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El análisis del rival

La nueva pizarra del Granada

Con Samper y Pereira en la expedición, el bloque de Jémez ha sufrido un cambio radical en su plantel

Paco Jémez, ayer, se retrata junto a un grupo de aficionados, en la puerta del hotel NH Imperial Playa. QUIQUE CURBELO

Temporada nueva y vida nueva. Ese es el resumen que se puede realizar del Granada CF. El conjunto nazarí en este verano ha sufrido una auténtica revolución, ha pasado a manos de Jiang Lizhang, con quien Quique Pina sufrió desavenencias que acabaron provocando su renuncia. Ahora, el empresario asiático se ha convertido en el primer presidente extranjero de la entidad y su primera decisión fue traerse a Paco Jémez. El técnico cordobés sonó para muchos equipos de Primera, como el Deportivo o Valencia, e incluso para la selección, pero finalmente fue este proyecto el que le cautivó.

Con su llegada se dieron más de 25 bajas en la plantilla entre jugadores que finalizaban sus contratos o bien, que no se contaba con ellos. Son los casos de Peñaranda, El Arabi, Rochina o Miguel Lopes, jugadores que eran titulares indiscutibles y que han puesto rumbo a otros equipos. En la otra cara de la moneda tenemos a los jugadores que han arribado como el portero Ochoa, Jeremie Boga o Sergi Samper. Son jugadores de otras características y que se adaptan bien al estilo que impondrá Paco Jémez.

Supervivientes

A esta revolución, solo dos jugadores son los que han sobrevivido y siguen siendo titulares: Lombán y Krhin. Tanto el central como el mediocentro han convencido al entrenador para ser de la partida en este comienzo de temporada.

Jémez siempre es fiel a sus ideas y así las ha desarrollado tanto en la Unión Deportiva Las Palmas, en el Córdoba o en el Rayo Vallecano. Le gusta tener el balón y eso es innegociable. Salir jugando desde atrás es una imposición. El juego siempre empieza en el portero y ninguna pelota se puede rifar. Es un técnico audaz con un estilo de juego atractivo y arriesgado, además de reconocible. Da igual el rival que tenga delante y si pierde por uno que por cinco goles, pues no se amedrenta ante nada ni nadie.

Este nuevo Granada busca que su modelo sea la posesión, elaboración y combinación. Para ello ha incorporado a jugadores que les gusta tener el balón y tocarlo. Un estilo vistoso con el que los aficionados se divierten, pero que conlleva una serie de riesgos que siempre acaban sufriendo en la misma zona: la defensa. Esta acarrea que la cifra de goles encajados sea elevada. Puesto que tienden a dejar espacios en la zona de atrás y las llegadas son sinónimo de peligro.

Este estilo es completamente diferente al que se vio en Los Cármenes la pasada temporada con Sandoval y su sustituto José González. Un equipo que intentaba armarse bien en defensa y salir al contragolpe con un delantero como Peñaranda (ahora en el Udinese), escoltado por El Arabi (Lekhwiya de Qatar) o Rochina (Rubin Kazan).

Es decir, todo lo contrario a la idea que inculca Jémez. Todas las formas y los estilos de juego conllevan un riesgo, la diferencia es hacerlo más o menos atractivo para el espectador. Tiene su idea clara y convence. Con trece caras nuevas, desde el portero internacional mexicano Ochoa al israelí Omer Atzill. Gabriel Silva se estrena esta tarde, junto al azulgrana Samper. Así como el prometedor Andreas Pereira, que llega del Manchester de Mourinho. "Amo a ese jugador", llegó a detallar el técnico luso.

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