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La venganza de Viera y Montoro

Los amarillos, que no explotaron en la trituradora de talento de Mestalla, encañonan al Valencia

Viera en la presentación Alboraia en 2012. QUIQUE CURBELO / SUPERDEPORTE

La venganza de Romario y el niño prodigio. Dos amarillos con pasado valencianista, afrontan la final del sábado con el corazón en un puño. Y sedientos de gloria. El mediapunta Jonathan Viera y el centrocampista Ángel Montoro quieren saldar viejas cuentas pendientes. El isleño, con 26 partidos en el conjunto de la capital del Turia, en dos temporadas, padeció un calvario en el cuadro che tras llegar en junio del 2012 como diamante. Avalado por sus dos campañas en la UD Las Palmas en la categoría de plata (60 encuentros, 15 goles), solo gozó de continuidad con Pellegrino [le hizo debutar en Liga en el Camp Nou y en Champions ante Bayern Múnich].

El despido del preparador argentino -diciembre del 2012- y el aterrizaje de Ernesto Valverde fue el fin para Viera. Se le apagó la luz. Solo jugaría tres partidos de titular hasta el término de la 2012-13. Con el técnico vasco, sumó 369 minutos en 12 encuentros. Solo uno de forma íntegra en Copa ante el Madrid de Mourinho en Mestalla. El príncipe tropical, con 23 años, conocía la arista amarga del balón.

En ese Valencia multimillonario, que se reforzó con Cissokho, Joao Pereira (fue el más utilizado con 2504 minutos), Guardado, Gago y Valdez, Viera logró 2 goles -al Real Zaragoza y Espanyol- y dejó destellos de magia en Mestalla. Regates irreverentes, un diablo en el costado izquierdo. El bloque che acabó quinto (puesto Liga Europa) y el grancanario presenció el estallido de pólvora de Soldado (24 tantos). Jonas fue el segundo máximo realizador con 13. Parejo, Albelda, Tino Costa, Rami, Bernat o Mathieu,

En la primera cruzada tras el adiós de Emery, Viera no encontró su sitio. Alba había sido traspasa do al Barça y Alcácer aún era una promesa que hacía kilómetros en el Getafe. Valverde dio un portazo y llegó Djukic. Viera, que tenía una estrecha amistad con Guardado y Banega, jugó la primera jornada con el preparador serbio en la 2013-14 con 78' e hizo la maleta. Acudió a la llamada de Jémez en el Rayo Vallecano. Dejaba el Valencia y gran parte de sus sueños. Una salida en calidad de cedido [en Vallecas completó 26 partidos con 5 goles] con empaque de trampa mortal. Regresó en el verano de 2014, fue el más destacado en la pretemporada, pero Nuno Espírito Santo le puso la cruz. Fue el primer descarte.

Gol en Nueva York al Inter

Rey en los veranos, emigrante forzado el resto del año. Prohibido abrazar el glamour. Viera logró goles antológicos con el Valencia, como el firmado ante el Inter de Milán en esa fase de preparación en Nueva York -agosto del 2013-. No le sirvieron. En la prensa de la capital del Turia se defendía su potencial técnico pero no figuraba en los planes del superagente Jorge Mendes -que llevaba las riendas del club, con el consentimiento del propietario Peter Lim-. El bofetón de Nuno terminó en rescisión de contrato. Viera no quería más cesiones y tuvo que hacer de nuevo la maleta. Con la Liga ya empezada, fichó por el Standard de Lieja belga. Solo completaría siete partidos, con un tanto.

El 22 de diciembre del 2014 regresaba a la Isla como refuerzo de lujo, con el sello del presidente Miguel Ángel Ramírez. Terminaría siendo un actor capital en el ascenso del mágico 21-J ante el Zaragoza. La UD abonaba 1 millón de euros al Standard. Era el regreso del príncipe de caviar. En Primera, ya cuenta con seis tantos y seis asistencias.

Por su parte, Montoro completó seis partidos con el Valencia. El centrocampista amarillo, que llegó el pasado mes de enero, tras rescindir con el Almería, se estrenó en octubre del 2007 ante el Madrid. Con el choque decidido (1-5), saltó al césped por el grancanario David Silva. Era el cuadro che del genio de Arguineguín, Mata y Villa. Un imperio de talento, que se coronó con el título de Copa en 2008. Tras salir cedido al Murcia y Real Unión, no se le abrieron las puertas de la fama.

Regresó al filial del Valencia Mestalla (2011-12) y encadenó tres temporadas en el Recre en Segunda. Maduró en el barro, como Viera. Exquisito en la medular, el destino le brinda la ocasión de oro para demostrar su potencial. Fichado con el visto bueno de Setién, debutó en la UD ante precisamente el Valencia (Copa). Ahora, con 27 años, el diamante, más curtido, se cruza con la industria que le abrió la puerta.

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