Viaje hacia la capital del terror y el inicio del despegue definitivo. Rumbo al dramático escenario que impulsó el gran salto. El Nuevo Estadio Los Cármenes, la zona cero amarilla que provocó el despegue hacia la edad de oro. De la hecatombe a la modernidad. La UD regresa este sábado (21.05 horas, TVE1) al estadio donde tras salir goleada (5-2), puso la primera piedra hacia la gloria.
El bloque de Setién, la sensación del campeonato, con 43 puntos y noveno, con la salvación ya sellada, se cruza con un Granada con la soga al cuello. Una batalla agónica.
El último precedente se remonta a ese (5-2) de la 26ª jornada del curso 2010-11. Era un 26 de febrero de 2011, y la 'manita' recibida por Paco Jémez -estratega amarillo- le costó el puesto. Llegaría Juan Manuel Rodríguez y lograría la permanencia (15º puesto) al término del campeonato. La debacle ante el conjunto nazarí -que suponía el 12º duelo de Jémez sin conocer la victoria-, significó un cambio de estilo y una descarga eléctrica para la UD.
Fue el inicio del viaje hacia la liga de las estrellas, desde esa 2010-11 hasta la actual 2015-16, donde maravilla una generación de fantasía. Con Juan Manuel Rodríguez, que obró el milagro, la UD esquivó el descenso al infierno de Segunda B y terminó 9º en la siguiente temporada -primer pequeño salto-.
Con 58 puntos, coqueteó durante varias fases de la Liga con la promoción de ascenso. La mano de Juan Manuel Rodríguez [con 125 duelos en el banquillo amarillo en tres etapas] esquivó la guillotina y abrió el horizonte. Había margen para soñar con el ascenso. Dejó su puesto a Sergio Lobera. Una figura acostumbrada al drama dejaba su puesto a un novato, que llegaba bao el aroma de la filosofía del Barça.
En la 2012-13, con el preparador maño, que venía de Segunda División B -hizo carrera en el Ceuta y San Roque, así como en la categorías inferiores del Barça-, los amarillos acabaron sextos y disputaron el playoff de ascenso. Fueron eliminados en la primera ronda de semifinales por el Almería -que terminaría alcanzando el gran objetivo-.
Se caía en la prórroga, pero algo estaba cambiando. Quince años después, los amarillos regresaban a una eliminatoria por una plaza en la liga de las estrellas [la anterior se remontaba a la 1997-98 ante el Oviedo, con García Remón en en el banquillo isleño]. En la 2013-14, Lobera era despedido en la antepenúltima jornada, con el billete para el playoff ya asegurado. Y llegó el caos.
Con Josico y Javi Guerrero en el banquillo, los isleños encadenaban su segunda participación en la ruleta rusa y eliminaban al Sporting en El Molinón -gracias a un agónico tanto de Asdrúbal-. Se daba otro pasito, y en la final ante el Córdoba, se empataba sin goles en el Nuevo Arcángel. Y llegó la madre de todas las tragedias: el 22-J. Un tanto de Apoño puso en franquicia a los amarillos, pero Uli Dávila, en el 93, tras pararse el encuentro por una invasión de campo, escribió la página más negra de la UD. Tras la infamia, Herrera reconstruyó el equipo y con el alta de Araujo -25 goles-, se afrontaba el tercer playoff consecutivo.
1886 días
Otro paso más hacia el paraíso. En la primera criba, tocó el Valladolid y bastó un tanto del Chino en Zorrilla. Ya con el Zaragoza, en la gran final, la derrota (3-1) en La Romareda solo la podía reparar una tarde fantástica. La más hermosa de este siglo. Roque y Araujo lograron los tantos (2-0) y se lograba el ascenso.
El 21-J, tras 13 años en el infierno -entre Segunda y Segunda B- reubicaba a la UD en su espacio natural (campaña 32 en Primera). 5 años, 2 meses y 1886 días después del (5-2) en Granada, los amarillos suman 94 victorias. Vuelven a la zona cero con la gloria tatuada en el pecho, en busca del mejor puesto del siglo.
