Con un pdf de nueve páginas se marcharon los jugadores de la UD Las Palmas de vacaciones el pasado 16 de mayo. La preparación física en un verano tan largo, de un mes y tres semanas de duración, era la obsesión del cuerpo técnico. No es normal un período de vacaciones de tanto tiempo para un futbolista y tocaba ser estrictos para que no perdieran la forma. Durante esta semana todos los jugadores se han ido sometiendo, poco a poco, a reconocimientos médicos, una prueba que no es simplemente una rutina. Es el examen que dictamina el estado de salud del jugador y en este caso también refleja si ha hecho los deberes. Y todos han cumplido con su parte del trato. Así, Quique Setién se encontrará este domingo, a las 17.30 horas, a 26 jugadores en buenas condiciones para empezar la pretemporada, cuyo primer día de trabajo es mañana con una doble sesión en el Municipal de Maspalomas.
El año pasado hubo un par de excepciones a pesar de que las vacaciones duraron mucho menos. Y una de esas excepciones fue Sergio Araujo, que llegó con sobrepeso al primer entrenamiento y le costó arrancar. Fue uno de los elementos que hizo que no rindiera al nivel esperado. Tras ser el héroe del ascenso y ser objeto de deseo de muchos clubes de Europa, las esperanzas en el delantero eran enormes. Bandera del proyecto junto a Jonathan Viera, la sensación de que de sus goles dependía la permanencia del equipo la tenían todos. Y también el entrenador, un Paco Herrera que a pesar de que el argentino no se encontraba en plenitud le alineó en las primeras citas.
Sin embargo, Araujo ha seguido un plan específico este verano con el que ha colocado la primera piedra para que eso no vuelva a ocurrir. Se ha presentado al reconocimiento médico con un peso adecuado, como el resto de sus compañeros, una demostración de que en este curso quiere cambiar el chip. Su calidad está fuera de toda duda y los pasos que se están siguiendo en todos los estamentos del club van destinados a recuperar la mejor versión del atacante.
Quique Setién tuvo mucha mano izquierda la temporada pasada. Y es que el argentino protagonizó dos capítulos polémicos que pudieron haberle situado en un punto sin retorno. El primero, cuando su padre y representante levantó la voz al asegurar que si no jugaba de titular se marcharía del club. La respuesta del técnico fue dura con el entorno del jugador, pero a la vez defendió al joven expresando que "entrena fenomenal y no se queja".
Apenas una semana más tarde Araujo no llegó en condiciones a un entrenamiento después de trasnochar y fue multado por el club, acto al que respondió Setién dejándole al siguiente partido fen la grada. Pero el cántabro volvió a ser benévolo, tuvo buenas palabras y pidió a la afición que le perdonara. El técnico siempre se ha esforzado en sacarle el mayor rendimiento posible, incluso cuando el argentino no ha respondido en el terreno de juego con goles.
Sin embargo, los últimos meses dibujan un nuevo panorama. El jugador trabajó y luchó en silencio en las últimas semanas, finiquitando incluso los pitidos de la afición, y en verano se ha mantenido en forma. Unas señales que son muy bienvenidas en el Estadio de Gran Canaria. Tras un registro de cinco goles en 30 partidos disputados en su estreno en Primera División, el punta argentino quiere hacer borrón y cuenta nueva.
