especial repercusión en los dos últimos meses, desde que el equipo ha podido trabajar con más tranquilidad desde el adiós a la Copa.

Así, la UD ha evolucionado para convertirse en conjunto más efectivo y serio, con las ideas muy claras. En los primeros meses con Quique Setién al mando logró actuaciones soberbias como en Mestalla, San Mamés o ante el Granada. Pero ahora hay más matices. Sobre todo en defensa, pero también en ataque, donde se muestra más vertical. El nuevo dibujo, con dos jugadores de una calidad portentosa por delante de un pivote que no para de correr da más verticalidad. Y Willian José es una gran solución para la salida de balón.

El pase en corto y la paciencia con el cuero en los pies sigue siendo el plan A de la UD Las Palmas. De hecho, a Getafe y Real Madrid, las dos últimas citas en casa, les sometió a través de la posesión. "La filosofía es innegociable", dijo Quique Setién en su presentación. Pero ahora el equipo amarillo tiene más armas. Como sucedió en Villarreal marcó a balón parado en la primera parte y en la segunda protegió su portería con uñas, dientes y todo lo que hiciera falta.

La defensa, la mayor evolución

Y es que las mejores notas las está sacando en defensa. En esta gran racha de victorias ha logrado dejar la portería a cero en cuatro de los últimos cinco partidos. Y ayer lo firmó a pesar de un acoso continuo. Mauricio Lemos, el mejor del partido, ha entrado de pie y tanto con Pedro Bigas como con Aythami Artiles ha demostrado ser un central de un futuro enorme. Jonathas no la olió en toda la tarde a pesar de los numerosos centros laterales que intentaron los donostiarras.

Esa mejoría en tareas defensivas tiene otros dos nombres propios: David García y Javi Garrido. Los dos veteranos se volvieron a comportar en los laterales como dos centrales. Taponaron muchos centros que amenazaban con convertirse en gol. Siempre atentos, evitaron internadas de peligro de Carlos Vela, Yuri, Oyarzábal y de todo el que lo intentaba por su lado. Solo cometieron errores en las dos faltas prescindibles en las que vieron sendas amarillas justas.

No se complicaron y, como el resto del equipo, demostraron que las clases diarias funcionan. La UD está de matrícula de honor.

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