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Entrevista a Quique Setién

"Nauzet va a volver a jugar porque se lo merece"

Sincero, pues admite que habla "con el corazón" y a veces se tiene que contener, Setién empieza a hablar como el entrenador amarillo de la próxima temporada.

Setién: "Me gusta ser su amigo, llevarme bien con todos los jugadores"

Setién: "Me gusta ser su amigo, llevarme bien con todos los jugadores"

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Setién: "Me gusta ser su amigo, llevarme bien con todos los jugadores" M. Alonso/ P. Cabrera/ J. Mendoza

¿Va a seguir siendo el entrenador de la UD Las Palmas la próxima temporada?

Diría que sí. Tengo muchas ganas de quedarme y mucha ilusión con el reto que supone. Ya vine muy ilusionado y desde luego me encantaría seguir. Estoy encantado, la gente me trata fenomenal y tengo mucha ilusión de seguir creciendo con este club. No sé qué circunstancias se pueden dar para que eso no ocurra porque nadie puede asegurar todo al cien por cien. Pero la relación que tengo con el presidente y con la dirección deportiva es extraordinaria y no va a haber ningún problema. Vamos a dejarlo en un 99 por ciento de posibilidades.

Siempre utiliza el condicional. ¿Cuáles son esas circunstancias que faltan?

Hay una serie de cosas que no puedo tratar con vosotros porque antes se tienen que enterar los jugadores. No es una cuestión de que yo vaya a pedir y si no me lo dan no voy a seguir. No es eso. En esto tiene que haber un acuerdo entre todas las partes para buscar el camino más conveniente para que el club siga creciendo. Este club tiene margen de mejora en muchas cosas y voy a tratar de convencer con esas propuestas al club. Y hay algunas que evidentemente creo que tendrían que ser porque si no la convivencia de cara al futuro sería muy complicada por mi forma de ser y mi manera de hacer las cosas.

Ha dicho que esa conversación tendría lugar después del último partido de la temporada. Ahora que el objetivo está cumplido, ¿por qué no hablar ya y evitar esta incertidumbre?

Muchas cosas seguro que se van a ir tratando sin ningún problema. Pero hay otra que es fundamental para mí, que es la relación que tengo que tener con los jugadores. No puedo hablar absolutamente nada de los jugadores que no van a seguir o que van a continuar. Yo quiero hablar con ellos personalmente para decirles lo que pienso y sé que habrá casos que gustarán y otros que no gustarán y serán difíciles, pero esa es mi manera de hacer las cosas. Yo tengo que seguir conviviendo con ellos, quiero que los entrenamientos sigan manteniendo la calidad y si hay alguno que sabe que no va a seguir se va a deteriorar el ambiente. Y no quiero que pase. Yo quiero estar compitiendo hasta el último día al cien por cien con todos los jugadores.

Entonces, no es un asunto de que usted tenga más poder, sino de marcar algunas pautas para que el club pueda crecer.

Claro, eso es. Yo no soy un hombre de imponer cosas, jamás lo he sido, ni pretendo tomar un protagonismo que no me corresponde. Yo he venido aquí a entrenar, a trabajar y simplemente voy a proponer y a dar mis ideas. El club es el que va a tomar las decisiones. Yo soy un empleado, así de claro. No quiero estar por encima de nadie. Mi tratamiento es exactamente igual con los jugadores, yo trato de convencerles. Igual hay alguna cosa imprescindible porque sé que a la larga me va a hacer daño, y si hay un desencuentro tan radical igual lo mejor es que no continuemos. Yo necesito estar a gusto, ser feliz, llevarme bien con todo el mundo. Si ahora supiera que los campos el próximo año van a estar como estaban cuando llegué, no me quedo. Esto es un ejemplo claro y concreto. Si no tienes campos en condiciones, entonces ¿qué hago yo aquí? Si no puedo desarrollar lo que quiero es mejor que contraten a un entrenador con otras ideas.

Ahondando en los ejemplos, aparte de las instalaciones ¿qué cree que se ha hecho mal y hay que corregir?

Yo puedo hablar sobre lo que he visto desde que he llegado. Lo que ha pasado antes, eso es otra etapa. Yo he venido aquí y he aceptado unas circunstancias desde el primer día en que firmé. Cuando vienes y firmas asumes todo lo que hay. Ahora las circunstancias ya han cambiado, son totalmente diferentes. De lo que he visto desde que he llegado no hay que ser adivino para saber que había cosas, sobre todo en lo que respecta al funcionamiento de los jugadores en muchos sentidos, que a mí no me han gustado. He tratado de ponerlo en orden y hemos avanzado.

Hablamos de conductas no profesionales.

Exacto. Lo demás todo ha sido fácil, porque una vez convences a los jugadores, aunque no a todos evidentemente, ya todo resulta fácil. Realmente al final el futbolista lo que necesita de verdad es que se le marque el camino y que tenga las cosas claras sobre lo que le pides. Si hay un orden ellos se dan cuenta. La charla de esta mañana ha ido encaminada a eso, a que ayer perdimos un poco de equilibrio y orden, hemos vuelto a hacer muchas cosas que se nos ocurrieron sobre la marcha. Hemos roto un poco nuestros principios y por eso hemos sido vulnerables y no hemos jugado bien.

¿Le ha costado mucho convencer a los jugadores?

No ha sido difícil porque es lo que sentían muchos. El problema es que al margen de eso están los resultados, y los resultados tardaron en llegar. Creo que podían haber llegado antes pero hubo dos factores que nos influyeron muchísimo, que fueron las lesiones y el estado de los campos de entrenamiento. Esas dos cosas nos hicieron un daño enorme pero nos hemos sobrepuesto muy bien. Últimamente hemos tenido más continuidad en acciones que antes se veían de manera aislada y hemos sido más consistentes en defensa. Y además has tenido el refuerzo de los resultados, que es lo que verdaderamente ayuda. Si no, generas un clima de desconfianza porque hay mucha gente a la que no le vale la idea, solo quiere ganar.

Aunque pueda sonar contradictorio, ¿cree que las lesiones han ayudado a que aparecieran futbolistas que no tenían continuidad? Por ejemplo, David García o Lemos.

Puede ser. Pero creo que en algunos momentos concretos hemos perdido a gente que era muy importante dentro del equipo. Había jugadores que estaban en un momento de forma extraordinario, que era el único que no se debería lesionar y se lesionó. Uno Vicente y otro Pedro Bigas. Y otro aspecto que nos ayudó bastante fue la Copa, que al final llegamos justos y sufrimos alguna lesión pero también le dio continuidad a muchos jugadores que no jugaban habitualmente.

En caso de Juan Carlos Valerón siga, ¿sería una bendición o un alivio?

Evidentemente es un caso especial sobre el que no me voy a manifestar en el mismo caso que lo demás. Cuando acabe la temporada hablaré con él y le diré lo que pienso. Es una situación que trasciende a mí, es una figura importantísima en este club y hay que tratarla con todos los detalles. Yo soy una parte que solo va a dar su opinión, sin más.

Usted ha sido futbolista profesional, ¿cree que estos jugadores son conscientes de la oportunidad que tienen y lo efímero que es la carrera?

Todos somos diferentes, a unos les cuesta un poco más y a otros menos. En los vestuarios siempre hay referencias muy claras en las que te tienes que fijar. Cuando uno no da lo que tiene que dar, o no tiene esa voluntad, trata de conseguir cosas de otra manera fuera del campo. Llevo 40 años metido en vestuarios, o de jugador o de entrenador, y esto siempre ha sido lo mismo, siempre. Tú ves chavales de verdad comprometidos y trabajadores y otros a los que les cuesta más y viven de otra manera. Tú tratas de hablar con ellos pero a veces hay entrenadores que no dicen las cosas claras o que tienen miedo. Tú les dices que esto es así, así y así. Pero tienen que ser palabras y luego hechos.

Este club ha sido muy particular en los últimos años. Se manejan informes entre los entrenadores de fuera en los que se advierte de lo difícil que es trabajar en este club. ¿Tenía esa advertencia?

Sí, por supuesto.

¿Y le da más valor a lo que ha logrado?

No. Quizás por mi forma de ser soy un tío muy cercano a ellos porque quiero ser su amigo, aunque muchos entrenadores que puedan pensar que no. Me refiero a amigo en el sentido de llevarme bien con todos. Les he dicho que cualquier problema que tengan conmigo, por mínimo que sea, antes de que se haga más grande me vienes y me lo dices, y yo te lo explico y te digo lo que pienso. Aquí alguien tiene que tomar las decisiones y a mí me han contratado para eso. Eso de que los entrenadores tienen que adaptarse a los jugadores, para mí es imposible. ¿Cómo se va a adaptar una persona a 24 jugadores si todos los defensas quieren jugar arropados y todos los delanteros quieren que todos ataquen? No. Esto es una cuestión de orden, de equilibrios y de ceder en beneficio de un conjunto. A los futbolistas les tienes que educar y convencer y al final ellos disfrutan porque acaban teniendo el balón, son felices y se asocian bien. Y estos futbolistas de aquí, que tienen una calidad extraordinaria, disfrutan. Y cuando disfrutas sacas lo mejor de ti mismo.

En base a esa advertencia que tuvo antes de llegar sobre lo complicado que puede ser este club, ¿le ha resultado más difícil o más fácil de manejar?

Ha sido complicado, realmente difícil porque yo vengo de seis años trabajando de una manera totalmente diferente. Sé cómo funcionan muchos clubes y aquí ha habido que cambiar muchas cosas en lo que es la relación con los jugadores en el trabajo diario, en la sensación que tienes de que había muchos chavales aquí que estaban confundidos. Esa es la palabra. Ser un jugador profesional implica muchas cosas. Y esto no tiene nada que ver con la forma de ser de los canarios, que son exactamente iguales que en otras zonas. Este vestuario es exactamente igual que el resto. Yo no tengo ninguna queja, pero sí que ha habido comportamientos que no son normales. Es una cuestión casi de respeto o de educación algunas de las cosas que me han pasado aquí, cosas que no me encajan en un jugador profesional. Y más con un tío como yo, que no soy de pegar gritos ni de imponer. Puedes estar de acuerdo conmigo o no, pero hay una relación profesional y tienes que saber que yo soy el entrenador, que estoy obligado a dar órdenes y a transmitir ideas, y tú tienes que hacer todo lo posible por entenderlas y tratar de llevarlas a cabo. Si crees que yo no tengo ni puta idea, pues hay un conflicto. Ese tipo de cosas sí que me han llamado la atención. Pero afortunadamente se han hablado, ha habido muchas conversaciones sinceras de tú a tú en las que se han aclarado muchas cosas y se han eliminado todos esos resentimientos que ha podido haber en algún momento.

¿Lo que sucedió en Carnaval hizo que se multiplicara el compromiso dentro del vestuario por parte de un grupo concreto?

Los vestuarios son sistemas bastante complejos, desde que estoy en ellos siempre llegas a la conclusión de que hay un número de jugadores que están implicados, que quieren crecer, que son muy receptivos y otros que ya lo ven de otra manera, que son más difíciles. Esto siempre es igual, cuando convences al grupo de tíos que están comprometidos esos acaban arrastrando a los demás porque están viendo que son felices y hacen lo que les gusta. No sé si por mi manera de ser o por lo que sea siempre he tenido la suerte de convencer a la inmensa mayoría. De 120 jugadores que tuve en Lugo hay 118 que me mandan mensajes, y chavales a los que les tuve que decir después del ascenso que se fueran. Yo tengo que ser honrado con el club que me paga aunque es posible que me esté equivocando. Esos chavales que se rebotan en ese momento a la larga agradecen que les digas lo que sientes y las causas.

Esa mañana del 21 de febrero hay un jugador con la cara cortada y otro no llega en condiciones al entrenamiento, ¿sintió vergüenza, pensó en coger la maleta?

Por lo que más lo sentí fue por el propio club, porque a mí no me hacen daño. Yo soy una persona muy implicada con el club que me paga. Me pongo en la situación de la afición de aquí y del presidente, y que pasen estas cosas a mí me destrozan todos los registros. Todo el mundo se ha equivocado alguna vez, pero esas cosas no pueden pasar. Nauzet creo que tuvo mala suerte, coincidió en un momento puntual y tomó la dimensión que tomó. Un día le dije a los veteranos que qué pasa aquí, que vosotros qué pensáis de esto. Esto es lo que a mí más me llama la atención, por eso hay comportamientos que no entiendes, que a mí no me entran en la cabeza.

¿Ve a los jugadores ya menos confundidos?

Por supuesto, por supuesto. Creo que poco a poco ellos mismos se han dado cuenta de muchas cosas, no sé si porque alguien no se lo había dicho antes. A mí me decían 'ya verás cuando pase un mes o pasen dos, ya verás'. Y yo no he tenido ningún problema. Dos días les tuve que echar una bronca y decirles que el entrenamiento de ayer fue una puta mierda. Pero de 200 entrenamientos que llevo han sido dos eh, el resto de los días la gente ha entrenado aquí comprometida. El trabajo diario, la aceptación, el compromiso... son receptivos de verdad cuando les dices las cosas. Hay muchos que quieren aprender, que cuando les pones las imágenes las escuchan, te preguntan y ves que están atentos de verdad. No sé cómo eran antes, pero desde que hemos llegado nosotros han sido receptivos.

Entonces no tiene nada que reprocharle a los jugadores.

No, en absoluto, para nada. Es más, son ellos los que han conseguido que yo sea un entrenador de Primera División y que ahora tenga un cierto respeto. Al final los protagonistas de verdad son ellos. Lo único que he hecho es convencerles de que tiene que haber un orden, de que antes de rifar el balón hay que pasársela a un compañero, que hay que elegir bien, ponerles los mecanismos, decirles que nos va a venir bien, corregir detalles y convencerles.

Las Palmas sería su obra más perfecta como entrenador y dentro de esa obra Roque sería el jugador al que le ha cambiado la carrera. ¿Es el jugador del que se siente más orgulloso?

Esta obra no la quiero poner por encima de otras porque ahora tengo mejores jugadores de los que tenía en otros sitios. Roque, como he dicho de Momo, Tana, Jonathan o Vicente, ya era un grandísimo futbolista con unas condiciones extraordinarias. La realidad es que tú les has mostrado cosas que quizás ellos no conocían y les has juntado. Antes quizás no interpretaban el fútbol de manera tan asociativa como hacen ahora. Ahora hay un orden, no pueden ir a cualquier sitio, ahora las piezas las vas colocando, van sincronizadas. Roque ahora entiende mucho mejor los espacios. Vicente, que tenía mucha más iniciativa hacia adelante, de repente se dio cuenta de que si tenía un poco de pausa podía jugar en otras posiciones y de otra manera. Solo entendiéndolo un poco y siendo receptivo. Esto es realmente lo importante porque en el fútbol solo hay dos que resuelven indivualmente, que son Messi y Cristiano, los demás dependen de sus compañeros.

Nada más llegar dijo que pagaría una entrada por ver jugar a Tana. ¿Cuánto cuesta ahora esa entrada?

A Tana no me cuesta valorarle aunque puedan pensar que haya preferencias. Desde que estoy aquí Tana es el que más corre y el que más esprints hace en los partidos y de los que mejor interpreta el fútbol. Generalmente lo hace todo bien. Le faltan cosas en las que estamos tratando de dar ese paso, pero Tana es un futbolista de película, extraordinario. No me cuesta decirlo porque lo siento así. Y juega por eso, porque es el que más corre y el que mejor juega, como otro futbolista que también me encanta que es Momo, que interpreta el fútbol extraordinariamente bien, saben lo que tienen que hacer en cada momento. Son jugadores muy inteligentes.

¿Volverá a jugar Nauzet?

Sí.

¿Esta temporada?

Claro. Mi idea es darle unos minutos. No sé en qué partido, pero quiero que vuelva a jugar.

¿Se lo merece?

Sí.

¿Por qué?

Porque ha trabajado muy bien y porque uno piensa que, joder, en la vida uno siempre se equivoca y hay que echarle una mano a la gente para que salga adelante.

¿En algún momento pensó, quizás tras Vallecas o el caso Chester, que estaba despedido o que lo tenía imposible?

No, nunca pienso en eso. Quizás lo que pasó en Vallecas fue un punto decisivo, sobre todo por las declaraciones de Aythami, que nos hicieron daño. No era el momento de hacer esa reflexión tal y como se hizo. Ese día sí que pensé que nos iba a costar, no por la derrota, sino por la desconfianza que se generó por esa derrota. No por las declaraciones en sí, sino porque un jugador importantísimo en el equipo perdía la fe en lo que estábamos haciendo. Fue una semana muy complicada.

¿Cree que con el paso del tiempo el equipo se ha comportado fuera de casa como había reclamado Aythami?

Eso es algo que ya habíamos valorado. Ya sabíamos que dábamos ciertas facilidades defensivamente, pero no era como consecuencia de la forma de jugar. La mayoría de goles nos los han metido con seis, siete y hasta ocho futbolistas por detrás del balón. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Realizamos algunos cambios, pero no por la reflexión de Aythami. Aythami podía tener hasta razón en algunas cosas, eso ya lo hablé con él. El problema era manifestarlo de esa manera. Si tienes que decir algo, dilo aquí, que estamos todos abiertos. Yo no soy Dios ni me siento el oráculo, yo escucho y entramos en debates. La realidad es que hizo una reflexión que creo que fue absolutamente desproporcionada en ese sentido.

¿Cuál ha sido el capítulo más emotivo que ha pasado con un aficionado en la calle?

A mí se me caen las lágrimas cuando viene gente mayor, que sabes que son aficionados de verdad, que llevan 40 o 50 años viendo al equipo, y me dicen que les encanta cómo juega el equipo. Ese para mí es el mayor orgullo, ese y el reconocimiento que te hacen el resto de los entrenadores de la categoría cuando hablan de tu equipo. De lo demás, lo agradeces todo, pero yo ya sé como funciona esto, ya llevo muchos años. Cuando metes goles eres un fenómeno y mañana no metes goles y eres un poco menos, y si eso se prolonga un poco eres un desastre. La mayor satisfacción interior es ver cómo algo va creciendo, cómo vas día a día convenciendo a la gente. Cuando veo los partidos, esas combinaciones de dos minutos, de llevar el balón de un lado a otro, me las pongo diez veces. Y no para analizar, sino porque me gusta y disfruto.

¿Se arrepiente de lo que le dijo a Simeone?

No, no. Hombre, me lo podía haber callado, es verdad (sonríe). Pero uno es como es, yo muchas veces hablo con el corazón.

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