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Entrevista

"No podía levantarme de la cama pero tenía que jugar"

"Me faltó apoyo psicológico. Nadie me pasó la mano por encima y las críticas me generaron ansiedad", afirma el lateral de la UD, David Simón

Simón, en la puerta del Centro de Fisioterapia Juan Naranjo. PACO CABRERA

La UD ultima la contratación de un lateral derecho, y trasladar a David García al puesto de central, ¿qué le parece contar más competencia en su puesto?

Es normal que quieran fichar, Setién habló conmigo y me dijo que quería traer a dos laterales. Cuentan con la opción de David García pero de central. A mí me da igual quién venga, lo importante es que aporte. Siempre me he considerado una pieza de equipo, aprecio el conjunto, y si encima tengo competencia muchísimo mejor. Siempre he remado contracorriente y he trabajado duro. Una vez más, me toca sacrificarme para ganarme el puesto.

La temporada de su estreno en Primera deja dos registros: la de un jugador fundamental, intratable, hasta que llegó el mes de enero. Tras su lesión de espalda, fue superado por un pletórico David García. ¿Cómo lo encajó?

Me vale para aprender, saber que cuando estás tocado hay que parar [jugó infiltrado]. Uno es ambicioso y quiere seguir. El míster me pidió que continuase. Estuve un mes sin entrenar pero jugando, y mermó mi rendimiento. También en el plano psicológico. Me vale para crecer y aprender. Nadie sabe que estuve lesionado, traté de recuperar mi nivel pero no podía. Llevaba un año y medio espectacular... Era la primera vez que me sucedía, pero vuelvo limpio. Fue una laguna mental, veía que no alcanzaba mi nivel, no estás como quieres. Ahora toca desconectar.

¿Por qué considera que se trató de un bajón mental?

Venía de una lesión, no entrenas y debes competir. Tienes que jugar. Y a lo mejor me faltó apoyo?Ya lo hablé, nunca me pasaron la mano por arriba y no tuve una charla especializada. Tenía que saber que confiaban en mí, a pesar de que jugaba con lumbalgia y no podía levantarme de la cama. Gracias a que estaban los 'fisios', que me recomendaron parar. Como veía, que no habían más laterales, o que Setién no podía confiar en nadie más, yo forzaba una y otra vez. Fue un fallo mío.

¿Le dolían los comentarios que cuestionaban su rendimiento, tras renovar en septiembre?

Te duelen. Quizás no estaba en mi mejor momento y me generaron ansiedad. Quieres llegar a tu nivel, y no puedes. Vas a peor. Pero ya queda atrás, ya pienso en la 2016-17.

¿El mejor recuerdo de la temporada su actuación en Balaídos -con un gol y una asistencia-?

En Primera, probablemente. Comencé con unos 10 ó 15 partidos a un grandísimo nivel. Hasta más o menos diciembre, que aparecieron los dolores de lumbalgia. Lo más importante es la UD, en el plano individual ya sé el nivel puedo dar y no tengo nada que demostrar. Solo tengo que estar bien, recuperar mi nivel, como siempre he hecho.

¿Por dónde pasan los nuevos objetivos de la UD?

El primer reto es salvarnos, y después mirar otras cosas. Hemos ido de menos a más, haciendo buen fútbol durante gran parte del curso. Solo falta corregir detalles. Cada uno sabe lo que tiene que mejorar.

El hecho de contar con 53 días de vacaciones, antes del inicio de la pretemporada (11 de julio), conforma una novedad en su carrera. ¿Cómo piensa encararla?

Tanto en mi etapa en el filial, que siempre jugábamos 'liguillas', como en la campaña anterior en la UD, con la promoción, apenas tenía descanso. A mí, sobre todo, me viene fantástico para recuperarme de la lesión en la espalda (...) Y cuando queden un par de semanas, pues trotar y ponerte en forma para llegar a tono en la pretemporada.

¿Con qué rival ha sufrido más en este curso en la galaxia?

En la fase diciembre, enero y febrero, lo pasé un poco mal.

¿Qué aspectos técnicos considera que debe pulir?

Siempre hay que mejorar. Cuando estaba en forma, subía y bajaba. Si estoy bien, lo hago 20 ó 30 veces.

¿A quién le daría la medalla de oro al mejor amarillo del curso?

El más decisivo fue Jonathan Viera. El mejor de la temporada. Y por regularidad: Roque Mesa o Bigas. El primero quizás no se veía pero fue vital. Fueron los tres mejores.

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