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Entrevista

Valerón: "Me temblaban las piernas, solo quería que la afición fuese feliz"

El mediapunta internacional describe el volcán de sensaciones que vivió en su último partido en el Gran Canaria como profesional ante el Athletic

Valerón: "Me temblaban las piernas, solo quería que la afición fuese feliz"

Fin. Se acabó. Adiós a una carrera de magia y talento. ¿Qué es lo primero que pensará cuando llegue a su casa en El Pajar, tras jugar su último duelo en el Gran Canaria con el club de su alma?

Espere que llegue primero -sonríe-. Me encuentro bien, pleno y realizado. Es un momento bonito, especial y la verdad que lo disfruto. No me siento triste, ni nada por el estilo. He cumplido con mi deber y he hecho todo lo que tenía que hacer. Aquello que se me encomendó, lo hice. Mi misión, está completada. Me he entregado a la UD de la misma manera que lo he hecho toda mi vida en el fútbol y en la vida.

La leyenda del '21' pasa a convertirse a Capitán de Honor. ¿Le ilusiona ser entrenador, presidente, director general...?

Falta un partido, y mi futuro en la entidad será algo normal. Seguiré vinculado y a partir de ahí, todo se irá dando de manera natural. Como siempre he sido yo...

No me regatee. ¿Cómo se imagina su futuro inmediato?

Ahora mismo, mi cabeza lo que quiere es descansar. Desconectar un poco, necesitas un tiempo para cambiar el chip. No me siento exfutbolista o retirado ya. Han pasado unas horas de un partido muy emotivo ante mi afición. El último de mi carrera en el Gran Canaria. Siento que sigo jugando, queda un partido ante el Málaga en La Rosaleda. Sabes que el final está ahí, me falta cambiar ese chip. Lo haré con paciencia, calma, sentido común... Insisto, como todo en mi carrera.

Su última elástica amarilla en el Gran Canaria y en Primera ante su afición es una pieza de museo. Vale oro. ¿Y para quién será?

Ya me la pidieron. Fue un compañero de vestuario. Es para alguien a quien aprecio y quiero mucho. Le tengo un cariño muy especial por lo vivido en estos últimos tres años en UD Las Palmas: Nauzet Alemán.

No jugaba de inicio en Liga desde el 6 de febrero ante el Rayo en Vallecas. ¿Acusó la inactividad, tras saltar al césped tres meses después del traspiés en Madrid? ¿Cómo pudo abstraerse de toda la película emocional de su adiós ante casi 30.000 almas?

Fue bonito para mí; es cierto que un poco difícil. Una vez que uno decide dejarlo, empieza todo lo que supone abandonar tu actividad profesional. He tratado de estar lo más tranquilo posible en el césped y en un día muy especial para todos. Arropar a los compañeros. Vivirlo con ellos. Como he dicho siempre, y más si se hace difícil, toda situación se encara con normalidad. Estoy muy orgulloso del equipo, no es solo un reconocimiento a mi carrera sino también a la labor de este vestuario. En parte todo esto es para ellos. Estoy emocionado por Ángel López -que sustituyó al Flaco, en un cambio simbólico, ya que hacía casi un año que el de Pozo Izquierdo no pisaba el Gran Canaria-. Por todos los chicos...

El Athletic puso las ocasiones y la UD no dio con la tecla. Faltó la victoria para que usted tuviese la fiesta perfecta. ¿Qué nota se pondría en el partido más especial de su carrera como profesional?

He intentado estar como siempre, tratando de estar centrado en el juego de ayudar al equipo. Como hago siempre, en busca de la pausa precisa. Siempre es complicado afrontar un partido de esta manera. Hay que reconocer que no ha sido muy vistoso, por parte de los dos equipos. Pero más allá del resultado, mi ilusión era que la gente disfrutara. Que todos se fuesen felices.

El adiós que usted esperaba y soñaba, ¿se asemeja al carrusel de emociones vivido en el Gran Canaria, con una participación de 73 minutos, entrega de placa por parte del presidente Miguel Ángel Ramírez, aparición del dúo musical Los del Río y una ovación mágica por la Naciente?

No se puede pedir más, para mí es el adiós soñado. Fue todo increíble pero sobre todo, se dieron los ingredientes para que fuese el escenario ideal. Poder acabar con una carrera profesional en tu casa, con el equipo en Primera, con la salvación ya asegurada hace varias jornadas... ¿Soñar? Con una fiesta no sé, pero sobre todo con la felicidad de la afición. Y eso lo pude sentir. Me quedo con eso. Como jugador y persona, siempre llevaré a toda mi gente y a este club en el corazón.

¿Le llegó el aliento de todo el estadio en el minuto 21, homenaje del club a su figura -cuenta con 154 duelos de amarillo así como 402 en Primera División-?

Fue muy emotivo, son situaciones que afrontas desde la naturalidad. Intenté estar tranquilo pero luego por dentro se pasa mal. Espero que la gente haya sido más feliz tras el partido ante el Athletic. Yo estaba muy nervioso, te pones a temblar. Tratas de estar tranquilo porque el partido se tenía que seguir jugando. Agradezco los aplausos.

En la segunda parte, se le vio más liberado. Se quitó el peso de una tarde de emociones y abrazó el balón en la zona ancha con Viera, Tana y Vicente...

Cuando llegué al banquillo sí fue una liberación. Dije ¡buas!, ya descanso. Pero en líneas generales, traté de competir y disfrutar de los últimos minutos. De cada instante, al inicio y al final. Siempre con mi gente y la afición. Tener al plantel en el césped, al presidente...

El viernes usted hacía pública su comparecencia ante los medios para comunicar un día después su retirada -arrancó su carrera profesional en 1995 en la UD-. ¿Le pudo pesar el desgaste emocional y psíquico de 72 horas capitales en su carrera?

No se te olvida, sabes que es tu último partido ante tu afición. Estaba emocionado, incluso un poco tenso. Ya en la segunda parte, estaba un poco cansado. Es cierto que han sido dos días de mucha tensión emocional. Eso lo notas. Al final de la segunda parte -fue sustituido en el minuto 73- estaba un poco cansado. Tenía la cara normal y por dentro estaba hecho un flan. Fueron días difíciles, muchas emociones. Quería disfrutar de todos los momentos y seguir disfrutando de la semana, del último partido... Esto no lo volveré a vivir. Me apetece vivirlo con los compañeros, con ustedes -la prensa-. Tenía que acabar todo con un final feliz. Y así fue [en su rueda de prensa dijo que el final de su carrera era como un cuento].

La leyenda del '21', emperador del balón, el marqués de los pases imposibles, una figura barroca irrepetible... ¿Pero cómo quiere que le recuerden?

Esos calificativos no van con mi manera de ser y proceder. Me considero un afortunado. Ahora mismo, solo soy un futbolista. Enormemente agradecido a mi afición.

"Nauzet Alemán lo ha pasado mal, el vestuario lo quiere muchísimo"

  • Pidió una ovación para Nauzet Alemán cuando entró por Hernán Santana. Era el regreso del francotirador de Las Mesas -su último partido se remontaba al 6 de febrero ante el Rayo - tras su expediente disciplinario y dos meses de trabajo titánico en Barranco Seco. ¿Por qué lo hizo?
  • Hoy -ayer para el lector- era un día para eso. No era para pensar en lo que había pasado en los meses atrás. Era un día de fiesta, todos queríamos que ese momento pasara. Hay algunas personas que no lo ven así, la gente ha respondido muy bien. Estoy muy feliz porque se lo merece Nauzet Alemán. Lo ha pasado muy mal durante este tiempo. El vestuario le quiere, y todos le queremos muchísimo.
  • Cuando se acercaba la tormenta perfecta de críticas y pitidos, usted acudió al rescate de una figura siempre en el ojo del huracán. Y que además, tiene su futuro -aún le resta un año más de contrato- en el alambre. Eso se llama socorrer a una figura capital en la historia reciente del club.
  • Somos personas y vivimos en un mundo del fútbol donde hay una realidad que no sale en los medios. Algo que no se ve. Dentro somos personas, somos humanos, tenemos nuestra situaciones y problemas. Creo que es importante que entre nosotros nos apoyemos y sepamos estar siempre apoyándonos unos a otros. Simplemente eso.
  • Ya completó su primera maniobra como capitán de honor y embajador institucional de la UD-cargo que lucirá desde el próximo julio-. Estaba en el banquillo, y salió para tratar de evitar el volcán diabólico del Gran Canaria. Y en parte, lo logró...
  • Uno hace las cosas de corazón. A veces sabes que en ese momento, aunque parezca que no, ese detalle hizo que gente cambiase de opinión a la hora de expresar su opinión sobre Nauzet. Era un día de fiesta, muy especial para todos. El último partido de una temporada notable en Primera, donde se logró la salvación. Y fue perfecto. Gracias a todos de corazón. Solo quería hacer un poco más feliz a la afición.

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