El cierre del mercado de fichajes está a la vuelta de la esquina y la irregular temporada pasada del Valencia, rival de la UD Las Palmas este lunes, se está alargando hasta este verano. El club tiene tantos frentes abiertos como jugadores en la plantilla. Con las incorporaciones de Nani, Medrán, Martín Montoya y Mario Suárez ahora tiene que vender para cumplir con el fair play financiero. De hecho, solo ha podido inscribir a los tres españoles en las últimas horas y para apuntar al portugués -que no puede jugar hoy por sanción- tendrá que esperar una semana más.
El frente que más preocupada tiene a la afición es el de Paco Alcácer. El delantero es el jugador referente y la pieza más preciada dentro del proyecto. El gran problema es que el FC Barcelona lo quiere como cuarto delantero de la plantilla. Su salida supondría un duro golpe y ha sido una muestra de las diferencias que existen entre el dueño y la presidenta. Mientras que Peter Lim y Jorge Mendes le buscan el mejor acomodo para recibir un buen pellizco, Layhoon Chan y Suso García Pitarch tratan de convencerles del error que supondría su venta. En la comida de confraternización del pasado jueves la presidenta le dijo que contaban con él y que su sitio estaba en Valencia. Con este frente aparentemente solucionado ahora la portería y la defensa son las piezas del puzzle que no terminan de encajar.
Diego Alves, rumbo a Sevilla
Empezando por la portería el conjunto che cuenta con tres metas de garantías. Dentro del mercado internacional es Diego Alves el que cuenta con mejor cartel y después de que pidiera un aumento de sueldo para situarse entre los que más cobran de la plantilla, la dirección deportiva ha decidido buscarle acomodo. De esta forma le dan toda la confianza a Jaume Doménech y Ryan. En un primer momento sonó el Barcelona, pero el guardameta brasileño no aceptó ser suplente en el conjunto catalán. Ahora todo indica que acabará recalando en el Sevilla para ponerse a las órdenes de Sampaoli.
El conjunto valenciano debe vender como mínimo a dos jugadores para cumplir con el fair play financiero y poder inscribir a las piezas que vienen a completar el puzzle. Y es la columna vertebral del equipo la que no se termina de ajustar. La pareja de centrales de la pasada temporada, formada por Aymen Abdennour y Mustafi, nunca terminó de cuajar. Y su situación fuera del campo es tan dispar como lo fue su incompatibilidad en el terreno de juego. El Valencia, que pagó 21,8 millones por Abdennour, ahora le busca acomodo con urgencia en la Premier, pero no terminan de encontrarlo.
El caso de Mustafi es completamente opuesto. Por el alemán de origen albanés se pelean varios clubes de la Premier, como Arsenal, Liverpool y Chelsea. El problema reside en que el conjunto valencianista no quiere desprenderse de él y no está claro es que él quiera continuar en la entidad. Mustafi tan solo ha completado un entrenamiento de pretemporada con el resto de sus compañeros y fue el pasado martes cuando se incorporó al grupo, por lo que muchos lo han interpretado como una medida de presión hacia el club.
El tercero en cuestión es Aderlan Santos. El jugador, representado por Jorge Mendes, llegó al club tras un desembolso de 9 millones de euros y tras un rendimiento por debajo de lo que se esperaba de él se encuentra en la rampa de salida. Muchas dudas y pocas certezas son las que tiene una dirección deportiva que mientras tanto también trabaja buscando a los sustitutos. En esa ruleta han sonado nombres como el de Raúl Albiol o Ezequiel Garay, entre otros. Pero tendrán que esperar hasta última hora.
El otro culebrón del verano lo protagonizó Dani Parejo. El madrileño pidió al conjunto che que lo dejaran salir rumbo a Sevilla. Ante la negativa de la dirección deportiva su decepción se trasladó al campo de entrenamiento y el técnico decidió apartarlo. Ahora la situación está más calmada, el jugador pidió disculpas a sus compañeros y cuajó un buen encuentro en el partido de presentación en Mestalla. El problema para Dani Parejo es que la afición tiene memoria y esos actos no son fáciles de olvidar, por lo que los pitos para el jugador fueron constantes, al igual que para Abdennour y Santos.
Las piezas del puzzle no encajan. En Valencia trabajan buscando alternativas pero hasta que no se desbloqueen las salidas nada pueden hacer en las incorporaciones. El río está revuelto y parece el momento idóneo para que la UD Las Palmas pesque en Mestalla y salde las cuentas pendientes de la pasada temporada, cuando se quedó a punto de sorprender.
