En sus botas está escrito el manual de cómo conseguir pasar del fango de la Segunda División B, a ser uno de los nombres que más se repitan en la rumorología del próximo mercado de verano. Roque Mesa (Telde, 1989) cumplirá el próximo partido en La Rosaleda (domingo, 11.00 horas, Canal Plus Liga) 100 partidos oficiales con la camiseta de la UD Las Palmas. Todo si Quique Setién, técnico amarillo, decide colocarlo sobre el césped en el último partido de la temporada.
En la Costa del Sol, Roque Mesa podrá convertirse en centenario con la UD. Una cifra que jugadores míticos de la entidad como Wolff, Brindisi, Antonio Betancort, o Miguel Ángel no pudieron alcanzar. La historia de Roque con la primera plantilla de la UD Las Palmas empieza en el verano de 2011. Ahí, la dirección deportiva de la entidad se propuso darle la alternativa a varios canterano que llegaban desde el filial. Por ahí ya llevaba una temporada Roque Mesa, que llegó desde el Tenerife B. El filial blanquiazul fue un salvavidas para la carrera del centrocampista de Telde. Allí llegó en enero de 2010. No obstante, solo unos meses antes se le pasó por la cabeza dejar el fútbol.
Su etapa en el Levante B se había acabo. El equipo valenciano captó al centrocampista en una época donde sus ojeadores tenían a Canarias como punto fijo en su red de captación de talento. Roque no fue el único futbolista que salió directo de Gran Canaria hasta las instalaciones del Ciutat de Valencia.
Sin equipo en el verano de 2009, Roque Mesa pidió probar con el Huracán de Tercera División donde se hizo un hueco antes de marcharse al Tenerife B y regresar a Gran Canaria en el curso siguiente para jugar en Las Palmas Atlético. Al verano siguiente, era una de las propuestas del club para empezar a trabajar con el primer equipo.
Con Juan Manuel Rodríguez al mando de la nave amarilla, Roque Mesa debutó en la octava jornada del curso 2011-2012. Lo hizo en el Estadio de Balaídos con victoria grancanaria por 1-2. Ese año consiguió jugar 22 partidos, casi siempre en la banda derecha, bien como extremo o como lateral.
El nuevo proyecto que lideraban Sergio Lobera en el banquillo y Branko Milovanovic en los despachos no contó con Roque Mesa. De nuevo, el centrocampista de Telde se encontraba sin sitio. Cedido al Atlético de Baleares, sus prestaciones fueron de sobresaliente para convertirse en indiscutible.
Al filial, otra vez
Otra pretemporada más en la 2013-2014, tampoco sirvió para mucho. Lobera seguía sin ver nada en él. El filial, entonces en Segunda B, fue su destino para ese año donde se convirtió en el timón del cuadro entrenado por Víctor Afonso. Ocho goles y una promoción de ascenso a Segunda División le abrió las puertas del primer equipo.
Imprescindible para Paco Herrera durante el curso del ascenso, Roque se ganó a base de trabajo un hueco entre sus fieles. En total, 39 partidos la pasada campaña -31 de liga, cuatro de promoción y otros cuatro de Copa-. Consagrado en Segunda, se ha comido la Primera División tanto con Herrera como con Setién donde ha sumado 33 duelos ligueros más cinco coperos. Hoy suma 99 partidos como amarillo para bordear la cifra mágica de los 100.
