Con apenas cuatro jornadas de trabajo, Kevin-Prince Boateng se vistió anoche de corto y respondió a un buen nivel como titular. Comenzó la contienda en la banda izquierda -a pierna cambiada- y compensó su falta de tono físico con destreza. El terremoto del Príncipe de gofio convenció al respetable, que le brindó una sonora ovación en el minuto 40 [hasta que se le acabó la gasolina al exjugador del Milán]. En su primera aparición en el césped, completó un gran cambio de juego. Se maneja a la perfección entrelíneas, parece que lleva siglos con la partitura de Setién. Y también se mostró como un líder, animando y cómplice con la jerarquía de Momo o Viera.
El atacante diestro entró en perfecta sintonía con Vicente, Viera, Livaja y Momo en su segunda aparición. Fue una jugada eterna, con hasta diez toques, y el internacional ghanés intentó el disparo sin fortuna. En el ecuador del primer tiempo, mutó su posición con el talentoso jugador de La Feria.
Por dentro, como mediapunta, Prince se muestra más letal. Le dio un gran pase a Momo, que fusiló a Rafael sin fortuna. Le faltó fortuna en el tiro pero siempre estuvo generoso en el pase. Y sobre todo en la actitud. No es el gladiador conflictivo que vendían desde el Calcio. El nuevo Prince quiere triunfar y está dispuesto a aceptar su rol de secundario. Un tenor de lujo en el planeta de Viera, Vicente, Roque o un activo Marko Livaja. Cada gesto del mundialista ghanés tenía respuesta en la grada del Municipal.
Alma de líder
Setién agradeció en rueda de prensa la participación y la intensidad de un activo de caviar, pero con apenas una semana de trabajo. Su grado de compenetración y de integración resulta sobresaliente. Pero también el amplio abanico de facultades futbolísticas que puede brindar a la partitura de la UD. Ayer, cumplió de extremo, no tiene velocidad, pero sí brilló como mediapunta. Arma rápido el tiro y puede desempeñar la labor de tercer delantero tras Marko Livaja o Sergio Araujo. El Príncipe de gofio ya está aquí. Terremoto por el '7'. El fichaje del siglo desata pasiones.
