La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

UD Las Palmas La noticia

La UD homenajea a García Panasco

El club presentará el viernes, 1 de abril, una estatua con su figura en el Estadio de Gran Canaria

La UD homenajea a García Panasco LP / DLP

Jesús García Panasco, don Jesús, como le llamaban todos o el Chucho, como también le llamaban muchos de los jugadores de la época -aunque nunca directamente a él-, recibirá este próximo 1 de abril un reconocimiento de parte del club de su vida. La UD Las Palmas tiene previsto este próximo viernes, día previo al partido con el Valencia, inaugurar en el Estadio de Gran Canaria un busto con su figura.

Don Jesús García Panasco ha sido y sigue siendo una de las figuras emblemáticas dentro de la historia de la UD Las Palmas, club al que dedicó treinta y tres años de su vida, deviviéndose cada día por hacerle más grande dentro del panorama futbolístico nacional.

Nacido -"por accidente", según explica su hijo Jesús, "porque su madre era de allí y en aquella época las mujeres acudían a dar a luz donde habían nacido o donde estaban sus madres"-, en el municipio lanzaroteño de Yaiza, el 4 de diciembre de 1920, pronto regresó a Gran Canaria, donde cursó sus estudios en el Colegio Corazón de María, popularmente conocido como el Claret.

Ya desde muy pequeño el fútbol marcó su vida. Era todo un entendido en este deporte y además de haberlo practicado como jugador, desde muy joven inició su carrera de entrenador, que posteriormente dejaría de lado por dos razones.

La primera de ellas, porque se vinculó a la Federación de Fútbol de Las Palmas, como presidente del Comité de Competición; y, la segunda, porque entró a formar parte del organigrama directivo de la UD Las Palmas.

Su primer contacto con la entidad amarilla data justo de la misma fecha de la fundación de la UD Las Palmas con ocasión de la fusión de los cinco equipos regionales que la formaron: RC Victoria, Marino, Gran Canaria, Atlético y Arenas. Él era, en ese momento, integrante del Atlético, en el que llegó a ejercer de entrenador.

Pero su vinculación definitiva con el club no acaece hasta diez años después. El 16 de julio de 1958 decide aceptar la propuesta que le realiza el entonces presidente de la entidad, Cecilio López Pérez, para integrarse en la UD Las Palmas como su secretario general. Fecha señalada y a la que siempre hacía referencia porque era la festividad de la Virgen del Carmen. Y de ahí hasta que, en 1991, bajo la presidencia de Gonzalo Medina, le llega su jubilación, después de 33 años de servicios al club.

Hombre familiar

Casado con doña Concha Morales, Jesús García Panasco tuvo cuatro hijos: María, Ana, Jesús y Guillermo. "Era un hombre muy familiar", señala su hijo Jesús, quien añade "en casa también era un hombre muy serio, correcto y austero. Nunca levantaba la voz, y aunque le veíamos poco, por sus viajes y su trabajo con la UD Las Palmas, fue un gran padre. También era muy religioso".

Y es que para don Jesús eran cuatro las directrices de su vida: Dios, la familia, la UD Las Palmas y su canariedad, sus islas queridas. Su Canarias. Así lo corrobora su propio hijo Jesús, quien, como es obvio, tiene infinidad de anécdotas vividas al cobijo de sus alas. "Era muy protector, con todo el mundo, a pesar de ser un hombre muy callado. Una anécdota, por ejemplo, podría ser que salía de casa siempre con lo puesto. Nunca llevaba tarjetas de crédito ni nada de eso. Mi madre le daba el dinero para pagar el taxi desde casa hasta el club y era lo único que llevaba en el bolsillo, porque luego siempre aprovechaba a alguien para volver".

Ese amor a su familia y a sus islas le llevó a rechazar, en varias ocasiones, interesantísimas ofertas de equipos peninsulares para ejercer en ellos sus funciones, como fueron los casos, principalmente, del Valencia, así como también del Zaragoza y el Sabadell.

"En casa nunca habló de su trabajo. Ya digo que era un hombre muy callado y reservado, pero sabía mucho de fútbol y no es de extrañar que tuviera esas ofertas, que siempre se dijeron en todos los corrillos futbolísticos", indicaba Jesús García-Panasco hijo.

Conociéndole un poco más en su vida familiar, su hijo Jesús rememora alguna otra anécdota. "Por ejemplo, era un hombre que cantaba muy, pero que muy bien. Pero no se prodigaba en ello a pesar de que, en las reuniones familiares, con sus hermanos, cuñados y demás, se lo pedíamos en más de alguna ocasión. También era tan recto, que una vez se llevó un gran disgusto por mi culpa. Yo jugaba al fútbol, no era muy bueno pero tampoco era tan malo. Yayo Bueno, que era el coordinador de filiales, me fichó para el juvenil C. Cuando se lo dije a mi padre, se disgustó muchísimo porque, decía "qué va a pensar la gente. Seguro que dicen que fichas por cuña, por se hijo de García Panasco". Sin embargo, le duró poco ese disgusto, porque yo no duré mucho en el equipo, pues decidí centrarme más en mis estudios que en el fútbol".

Importante hoja de servicios

Ya centrados en su vinculación con la UD Las Palmas, de la que poseía dos insignias de oro y brillantes -"una se la dieron por su jubilación, en 1991, y la otra con ocasión del cincuentenario de la fundación de la UD Las Palmas, y ambas las hemos heredado mi hermano Guillermo y yo, para llevarlas con orgullo", señala Jesús-, su hoja de servicios en la entidad amarilla fue más que importante.

Desde aquél verano de 1958 en que Cecilio López le convenciera para entrar a la UD Las Palmas, hasta 1991 en que se jubiló, su lealtad a la entidad amarilla fue total. En esos 33 años de servicios, y tras Cecilio López, trabajó codo con codo con otros seis presidentes: Juan Trujillo Febles, Attilio Ley Duarte, José de Aguilar Hernández, Domingo Ponce Arencibia, Fernando Arencibia Hernández y Gonzalo Medina Ramos. Y su trabajo con todos ellos para llevar a la UD Las Palmas a las más altas cotas del fútbol nacional fue mucho más que leal.

Así, de sus gestiones llegaron los grandes fichajes de entrenadores y jugadores que tuvo la UD Las Palmas en su época dorada, tales como Luis Molowny, Rosendo Hernández, Héctor Rial, Pierre Sinibaldi. Heriberto Herrera, Roque Olsen o Miguel Muñoz, entre los primeros; y, sobre todo, los grandes astros argentinos entre los segundos: Carnevali, Wolff, Morete y Brindisi, según su orden de llegada, y también el chileno Koke Contreras, su último gran fichaje.

Todo ello unido a la continuidad en el club de jugadores de la talla de Tonono, Guedes, Germán, León, Castellano, Gilberto I -al que quiso fichar el Milán tras su gran actuación en los partidos disputados en Caracas en 1965-, y otros que conformaron las plantillas de la época dorada y que recibieron ofertas de equipos grandes como Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid o Valencia, y, sin embargo, continuaron defendiendo la casaca amarilla.

Acciones las suyas que llevaron a la UD Las Palmas a conquistar los ascensos de 1964 y 1985, un subcampeonato de liga, otro de Copa del Rey, y a ser uno de los equipos más admirados durante esas casi veinte campañas ininterrumpidas de militancia entre los más grandes del fútbol español.

Ahora, dieciséis años después de su óbito, acaecido el 19 de febrero de 2000, justo un par de horas después de que su querida UD Las Palmas dejase escapar un punto del Estadio Insular en su enfrentamiento con el Atlético de Madrid B (1-1), esa UD Las Palmas que en aquella temporada, de la mano de Sergio Kresic, retornaría a la Primera División, le rinde un más que merecido homenaje con la inauguración, el viernes, de la estatua esculpida por el grancanario Manuel González, en la zona noble del Estadio de Gran Canaria.

Compartir el artículo

stats