El reservado de la galaxia. Un salón de goles, regates y aventuras. En la carretera de La Costa, en el asador La Marisma, los héroes amarillos, diseccionan un curso mágico. Diálogo, camaradería y manjares. Con el reto de la octava plaza, como tesoro final, es la hora de un paréntesis con gofio y pescado fresco.
El banquete de la galaxia. Torrente de mojo picón y manjares de la tierra para festejar la permanencia en el Olimpo de Messi, CR-7 y Griezmann. El plantel de la UD, con las ausencias de Sergio Araujo, Wakaso Mubarak, Mauricio Lemos, Willian José y Nabil El Zhar -la legión extranjera-, completó ayer la conjura de La Marisma. En el restaurante asador, situado en el número 6 de la carretera de La Costa, celebraron la salvación (sellada en Riazor el pasado 11 de abril) en la máxima categoría. Brindis por la gloria en un salón reservado, solo para los héroes del curso 2015-16, y en la que no estuvo presente Quique Setién ni el resto del cuerpo técnico.
Tras completar la segunda sesión de trabajo de la semana en Barranco Seco, de cara al último duelo liguero ante el Málaga en La Rosaleda (domingo, 11.00 horas y televisado por Canal Plus), los gladiadores se personaron en el salón principal. Aythami Artiles, en torno a las 14.10 horas, fue el más madrugador. Varas, Montoro, Bigas, Nauzet Alemán, Hernán Santana...La nómina de galácticos fueron agasajados por el responsable del establecimiento Paco Almeida. El almuerzo escenifica el punto y final a una semana cinematográfica. La cascada de fotogramas emotivos, marcadas por el adiós de la leyenda Juan Carlos Valerón -jugó el pasado domingo su último partido en el Gran Canaria tras 20 años de magia y latir barroco como profesional-, tuvo ayer un paréntesis. Risas, talante optimista, fe ciega en el nuevo proyecto y triple ración de fantasía.
Momo, Viera y Roque Mesa ejercieron de emperadores de una velada, que contó con el Flaco como líder espiritual. De primero, sopa de pescado, ensalada tropical, queso frito, papas arrugadas con tres tipos de mojo, jamón serrano y fina crema de verduras. Un menú con cinco estrellas Michelín para la gran sensación del campeonato, que opta a la octava plaza en el estadio malacitano. El broche de oro al regreso al planeta caviar, tras 13 años entre las catacumbas de Segunda y Segunda B. Vino blanco de Lanzarote y una colección de tintos de Rioja. El menú de la legión invencible.
Fogones y una apuesta
Paco Almeida desvela que el plantel contó con una tarta especial, con el escudo de la UD y el rótulo 'Felicidades por hacernos soñar' -cortesía de la Pastelería Reyes-. El timplista Yeray Castellano mostró su repertorio más intimista en los postres. "Les hemos tratado como reyes, se lo merecen por esta campaña para la historia. Regresaron a Primera de la forma más brillante", determina un eufórico Almeida.
En la tormenta del gourmet, la empanada gallega tiene dimensiones kilométricas. Enorme como el Gran Canaria. Sobre la mesa, una tabla de quesos, longorones, chipirones en salsa, chuletón, lapas y gambas al ajillo. Vicente, Roque y Aythami presiden la mesa de los sueños. Se traza en el horizonte un nuevo desafío: volver a poner contras las cuerdas a los ogros de la competición con más glamour del planeta. Vestirse, por segundo curso consecutivo, del sello revelación.
Almeida confía en repetir el banquete galáctico y mira a Europa. "Si logramos la permanencia de forma holgada, podemos soñar. Si se meten en la Liga Europa, pueden venir durante un mes seguido. Este conjunto precisa de estímulos, aquí tienen el mejor pulpo de la Isla".
El domingo, la UD baja la persiana. Adiós a la campaña de la primavera mágica. Brindis y acordes de timple para alinear a todos los planetas. La conjura de La Marisma. Goles con mojo para liquidar al Málaga y besar la 8ª plaza. Todo un hito. Batir los 46 puntos de Kresic es una obligación. Mirando al océano, los príncipes de gofio devoran sus límites. Cantera y Clipper. Talento y pulpo. El salón de los invencibles.
