De Tunte a Darmstadt. Del Municipal de Las Lagunas al corazón del imperio Merkel en el Merck-Stadion am Böllenfalltor. Fin de trayecto. La UD de Setién se ejercita en Barranco Seco y mañana pone rumbo a Alemania para bajar la persiana de la pretemporada más larga del siglo. Adiós al ciclo de las maletas. 35 días de exámenes, probaturas, minutos y rotaciones, que han llevado a los pupilos de Setién a citarse con el Combinado del Sur en Tunte, al filial, al Tenerife, por partida doble, a la exótica selección de los Emiratos Árabes en el Pinatar Arena -hacía más de tres décadas que los amarillos no se cruzaban con un combinado absoluto-, al Hoya Lorca, al Elche, al Cartagena y a los conjuntos de la máxima categoría de Portugal e Italia, el Marítimo de Funchal y Cagliari Calcio -en la primera edición veraniega del Torneo Internacional de Maspalomas-.
35 jugadores con minutos
Con un estilo barroco y de toque innegociable, Setién ha tratado de dar minutos a una lista infinita de jugadores (35), para concretar la relación definitiva en 24. El aterrizaje galáctico de Kevin-Prince Boateng marcó una pretemporada agitada, con un número elevado de bolos, que puso en el verde la mejor versión de Jonathan Viera.
A la plenitud de Momo, irrumpe con fuerza la raza y la osadía del juvenil Carlos González. Mimbre ofensivo de talento, junto a Benito, Borja Herrera, David Ramírez o Álvaro Arencibia, conforman la quinta del descaro. De la factoría de Siete Palmas, a la aportación de los fichajes como Hélder Lopes (1 gol en Tunte), Michel Macedo (marcó ante el Cagliari), Marko Livaja (batió al Lorca de penalti) y el terremoto Príncipe de gofio.
El final de la época experimental implica la salida inmediata como cedidos de Leo Ramírez, Asdrúbal Padrón y José Artiles. Siguen los pasos de Héctor Figueroa (ahora en la Ponferradina) o Alfredo Ortuño (Cádiz). Soltar lastre y estar pendientes de las evoluciones de las lesiones de rodilla de Javi y Hernán. El calvario de la enfermería fue la única nota negativa. Adiós al verano de los bolos infinitos y la tiranía imperial de Jonathan Viera.
