Se acaba la temporada. La UD Las Palmas, con sus objetivos deportivos ya cumplidos, al haber obtenido la permanencia en la categoría con solvencia y desde hace un par de jornadas de la mano del técnico cántabro Quique Setién -quien finalmente se decidió a aceptar la oferta de renovación realizada pro el club y seguirá rigiendo los destinos amarillos la próxima campaña-, se apresta a cumplir otros no menos importantes e, incluso, anecdóticos.

Así, por ejemplo, entre los primeros se encuentra el de obtener un triunfo en La Rosaleda, escenario de su último compromiso de la presente campaña, frente al Málaga. Con ello, precisamente, sobrepasarían en la tabla clasificatoria al conjunto 'boquerón', lo que supondría la posibilidad de alcanzar la octava plaza en la clasificación y, con ello, obtener una mayor remuneración económica de los derechos televisivos. Unos ingresos que, desde luego, no vendrían nada mal a las arcas de la entidad de Pío XII.

Por otro lado, y ya dentro de lo anecdótico y, sobre todo, nostálgico, un triunfo en La Rosaleda significaría cumplir otro objetivo: batir la puntuación obtenido en la última campaña en la que los amarillos militaron en la máxima categoría del fútbol español.

Con el técnico hispano-croata Sergio Kresic al frente -fue el artífice del anterior ascenso a la elite, al término de la campaña 1999-2000-, la UD Las Palmas, en la temporada 2000-01, terminó undécima en Primera División, totalizando 46 puntos. Ahora mismo, a falta de esa última jornada del próximo domingo (11.00 horas, Canal + Liga) es décima, con un total de 44 puntos, por lo que de sumar los tres puntos en litigio, los de Quique Setién batirían el registro del plantel comandado por Kresic.

Sólo Ángel queda de aquella plantilla

Tras lograr el ascenso en la campaña 1999-00, Sergio Kresic apuntaló su plantel con la llegada de algunos jugadores y la marcha de otros que no habían tenido demasiado protagonismo en la campaña del ascenso.

Así, se fueron jugadores como el chileno Neira, Jaime Quesada, Víctor Afonso, Clotet, David Pirri, Tevenet, Socorro y el brasileño Renaldo, que de todos ellos fue el que más protagonismo tuvo en el equipo del ascenso, con el que jugó 21 partidos y anotó tres goles.

En el capítulo de altas, llegaron ese curso a la entidad amarilla jugadores como los brasileños Álvaro y Baiano, el turco Oktay -que apenas duró poco más de un mes en las filas amarillas a comienzos de temporada-, el islandés Gudjonsson, los argentinos Nacho González y Schürrer, además de Turdó -que se incorporó mediada la temporada-, el guineano Oulare, el pacense Antonio Moreno o el exjugador del Athletic de Bilbao, Edu Alonso.

Unos refuerzos que elevaron la calidad amarilla como para no pasar apuros en la competición y mantenerse en la categoría. Fue además, aquella, la temporada de la confirmación en el primer equipo de Jorge Larena y la de la irrupción de otros jugadores como Rubén Castro, Guayre y Ángel López -el único que aún permanece ligado a la entidad amarilla, al menos hasta final de la presente temporada-.

Los amarillos acabaron esa temporada con trece victorias, siete empates y dieciocho derrotas, con 42 goles a favor y 62 en contra, para totalizar los 46 puntos que al final le dieron la permanencia en un curso cuya trayectoria siempre estuvo en la mitad de la tabla, sin pasar agobios.

En el presente curso, con Quique Setién al frente tras la destitución de Paco Herrera en la octava jornada, después de la estrepitosa derrota en el Coliseo Alfonso Pérez frente al Getafe (4-0), la UD Las Palmas presenta, en la penúltima jornada de la competición, unos números que pueden batir los registrados en la campaña con Kresic: doce victorias, ocho empates y diecisiete derrotas, con 44 goles a favor y 49 goles en contra. Unos números nada desdeñables que, unidos al excelente nivel de juego mostrado desde la llegada del técnico cántabro a las filas amarillas, invitan a soñar en la posibilidad de que se puedan batir los registros alcanzados con Sergio Kresic hace quince años.