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UD Las Palmas V Copa Mahou

La Copa del escándalo

La UD, que acabó con ocho, tras las rojas a Arencibia, Viera y Simón, cae en los penaltis ante el Tenerife

La Copa del escándalo

La Tercera Guerra Mundial. La Copa de las galletas y el escándalo. La UD se impuso al Tenerife (0-1), con un tanto de Míchel Macedo, en un choque marcado por las tres expulsiones que sufrió el bloque de Setién -en el 55-. Álvaro Arencibia, por una entrada a Nano, que fue retirado en camilla, y Simón y Viera por increpar al colegiado Trujillo Suárez, se fueron a la caseta. En esa franja diabólica, con tangana incluida, y con el choque detenido por espacio de 13 minutos, también vio la cartulina roja el jugador blanquiazul Vitolo.

En la última media hora de juego, los blanquiazules rozaron el ridículo, incapaces de batir a Varas con ocasiones clamorosas para Suso, Jorge, Darixon y Jorge Sáenz. Pero no había manera. La UD resistió hasta que se coronó finalmente el CD Tenerife en la tanda de penaltis [en la ida el marcador fue de 0-1] con un gran Dani -que detuvo dos lanzamientos-.

Las tres cartulinas rojas cambiaron el escenario de una manera radical. El baño futbolístico de la UD pasó a un segundo plano. Pero los de Setién lucieron disciplina, con Nabil El Zhar de lateral derecho, Lemos de sargento general y Tana como referencia ofensiva, respaldado por Sergio Araujo.

Había cuentas pendientes. En la caldera del Teide no olvidan las encendidas críticas de Setién al juego ultraviolento del cuadro tinerfeño en la ida -especialmente alevosa la patada de Iñaki a Tyronne-. Respiraba en la memoria colectiva.

Y cuando sonó por megafonía el nombre del preparador amarillo estalló el infierno. Torrente de críticas para el estratega de seda. Incluso durante el minuto de silencio también le trasladaron varias bondades desde el respetable. Con el pitido inicial de Trujillo Suárez, sorprendió la propuesta inicial con el mosquetero Carlos González, integrado en el triángulo mágico junto a Roque Mesa y Viera.

Con el cronómetro en marcha, la apuesta estaba fijada en saber en qué minuto llegaría la primera patada. En la contienda más caliente del planeta, Prince Boateng fue la víctima elegida por Crosas. Y luego le tocó a Carlos Ruiz. El Príncipe exigió justicia al colegiado.

Vitolo y el internacional ghanés comenzaron a intimar, intercambio de palabras y la UD que gobernaba el partido con suma facilidad. Casi a placer, combinando con fragancia brasileña. A los cuatro minutos, en la primera llegada con peligro del bloque de Setién, Viera levantó la cabeza y dibujó una asistencia deliciosa para Macedo.

El lateral brasileño, clavando la acción del primer tanto ante el Cagliari, controló con elegancia y armó el tiro con precisión cirujana. Superó a Dani Hernández en el fotograma del 0-1. Una obra de arte.

Combinaba la UD con elegancia y el tiro de Livaja (18') se fue desviado por centímetros. Respondió el Tenerife con un entro de Camille y el remate de Omar de cabeza.

Una patada de Vitolo a Momo escenificaba la guerra de trincheras. Era un baile amarillo al Tenerife, inofensivo con un Omar sin pegada. Dani Castellano vio la primera amarilla y un centro de Cámara lo abortó Javi Varas con una mano prodigiosa. A la media hora, avisó de nuevo Macedo. Jorge agredió a Carlos González con un manotazo, y el canterano fue retirado del campo. Entró el poeta Vicente.

De los tacones a los empujones

Gran acción de Viera y su taconazo lo desaprovechó Livaja. Nano, en la otra orilla, se plantó solo ante Varas pero Bigas se vistió de ángel salvador. En el tramo final del primer tiempo, llegó una entrada al límite de Livaja a Raúl Cámara. Otro incendio. Sombrero de Omar a Dani Castellano y el pulso estaba loco. La UD había perdido su dominio y la esencia de su propuesta poética. Era la dictadura de la adrenalina. Setién agitó el banquillo en el segundo tiempo y dio entrada a Tyronne, Arencibia, Borja y David Simón. Una acción de cine entre Momo y Livaja, dejó a Tyronne solo ante Dani y su tiro se marchó desviado por centímetros.

Roque probó fortuna desde la frontal y el colegiado, en una noche desastrosa, no pitó un clamoroso penalti sobre Borja. Y llegó el fatídico minuto 55. Arencibia frena el avance de Nano con fuerza y recibe la cartulina roja. Se monta el belén. El Pearl Harbor del Heliodoro. Manotazos, empujones, botellas volando, agresiones, insultos... Viera y Simón ven la roja; al igual que Vitolo. Bienvenidos al caos.

Tras el terremoto de las cuatro rojas, la UD supo mantener su portería a cero en un ejercicio sobresaliente de fe. Marko Livaja, que ya estaba amonestado, coqueteó con la roja. Varas, David García, Lemos, Vicente, Borja, Montoro, Livaja y Tyronne se vistieron de héroes.

Omar estrelló el balón en el poste y Draixon no pudo con el eterno Varas. El bombardeo del Tenerife fue despiadado pero Vicente, que terminó con el brazalete, se encargó de custodiar El Álamo amarillo. Tras el pitido final, Montoro y Tana se estrellaron en Dani Hernández. La Copa del escándalo fue para el bloque tinerfeño, sin pegada y que supo sacar tajada del terremoto de las rojas. La cita salvaje llegó a su fin. Para alivio de la galaxia.

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