Del cielo al infierno. El final del culebrón del gladiador. La UD dinamitó ayer la venta de Roque Mesa al Sevilla, pactada y cerrada el pasado viernes, en 8,5 millones de euros. El club amarillo optó por elevar a diez el precio por el centrocampista de 27 años, en la jornada de ayer, y tras observar los refuerzos del club andaluz, tensó la cuerda. Y se acabó la puja por el timonero.

Roque Mesa, que ya tenía un acuerdo cerrado con el Sevilla, hasta junio del 2020, tiene una cláusula de treinta millones. Ahora, el club grancanario, como recompensa a su gran rendimiento, en las dos últimas campañas, le trasladará una mejora de contrato.

Con este capítulo, se pone fin al culebrón del verano. A finales de junio, se destapó el interés del Sevilla por Roque, que en primer lugar ofreció cinco millones de euros. Tras la primera negativa, llegó una nueva propuesta del club andaluz de 8 millones. Finalmente, llegaron hasta los 8,5 kilos.

El agente del jugador, Luis Alonso, se trasladó incluso al hotel de concetración de la UD -el Dunas Don Gregory-. Y anoche, tras una cumbre entre el presidente Miguel Ángel Ramírez, la dirección deportiva y Roque, se optó por anular la operación. "Cada jugador tiene un valor, nosotros hemos puesto el de Roque Mesa en diez millones. La mejor venta es la que no se hace", valoró ayer Miguel Ángel Ramírez.

Se da la circunstancia, de que el Sevilla ayer sí cerró la compra del centrocampista brasileño Ganso del Sao Paulo por unos 9,5 millones de euros. Además, oficializó la operación de 15 kilos por Franco Vázquez, que llega a Nervión del Palermo. A estos dos centrocampistas, cabe sumar la adquisición de Correa, que costó 13 millones. Proviene de la Sampdoria y solo tiene 21 años. Todos estos movimientos han terminado por desquiciar a la UD, que defiende su patrimonio.

El isleño completó la temporada de su vida en la 2015-16 y se coronó como el mayor recuperador de balones de la competición. A este medio, el teldense reiteró su deseo de abandonar la UD: "Quiero crecer y jugar la Champions". Con el aprecio y admiración de la grada del partenón amarillo, ahora Roque debe superar este mal trago. Se le ha cerrado la operación de su vida. Pero comienza un desafío mayor. El de portar el estandarte de la UD.

"Queremos hacer un bloque competitivo, y de calidad. Nuestro proyecto es ambicioso y consideramos a Roque una pieza capital", aseguró ayer Ramírez. Roque vestirá de amarillo y luchará con Montoro, Vicente, Javi Castellano y Hernán por el timón. Adiós al negocio del siglo.