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UD Las Palmas Actualidad

La gran cruzada de Viera y Simón

El mediapunta, ex del Valencia, y el lateral de la UD analizan el pulso del sábado ante los che por la salvación -"Es una final", aseguran -Consideran determinante el cambio táctico y la implantación del triángulo mágico en la racha amarilla desde el Sánchez Pizjuán

Sueños y pesadillas junto a la piscina. El discurso de los príncipes de la legión de gofio de Setién. Embajadores de talento en la galaxia de la UD en la semana de la batalla del siglo por la salvación ante un Valencia en llamas. El mediapunta Viera -112 partidos de amarillo y 26 con el cuadro che- y el lateral David Simón -71 encuentros con el cuadro isleño- diseccionan las claves del duelo del sábado [Estadio de Gran Canaria, 17.15 horas, en la 31a jornada y televisado por Movistar Plus]. En el Riu Palace Meloneras hacen balance de la racha amarilla. Con 5 puntos sobre el descenso, a falta de 8 jornadas, no hay margen para la confianza. Luchan por la eternidad.

El atacante, el mimbre con más minutos (2505') de la UD, disfruta del mejor momento de su carrera (es además el segundo máximo realizador con 6 tantos y líder en asistencias, 6). Se reencuentra con el Valencia y lo hace sin rencor, con el reto de encarrilar la salvación. Por su parte, Simón (1983' y un gol), solo ha jugado 14' en las últimas siete jornadas. Tras dejar atrás una lesión de espalda, el estado pletórico de David García le ha rezagado a la suplencia. Un silencio desconocido.

Espía del volcán Mestalla

Viera, que marcó en el templo che en la primera vuelta, fue traspasado al Valencia en mayo del 2012 -por 2,5 millones de euros-. Debutó en Primera y Copa de Europa, pero le robaron el sueño del éxito. Se muestra crítico con la situación actual del equipo de Neville, con 34 puntos, y que se ha gastado 142 millones de euros en fichajes. "Me transmite mucha pena; es el equipo que apostó por mí y pagó un dinero cuando yo era un jugador joven de Segunda. Me hicieron jugar en Champions con Pellegrino [debutó el 19 de septiembre del 2012 ante el Bayern de Múnich en el Allianz Arena]. Sobre todo por cómo me trató la gente; tengo amigos allí, utilleros, preparador físico... Conmigo y mi mujer -Estefanía- se portaron de una manera increíble. Ahora no están en un buen momento, tienen que ponerse las pilas para ganar los últimos siete partidos, sin contar el nuestro claro, para alcanzar otro objetivo que no sea jugar Liga y Copa".

Resalta la importancia de doblegar al Valencia, cueste lo que cueste, y dormir el sábado con 36 puntos. "Daríamos un pasito más hacia la salvación y los superaríamos (...) Con la diferencia abismal de presupuesto -110 millones del Valencia por los 33 de la UD-, si ellos están ahí es porque no han hecho las cosas bien y nosotros sí. Llevan un año convulso, han cambiado de entrenador y las cosas no salen. Es comprensible el nerviosismo", insiste.

No ve paralelismos entre su Valencia (de 2012 a 2014) y el actual. "Tengo una espinita clavada (de no haber triunfado en Mestalla) pero no tiene nada que ver el Valencia actual con el mío. Ahora es más complicado, cuando llegué se estaba cerrando un círculo -se fue Emery, llegó Pellegrino-. La dinámica era de seguir como mínimo terceros...".

Sobre la mano negra del agente Jorge Mendes y su influencia en la catarsis del Valencia, se muestra diplomático: "No sé cual será la influencia de este señor en el Valencia, un equipo como el Valencia tiene que estar mínimo entre los cuatro primeros. Mete 60.000 aficionados cada quince días y exigen. Lo que no veo lógico es que no estén metidos mínimo en puestos europeos".

Culebrón de los once metros

Santi Mina -que costó al Valencia 10 millones- llegó a la capital del Turia como Viera, con impronta de genio y no acaba de despegar. ¿Es el club che una fábrica de juguetes rotos? El grancanario se muestra tajante: "Me parece excesivo meternos a todos en el mismo saco, no es justo. El Valencia ha sacado muchos jugadores como Paco -Alcácer-, Bernat que se fue al Bayern... Se traspasó a Soldado, Banega (...) Simplemente creo que no le han sacado el potencial a muchos jugadores".

El culebrón de los penaltis. Viera, que ha transformado tres y falló el último ante la Real, atesora la confianza precisa para seguir lanzando. No le inquieta, que Willian José, con ocho, haya alzado la mano para convertirse en el nuevo ejecutor (suma 7 goles en la segunda vuelta).

"He tirado cuatro penaltis, metí tres... Entiendo que la gente cuando uno falla, le pasa a Messi o Cristiano, active los debates. Pero el del equipo está claro, el próximo penalti que llegue lo voy a tirar yo. Y seguramente, si no lo tiro yo, el segundo encargado de lanzar los penaltis es Momo. El orden es el orden... El debate está servido pero si no tengo la confianza precisa se lo cederé a otro compañero. Pero como no es así, lo tiro yo". Desvela que la relación se pactó en el calor del vestuario, la dictadura de las jerarquías. "Éramos tres o cuatro -lanzadores-. Yo, Nauzet, Momo y el que tenga confianza. Así está establecido el tema".

La racha de la UD coincide con la reubicación de Viera en el centro del ataque -y no en banda-. Y de paso, con la consagración del triángulo mágico' -con Roque y Tana-. El genio de La Feria aplaude la revolución de Setién: "Los resultados están llegando". Y pone el foco en el cataclismo de Vallecas, como la semilla del despertar -tras caer 2-0 ante el Rayo el pasado 6 de febrero se pusieron los cimientos de la remontada isleña-. "Ahí estuvo la clave, después del partido ante el Rayo nos miramos a la cara, nos dijimos que no íbamos por el camino adecuado. ¿Cambio de táctica? Ya dije que estaba mejor por el centro. Tras el encuentro ante el Sevilla, Setién me dijo que le había sorprendido".

En pole de los minutos, solo pide no caer lesionado. "El verdadero motivo de orgullo es no haberme lesionado... Me faltaba esa continuidad; quería ser fiable. Uno se tiene que cuidar más, ya no tienes 20 años". No habrá relajación. El parón liguero no les afectará. "Si ganamos, podemos pensar que estamos casi salvados". Reto atómico de Romario.

Escapar de las tinieblas

David Simón (23 partidos, un gol, una asistencia) renovó el pasado septiembre. Indiscutible en la primera vuelta, encadenó las primeras 19 jornadas en el once. Vallecas fue su tumba. Así como una lumbalgia.

Elogia el trabajo de David García, emperador en la autopista diestra. Simón, que tuvo que jugar infiltrado, lucha por una oportunidad. "Me cogió (la lesión) en un buen momento. Llevaba jugando con molestias unos cuantos partidos y tuve que parar". Cataloga de clave la reubicación de Viera en el centro del ataque.

"Jonathan se metió hacia dentro y el equipo en sacrificio y compromiso ha mejorado mucho. La UD están ganando y toca esperar".

No se siente señalado por la hecatombe en Vallecas -solo ha jugado 14' en las últimas 7 jornadas-. "Esa semana, dije que no estaba para jugar. Al final, me llevaron y fue un partido desastroso en general. Invita a la reflexión, se han perdido algunos partidos pero he mejorado. Estoy recuperado, a mi nivel volveré a contar con minutos".

Fuera de la lista ante el Madrid y en el banquillo en Anoeta, desvela que Setién no le ha comentado nada. "He sufrido en épocas anteriores situaciones como ésta. No hace falta que me digan nada; trabajaré y trabajaré. Como siempre hago".

Desde que debutó con el primer equipo en agosto del 2014, es la primera vez que respira en el infierno. Alejado de los focos, asegura que debe esperar su momento. "Es la primera vez que paso por esta época, pasé una mala racha en lo personal. Empecé muy bien y jugué toda la primera vuelta; te ves en una situación rara. Pero ya tengo la cabeza despejada, nunca me había visto en esta situación. Ya está superada, y trato de ser el de siempre".

Flores al capitán. Simón aplaude la raza de David García. "Se está cuidando muy bien y está cumpliendo haciendo su trabajo. No se le puede decir ni reprochar nada".

El lateral de acero se refugia en las clases magistrales de Viera, que escapó del infierno -con Herrera en la pasada hubo una fase en la que careció de protagonismo-. "Él ha pasado por estas malas rachas... Claro que me ayuda. He renovado y este bajón podía llegar. Te desesperas, tienes molestias y tu cabeza no está. Trato de estar tranquilo, volveré a ser el mismo", añade el defensor.

De intocable a fijo en el banquillo de Setién. Simón desmenuza su hoja de ruta para digerir su nueva situación. "Te llama la atención, primero estás arriba y luego desapareces. Nadie valora lo que has hecho. Hay que olvidarse de todo; vivir el día a día. Y aprender de estas situaciones que son muy jodidas".

Confiesa que se arrepiente de haberse infiltrado para tratar de paliar el dolor de espalda -jugó mermado ante el Sporting-. "Sí, me arrepiento. Nadie te lo valora, la gente de fuera, nadie lo sabe que te estás infiltrando. Un jugador se sacrifica por el equipo, aprendes a hacer las cosas. Cuando no estás, no estás. El míster no tenía a nadie (...) Pero mi bajón ha sido una cuestión mental".

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