El arquitecto de la hazaña del 21-J, Francisco Herrera Lorenzo (Barcelona, 62 años), recuerda desde Badajoz, donde reside con su familia, el histórico salto de categoría a Primera -que puso fin a 13 años de peregrinaje maldito entre Segunda y Segunda B-. Un año después, el estratega, ahora en el Real Valladolid, realza el papel de la grada. "Siempre estuvieron con el equipo". Asegura que se llevó un tesoro: "Más allá de jugar bien o mal, tengo el aprecio y cariño de mucha gente. Están en mi corazón".
Se cumple un año del mágico ascenso del 21-J, firmado en el Estadio de Gran Canaria tras remontar el (3-1) adverso de la ida de la final del playoff de La Romareda ante el Zaragoza. Los tantos de Roque Mesa y Araujo (minuto 84) resultaron benditos. ¿Qué le dice esa fecha? ¿Qué espacio ocupa en su carrera deportiva? ¿Aún le emociona?
La fecha del 21-J me evoca sentimientos muy profundos. Me quedo con el cariño de todos, de la gente; no todos es ganar o jugar bien, en el fútbol te quedas con otras cosas. Esas que te acompañan para siempre. El comportamiento de la grada y de los seguidores me llegó al corazón en esa fecha tan especial. La entidad y la Isla se lo merecían, costó muchísimo trabajo y como todo lo que se conquista en la UD, fue con sufrimiento. Ahora, tras un año, me alegro por todos. En especial, de la afición. Una de las más sabias.
¿Ha vuelvo a ver el partido?
No necesito ver el partido otra vez... Lo tengo en mi cabeza. Es difícil de olvidar, es como si me llevase todo el cariño de la Isla en mi maleta. Llegué como un turista, y no sé si me sigo considerado un turista. Pero fue un mérito de todos, de los jugadores, del estadio, de la gente, de los periodistas (...) Fue el premio a un año exigente, muy difícil y es que la Isla se lo merecía, tenían que contar con un equipo en Primera División costase lo que costase.
Aquel ascenso se suma al conquistado con el Celta de Vigo (2012), ¿qué tuvo de especial hacerlo con la UD, tras el durísimo varapalo del 22-J ante el Córdoba, en la campaña anterior?
Me ha permitido la consideración y el hecho de contar para siempre con muchos amigos. Es el tesoro que tendré cuando esto se acabe [en relación a su carrera de entrenador cuando ahora emprende otro reto profesional en el Real Valladolid[. La posibilidad de decir que he dejado algo, y que te llevas el respeto y la estima de muchísima gente. Un ascenso supone hacer feliz a mucha gente. Y es emotivo.
Los tantos de Roque y Araujo ya forman parte de la historia. El definitivo, llegó en una acción a balón parado, que Viera centró al área. Ortuño peinó y llegó la chilena de Patalavaca de Aythami Artiles. En el segundo palo, la gloria. ¿Fue mérito suyo?
¿Mérito mío? Para nada, se trata de un capítulo muy hermoso, en el que todos dejamos nuestra firma. Fue gracias a todos, y lo quiero recalcar una y otra vez. Es que aquel ascenso tuvo muchos padres. Participó mucha gente. Recuerdo la energía del presidente [Miguel Ángel Ramírez], mi cuerpo técnico [tenía de segundo al exjugador de la UD Ángel Rodríguez]... El público nos ayudó en todo momento, fue un partido en el que la grada asumió su rol. Aprendimos que sin ayuda no podíamos, teníamos que ser mejores y nos pusimos manos a la obra. Y la grada estuvo de diez. Y eso no es fácil, una afición tan generosa, capaz de dar ese 'pasito' que nos llevó a Primera. Animando en todo momento, en esos 90 minutos. Entre todos se logró, para formar parte de la historia. Y yo, con modestia, puedo decir que aporté mi granito de arena.
El 2-0 lo tiene todo. Un tanto de cine. La agonía más hermosa...
Y el primero también, no se olvide. Dos goles impecables para elevar la valía de una fecha muy hermosa en mi carrera.No la olvidaré.
Raúl Lizoain y Jonathan Viera aseguraron hace unas semanas, que jamás vieron peligrar la eliminatoria a pesar de caer (3-1) en la ida en La Romareda. 'Sabíamos que íbamos a subir', aseguraron. ¿Usted lo vio tan claro?
Siempre creí en la victoria, estaba convencido de que se lograría. Contaba con ese pálpito desde la previa del encuentro en nuestro estadio. La ida no nos afectó, fue duro pero nos repusimos. Y tuvo un mérito impresionante. Que nadie piense que fue fácil. La afición fue nuestro arma secreta. Solo puedo decirles que gracias, desde la distancia [está en Badajoz con su familia].
El 21-J puso en el escaparate a valores como Raúl, Simón, Roque, Vicente, Jonathan Viera, Dani Castellano...Que luego tendrían un gran protagonismo en la mejor liga del mundo. Usted deja como legado, la apuesta por la generación de oro.
Hay mucho talento, y sobre todo, horas y horas de trabajo. La UD Las Palmas está haciendo un trabajo magnífico. Me congratula.
Tras la catástrofe en La Romareda pronunció su famosa frase de 'Nos vemos en la guagua -descapotable-', para festejar el ascenso la noche del 21-J. Acertó.
Fue un optimismo controlado, logramos hacer un gran partido ante un Zaragoza que contaba con un equipazo. Éramos conscientes de que estábamos ante una oportunidad histórica; tras una gran primera vuelta, luego acusamos el esfuerzo y nos metimos para el playoff con el margen preciso. Lo preparamos a conciencia, cuando recuerdo los goles, fueron perfectos...
En su paso por la UD, deja un registro de 58 partidos -ocho de ellos en Primera- y una profesionalidad de acero. Amado por la grada, a sus 62 años, cuenta con una trayectoria eterna en la categoría de plata con 385 duelos. Ahora lidera el proyecto del Valladolid. ¿Y la retirada?
Soy feliz, disfruto mucho. Me implico, y vuelvo a estar ilusionado. Pero jamás olvidaré la Isla.
