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UD Las Palmas El adiós a una leyenda

Un genio por unanimidad

El mayor título con el que se retira Valerón es la colección de ovaciones recibidas por toda España

El palmarés de Juan Carlos Valerón pierde por k.o. en la comparación con el de otras leyendas del fútbol español. Pero no hay ninguno, absolutamente ninguno, ni siquiera más allá de nuestras fronteras, que haya acaparado ovaciones en todos los campos que ha pisado. Incluso en Balaídos, terreno enemigo del Deportivo, el equipo en el que es un icono, le han aplaudido. Y ese título no lo tiene nadie. Le quieren hasta en el lugar en el que más disgustos ha generado. Ahí es donde reside el encanto de una carrera única. Sin precedentes. Es un genio por unanimidad. En el aspecto material tiene en sus vitrinas una Copa del Rey, dos Supercopas de España y dos ascensos a Primera División. Pero el mayor trofeo con el que se retira es con el cariño, el cariño sincero, de todos los aficionados al fútbol.

Juan Carlos Valerón se marchó de la UD Las Palmas cuando apenas tenía 22 años. Héctor Cúper, por entonces entrenador del Real Mallorca, se fijó en él cuando dirigía al Lanús, que pasó por Gran Canaria para disputar un amistoso que estaba vinculado al traspaso de Simionato. El club balear se decidió a pagar la cláusula de rescisión y, aunque prefería seguir en la UD, no creyeron en sus condiciones, descartaron aumentarle el sueldo e hizo las maletas.

Era 1997 y su carrera en Las Palmas había sido demasiado corta para todo el talento que le quedaba por desplegar y para las aspiraciones que tenía un club que empezó a derrochar como nunca antes en su historia. Sin embargo, no se dio cuenta de la perla que tenía entre manos. Así que los caminos de Valerón y de la UD se separaron demasiado pronto. Apenas había disputado un curso y medio en Segunda B, contribuyendo de manera testimonial en el ascenso con Pacuco Rosales, y una temporada en Segunda.

En su lugar de destino se apoderó pronto de la titularidad. Llegaba con la etiqueta de suplente de Palinha, fichaje más caro por entonces del Mallorca. Pero el brasileño, entre las lesiones y la aparición de Valerón, duró cuatro meses. El 'Flaco' fue el timón de un equipo que acabó en la sexta plaza y fue la revelación de la Liga. El Atlético de Madrid se fijó en él y volvió a arrebatarle la titularidad a otro fichaje más caro: Juninho. Sin embargo, el equipo no le acompaña y en la segunda temporada sufre su primer descenso a Segunda. En esos tres cursos fue tres veces subcampeón de la Copa del Rey.

Y entonces llegó el Deportivo de La Coruña, donde encontró la estabilidad a los 25 años. Completó 13 temporadas como blanquiazul, equipo en el que marcó una época. Levantó la Copa del Rey del 'Centenariazo', una Supercopa de España y alcanzó las semifinales de la Champions League y dos subcampeonatos de Liga.

Ya había debutado con la selección española cuando militaba en el Atlético de Madrid, pero a partir de su rendimiento en el Deportivo se convierte en un fijo. Ha disputado 46 partidos como internacional, entre ellos dos de la Eurocopa del 2000, cuatro del Mundial del 2002 y tres de la Eurocopa del 2004. Con su estilo de juego marcó el camino a la generación de Iniesta, Xavi, Puyol, Villa y compañía.

Pero en el Deportivo también sufrió la lenta transición al infierno de un club que padecía el enorme coste de sus éxitos anteriores. Todo ello mezclado con dos roturas de ligamentos de la rodilla. Fueron sus peores años, en los que lloró dos descensos a Segunda División y celebró un ascenso a Primera.

Tras el segundo descenso, ya con 37 años, decidió volver para hacer historia en un club que le debía una. En estas tres temporadas en la UD Las Palmas ha tenido un papel clave en el curso del 'Cordobazo', pero lo compensó al año siguiente repitiendo final de la promoción y ascenso. Y ahora, con los dos clubes de su vida en un buen momento, consolidados en Primera División tras años de mucho sufrimiento, Valerón cuelga las botas. Él llora, el balón le echará mucho de menos y, mientras tanto, la gente seguirá aplaudiendo.

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