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UD Las Palmas Pretemporada 2016-17 (Final del stage en Murcia)

Otro capítulo de impotencia

La UD acaba colista en el triangular del Pinatar Arena tras caer frente al Elche y no pasar del empate con el Cartagena

Otro capítulo de impotencia

Un proyecto sin resultados. La UD alcanza el ecuador de la pretemporada con el último puesto en el triangular del Pinatar Arena, disputado ayer ante el Elche y el Cartagena. Los de Setién cayeron por la mínima ante el cuadro ilicitano (1-0), gracias a un tanto de Sergio León de penalti, y no pasaron del empate (0-0), ante el bloque dirigido por un ex de la UD como Alberto Monteagudo. Con dos tiempos de 45 minutos, y con dos propuestas diferentes, los amarillos, una vez más, carecieron de pegada. A falta de pólvora, un torrente de polémica, Los de Setién se quejaron amargamente de los dos arbitrajes, de una cita que pone el punto y final a la concentración en Murcia.

El triangular fue para el Cartagena de Segunda B, que doblegó contra todo pronóstico al Elche y plantó cara a la galaxia amarilla.

En el primero de los encuentros celebrados en el Pinatar Arena Football Center, la UD salió con toda la artillería pesada. Jonathan Viera, Roque Mesa, Vicente Gómez, Marko Livaja y Momo portaron las riendas en el flanco ofensivo. El bloque grancanario dominó la contienda pero le costó salir de la presión asfixiante del navío de Toril -acosaron a Javi Varas desde el saque inicial de una forma salvaje-. Las penetraciones de Míchel Macedo fueron un puente de oro para aplastar al Elche. El brasileño sigue creciendo en el nuevo proyecto y puso un balón franco al delantero croata Marko Livaja.

Con Roque Mesa como capitán general, el primer tanto parecía que sería una cuestión de tiempo. Pero el Elche, con Pedro en el costado derecho, muy acertado en todas sus decisiones, se destapó con un gol marcado por la polémica. Un derribo del centrocampista teldense a Dorca provocó la acción del único tanto del primer pulso. De forma involuntaria, le dio al bloque de Toril la mejor de las ocasiones para abrir el marcador.

El pistolero de plata León, máximo realizador de Segunda, engañó a Varas en la acción fatídica. Las continuas faltas sobre Jonathan Viera terminaron por provocar un cortocircuito en la fase de elaboración de la UD. El toque mágico carecía de profundidad. Marko Livaja conectó con Benito pero el balón se marchó rozando el palo (30'). El extremo de La Aldea tuvo otra oportunidad de oro pero el misil se marchó desviado. Sin Hélder -lesionado-, la UD se mostró sólida en la zaga con David García y Lemos. El acoso de León se fue derritiendo. El poderío amarillo fue incontestable pero faltó la magia divina de la pólvora. El poder de dinamitar la muralla verdiblanca.

Carentes de fantasía

En el tramo final de la primera batalla, llegó la acción más controvertida. Momo fue derribado dentro del área de Juan Carlos pero López Fernández, muy cuestionado por los amarillos, amonestó al extremo zurdo de Las Torres. Además, anuló una acción legal que pudo significar el tanto del empate. El propio Viera se mostró muy crítico con el juez de la contienda al término del primer duelo de 45 minutos.

La UD careció de fantasía y completó un ejercicio de impotencia ante el Elche. Igual que en la jornada ante Emiratos Árabes. Balón al pie y una propuesta fácil de desarmar. Solo las cabalgadas de Míchel Macedo provocaron el jaque mate en la línea ilicitana, bien dirigida con la batuta de Javier Matilla.Desde el tedio y bajo un calor infernal, Viera lo intentó con dos disparos desde la frontal. Pero fueron congelados por Juan Carlos. Otro episodio sin pólvora, para un galeón amarillo sin cañones. La propuesta de fantasía y toque de Setién no encontró la fórmula bíblica del gol. Una y otra vez, se estrelló ante el rigor de un firme Elche.

Tras la victoria del Cartagena ante el Elche -en el segundo capítulo del triangular-, la UD afrontaba el pulso ante los de Monteagudo con la opción de conquistar la cita si sumaba el triunfo. Con Sergio Araujo -ya recuperado de su contusión en la rodilla-, los amarillos se refugiaron en el talento de José Artiles y Carlos González.

Arencibia, un hombre para todo, ejerció de central, junto al experimentado Aythami Artiles. El juvenil Carlos González ejerció de Viera y no tuvo ataduras. El talentoso mediapunta malogró un disparo franco desde el área pequeña. En el siguiente fotograma, Montoro, desde la frontal, mandó a las nubes un golpe franco de chocolate. Pasaban los minutos, y los amarillos lucían su alarmante falta de pegada [ante el Tenerife y Emiratos Árabes también se apagó la luz].

Tras apostar por Benito y Pablo, la UD se lanzó al ataque de forma criminal. Llegó la hora del artillero de la leyenda como Araujo. El Chino firmó uno de sus controles mágico y buscó el gol por la escuadra. El meta Marcos Morales tocó lo justo para desbaratar la mejor ocasión amarilla en el triangular.

Convenció la calma de Leo Ramírez y la facilidad de Montoro para brindar el último pase. Pero no era la noche. No había manera de pulverizar la portería de bronce. Una galopada de Carlos González acabó en el caos. El punta juvenil se marchó de tres rivales pero forzó un tiro sin ángulo. En el centro del área, esperaba sin oposición Montoro. Catálogo de despropósitos a la hora de finalizar. Este equipo, tras la marcha de Willian José, parece maldito y busca un rostro salvador para acabar con la depresión. En el ecuador de esta fase de preparación, con el pulso ante el Valencia a tres semanas (22 de agosto en Mestalla), faltan mecanismos ofensivos que corregir.

Lo reconoció Setién al término de la concentración en Murcia. Uno de los sellos más fantasiosos del Olimpo de Messi, camina taciturno. Precisa del aliento de Roque, que sigue creciendo con el paso de los días, tras el cruento final de su traspaso fallido al Sevilla. Castigados por el calor y las agujetas, la UD completa otra semana de trabajo. Hay déficit de pólvora y fantasía. Para eso está el verano, para crecer y besar la perfección.

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