La Provincia - Diario de Las Palmas

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La crónica (36ª jornada)

A la UD le da por la compasión

El equipo de Quique Setién cae ante el Granada CF después de ponerse 0-2 en el minuto 12 - Jonathan Viera firma dos golazos - Nauzet se queda sin jugar

Roque Mesa disputa con la cabeza por delante un balón ante la mirada de Doucouré, centrocampista del Granada. LOF

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Al Granada CF, anoche, le iba la vida. A la Unión Deportiva Las Palmas, en el mismo trance, nada. Y a partir de esa realidad, todo lo demás. Ganó el equipo más necesitado, el que más empeño puso por agarrar la victoria, el que no bajó la guardia. Así se impuso el conjunto nazarí, que tuvo que remontar un 0-2 que levantó Jonathan Viera en doce minutos y ahora sueña con la permanencia mientras la UD se imagina unas vacaciones en paz. El fútbol es así. Y a veces huele raro.

Bajo el foco, escrutado al detalle por otros seis equipos y con el rol de secundario en la trama del drama del descenso, la Unión Deportiva encendió una traca para alejar cualquier sospecha. Lo hizo con celeridad, sin ningún tipo de compasión ni clemencia y subida a lomos de Jonathan Viera que, en menos de un cuarto de hora, firmó dos obras de arte en forma de dos señores goles.

La victoria del Sporting de Gijón sobre la SD Eibar, la noche del viernes, fue una mala noticia para el Granada CF que, de repente, se vio en puesto de descenso y sin margen para el error en la carrera por la permanencia. Y esa situación de estrés marcó los primeros pasos del conjunto nazarí en el encuentro ante Las Palmas. Entre dudas y miedos, el equipo andaluz temblaba como un flan tras el pitido inicial. Y por ahí, por el ataque de vértigo local, se coló Jonathan Viera vestido de esmoquin para dejar su impronta en Los Cármenes.

El primer tanto llegó tras un extraño contragolpe lanzado por el propio Viera. Roque recuperó el balón en el centro del campo y, como un acto reflejo, se lo dio al mediapunta. La carrera del futbolista de La Feria, siempre en diagonal, siempre con la pelota al pie, siempre sin mirar a los dos compañeros libres de marca por la banda derecha, acabó a trompicones en el pico del área. Y allí, sin que a ningún jugador del Granada CF le diera por presionar, Viera sacó la escuadra, el cartabón y el compás y dibujó un latigazo que acabó en la escuadra contraria (0-1, min. 3).

Pánico local

Al Granada CF, la diana, le provocó una tiritona. El balón le quemaba, el caos dispersaba su dibujo táctico y las botas de sus jugadores pesaban un quintal. En ese escenario, el rival se convirtió en un pelele para Las Palmas, que ni se inmutó cuando Rochina lanzó el balón por encima del larguero en un libre directo (min. 6). Entre transiciones rápidas y espacios libres, el equipo de Quique Setién campó a sus anchas en Los Cármenes durante un rato, tiempo suficiente para liquidar el duelo, tarea a la que se puso Viera.

La Unión Deportiva -con todo a favor- empujó, el Granada CF reculó y bajo sus pies se abrió un abismo. Con el juego volcado sobre el campo local, Roque Mesa adelantó la posición y vio el desmarque travieso de Jonathan Viera entre la defensa nazarí que, cuando se dio cuenta de las intenciones del mediocentro de Telde, tiró tarde y mal el fuera de juego. Roque convirtió una vaselina en un pase perfecto y ante semejante regalo, el mediapunta de La Feria hizo magia: remató, con un fino toque con el exterior, y la pelota, tras dar en el palo, se coló en la portería de Andrés Fernández, que con la mirada perdida parecía pedir auxilio (0-2, min. 12).

El panorama, en menos de un cuarto de hora, se había convertido en un drama para el Granada CF, que se hundía en el fondo del mar como si tuviera los zapatos llenos de cemento. Pero cuando todo parecía perdido para el cuadro andaluz, encontró respiro en la benevolencia de Las Palmas, que optó por no hacer sangre en una guerra en la que ni le iba ni le venía. En esa metamorfosis fue clave el gol de Rochina, inmediato al 0-2. El extremo se fue de la ligera oposición de Bigas y marcó con un tiro cruzado que superó a Raúl Lizoain (1-2, min. 13).

La Unión Deportiva, con Montoro al timón -fue una de las novedades de Setién en el once-, quiso la pelota como siempre, pero no la hizo fluir como de costumbre. En el centro del campo, Viera y Roque completaron el triángulo y sin hueco en la medular a Tana le tocó escorarse a la banda derecha -con Wakaso en el otro lado-. Entre minutos de fútbol horizontal y poca chispa, Araujo dispuso de ocasiones de gol suficientes para reconciliarse con el mundo. El delantero argentino, como alma en pena por el campo, las falló todas. Una, dos, tres, cuatro y cinco.

El larguero repelió un cabezazo de Araujo, con todo a favor (min. 19), y en la siguiente acción, tras un córner que acarició Rochina, El Arabi, ante la pasividad amarilla al defender el saque de esquina, entró como un cohete para rematar, empatar y poner en órbita al Granada CF (2-2, min. 21). La igualada del delantero marroquí, tras cuatro goles en tan poco tiempo, señaló el comienzo de un nuevo encuentro en el que Las Palmas amagó con mandar y el conjunto nazarí se dejó llevar a la espera de su momento.

Nada alteró el destino del partido. La Unión Deportiva hizo que quiso, a Araujo se le nubló la vista en cada mano a mano que tuvo con Andrés Fernández y el Granada CF sobrevivió a sus propios ataques de pánico. Ese estado de embotamiento general duró casi cincuenta minutos. Por ahí, sin que nada alterara el orden de las cosas, ambos equipos consumieron lo que quedaba de la primera mitad, pasaron por los vestuarios para el descanso, se tantearon al inicio de la reanudación y movieron piezas con el paso del tiempo hasta que llegó el desenlace.

En otro saque de esquina acariciado por Rochina y otra vez ante la indolencia amarilla -aderezada por la lentitud de Bigas en la marca- el Granada CF cantó bingo. Ricardo Costa, como si le fuera la vida en ello, cruzó el área como un torbellino en busca del balón para rematar, mandar el balón al fondo de la portería, firmar el 3-2 (min. 70) y dar oxígeno al equipo andaluz .

Ni los cambios, entraron Hernán, Momo y Ángel López -a Nauzet aún le toca esperar para volver a jugar- por Montoro, Wakaso y Roque, reactivaron a la UD, que ya tiene la cabeza en una hamaca.

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