220 días después de su destitución en la UD, Paco Herrera vuelve al ruedo. El preparador catalán, arquitecto del ascenso mágico del 21-J, tras batir al Real Zaragoza (2-0) en el Gran Canaria, en la vuelta del final del playoff, maneja la oferta del Real Valladolid para el curso 2016-17 en la categoría de plata. Con otro salto de categoría bendito con el Celta de de Vigo (2012), Herrera está a la espera de que el bloque pucelano selle de forma matemática la permanencia para anunciar su aterrizaje.

Con 62 años, y un expediente eterno como directo técnico, firmó 58 duelos con la UD en las dos últimas campañas 2014-15 y 2015-16. Con 27 victorias, 16 empates y 15 derrotas; logró 90 goles a favor y encajó 68. Con un promedio total de 97 puntos, dejó una forma afable y paternal de llevar una nave a la tierra prometida. Con Ángel Rodríguez, exjugador de la UD, como segundo, Herrera conquistó el mayor hito en la historia amarilla tras bajar al infierno de Segunda en mayo del 2002. 13 años después, ese 21 de junio, el entrenador de la experiencia liquidaba al Zaragoza -que lo dirigió también en la categoría de plata- gracias a los tantos de Roque y Araujo. Entró en la historia pero no supo digerir el éxito en la liga de las estrellas. Fue despedido tras el 4-0 ante el Getafe en el Coliseum, en la octava jornada del campeonato liguero. Su tensa relación con el núcleo duro y una accidentada pretemporada, precipitaron su salida y la llegada de Quique Setién, que sellaría una salvación holgada, terminando la UD en la undécima plaza. Tras seis meses sabáticos, de retiro espiritual, Herrera vuelve al ruedo y será en Zorrilla. Un plantel galáctico marcado por una temporada diabólica, en la que Herrera, en el caso de continuar en el plantel, podría coincidir con Marcelo Silva y Guzmán Casaseca, que formaron parte del plantel de la UD de la 2014-15.