A sus órdenes arribó al primer equipo una generación que a la postre se ha convertido en una de las mejores de la última época. Vitolo, Viera, Vicente, Juanpe y Aythami Álvarez se dieron a conocer en el panorama futbolístico nacional bajo su tutela. El personaje que está detrás de ello es Paco Jémez, que volverá a cruzarse en el camino de la UD este domingo (17.15 horas, Bein Sports). Fue una UD que impresionó a todos en sus comienzos, pero que se acabó truncando ante el Granada por una abultada derrota (5-2).
Paco Jémez aterrizó en Las Palmas para sustituir a Sergio Kresic con el único objetivo de obtener la permanencia tras un año complicado. Con esa meta alcanzada en el verano de 2010, bajo su dirección técnica se retornó a los orígenes del fútbol canario.
Se confió en jugadores jóvenes, pero con una calidad que deslumbró en Tercera División y que a la postre se han convertido en los patrones del barco. Ellos han conseguido ilusionar y volver a hacer soñar a la afición al llevar al equipo a Primera. Esos jóvenes se unieron a jugadores con una larga experiencia como Josico o Guayre. Y entre ellos se dio la mezcla perfecta para, en las primeras jornadas de Liga, sorprender a propios y extraños. Los amarillos se situaron en las primeras posiciones de la tabla, pero tenían un punto débil y todos los equipos lo acabaron encontrando: la defensa.
De central al banquillo
Paco Jémez, en su época de futbolista, era un central disciplinado de melena al viento que sobresalió con la camiseta del Deportivo y del Real Zaragoza. En Coruña ganó una Copa y una Supercopa y otra Copa del Rey cuando su casa era La Romareda. Algo que contrasta con que sea en ese aspecto en el que siempre fallan sus equipos.
Un tipo con un carácter pasional y amante del riesgo que le transmite a todos sus equipos. Le gusta salir jugando el balón desde atrás, más concretamente desde el portero. "Cada vez que te llega el balón lo tenemos nosotros, ¿verdad? Pues cada vez que le pegas para arriba no sabes de quién va a ser. ¿Y a que tampoco sabes cuál es el balón que te va a costar el partido y cuál el que lo va hacer ganar? Entonces cuidaremos todos los balones que tengamos y fallar el pase es un riesgo que tenemos que tomar". Esta es la charla que tiene Jémez con sus arqueros, a los que siempre acaba convenciendo.
Mientras que en la parte de arriba del equipo suele contar con jugadores veloces que acaban haciendo que los partidos sean de ida y vuelta. Y si hay algo que siempre saben los aficionados de sus equipos es que se van a divertir y ver un buen número de goles.
A Jémez le queda una espinita clavada con Las Palmas. Su etapa comenzó de manera convulsa con una salida de tono de los recién llegados al primer equipo, Viera, Vitolo y Tyronne, en la famosa noche loca en Lanzarote. Ese incidente se saldó con una multa económica y el regreso al filial de Tyronne.
Este inicio movido de la pretemporada no afectó a los primeros partidos de la competición, donde los amarillos cosecharon resultados positivos que se refrendaron con buen juego.
El mago Viera impresionó a todos tanto que dos veranos después acabó haciendo las maletas para irse a Valencia. Su mejor socio dentro del terreno de juego era Vitolo, se notaban los años que llevaban jugando juntos, no les hacía falta ni mirarse para entenderse. Eso lo aprovechó y exprimió Paco Jémez. Quien no terminó de entrar dentro de su once titular fue Vicente Gómez. Al espigado mediocentro le costó más que al resto de platanitos hacerse con un hueco en el equipo. Pero fue el técnico cordobés quien le dio la alternativa y con él comenzó su carrera profesional.
Dos jugadores que desembarcaron junto a ellos fueron Aythami Álvarez y Juanpe, a los que les ha tocado probar suerte más allá de la Isla. En el caso del primero, fue una grave lesión de rodilla lo que frenó su progresión y su presencia pasó a ser testimonial. Juanpe, por su parte, al no disponer de minutos y acabar contrato, decidió poner rumbo al Racing.
Así fue como a las órdenes de Paco Jémez y con un estilo similar al actual se empezó a gestar la mejor versión de la UD. Él les dio la alternativa a jugadores que se han convertido en los ídolos de la afición. Bajo su amparo se forjó una generación de oro. Ahora, casualidades del destino, vuelve a Siete Palmas a los mandos del equipo que propició su salida de la Isla, el Granada.
