"Anda, que no llegas, enano". Con esa frase jocosa, Quique Setién, bromeaba con Tana, incapaz de alcanzar un balón de cabeza en un rondo donde solo se podía pasar el balón con la testa. Un par de palabras que se mezclaron entre las sonrisas del técnico y los jugadores. Juntas formaron la imagen que tiene hoy la UD Las Palmas: un equipo feliz y en paz.

La situación clasificatoria, que deja a la UD con cinco puntos por encima del descenso (33, a falta de 24 por disputarse), ha liberado de tensiones al grupo. Ayer, el conjunto amarillo completó un entrenamiento corto, de apenas una hora de duración sin demasiada carga de trabajo. Un par de rondos y un futvoley -con el objetivo de hacer puntos por encima de la red- fue todo lo que hizo el equipo de Quique Setién sobre el césped de Barranco Seco.

Todos los futbolistas de la primera plantilla grancanaria estuvieron a disposición del entrenador cántabro excepto Wakaso, Hernán Santana y Javi Castellano. El internacional ghanés salió a correr con el fisioterapeuta del equipo Juan Naranjo. Después de llegar con un día de retraso tras su convocatoria con la selección africana, el centrocampista presenta una sobrecarga. Para evitar una lesión mayor y sin necesidad de forzar -visto el número de efectivos con el que cuenta Setién- se espera que el futbolista cedido por el Rubin Kazán descanse esta semana. Hernán Santana ni siquiera salió a mojarse con la lluvia que apareció por Barranco Seco. Sus molestias en la rodilla lo dejaron fuera de circulación. Por su parte, Javi Castellano siguió dando minutos a su cuentakilómetros con el readaptador Jesús Suárez.