Su deseo era continuar, pero finalmente se ha impuesto la opinión del Deportivo de La Coruña. Manuel Pablo (Bañaderos, 1976) cuelga las botas después de algo más de dos décadas de carrera como profesional. Para la historia quedarán sus 18 temporadas en el Deportivo, sus 383 partidos de Liga y su presencia perenne en el lateral diestro blanquiazul solo interrumpida por una lesión escalofriante que cercenó su trayectoria.
Todo empezó con su debut en la UD Las Palmas, todavía en Segunda B, en septiembre de 1994 ante el Avilés Industrial. Cuatro años después, tras solo dos temporadas como miembro del primer equipo, fue traspasado al conjunto gallego entrando en la operación del Turu Flores. Desde entonces no se ha movido de La Coruña.
La etapa del capitán se cerró ayer lejos del césped, con un comunicado del club emitido tras la reunión en la que se decidió su futuro. En parte ha sido así porque él lo ha querido, convencido de que podría persuadir a la directiva, a la secretaría técnica y al nuevo entrenador de que todavía era capaz de estirar una temporada más su longeva carrera. Eso evitó una despedida acorde a su figura tras el último partido de la temporada pasada, ante el Madrid en Riazor. No hubo ni siquiera posibilidad de que la afición deportivista le rindiera un merecido homenaje porque él mismo se encargó de dejar entreabierta la puerta a su continuidad.
Con 40 años, Manuel Pablo pasará a desempeñar otras tareas en el club ligado a la dirección deportiva. Su experiencia se aprovechará como enlace con la plantilla durante los dos años de contrato que todavía le restan con el Deportivo. Su ilusión, sin embargo, era continuar. Se sentía en condiciones. Su dedicación era la misma que cuando aterrizó en A Coruña en 1998 y por eso ha llegado a convertirse en el segundo futbolista que más partidos de Liga ha disputado con la camiseta blanquiazul y el segundo con más temporadas en las filas del club. Solo le supera Fran.
El canario era además el último nexo con la etapa dorada del club. Se marchó Valerón y quedó como el último representante del Deportivo que cosechó títulos (una Liga, una Copa del Rey y dos Supercopas) y asombró en Europa. Su protagonismo decayó, pero se mantuvo fiel al club mientras éste se asomaba al abismo deportivo e institucional. Entonces fue también ejemplar.
