La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

UD Las Palmas La contracrónica

Un Príncipe volador y un Viera imperial

El cabezazo del ghanés y el arte del mediapunta desarman a Paco Jémez en 34 minutos de locura

El internacional ghanés de la UD, Prince Boateng, remata de cabeza ante el meta Ochoa. Detrás, Jonathan Viera. QUIQUE CURBELO

Etiqueta caníbal para besar la excelencia. Misiles de plátano. La plenitud de la galaxia. Sinfonía de caviar para coronar el Everest. Nueve goles en 180 minutos. Un liderato orquestado desde la fantasía. La UD, gracias a un festival eterno de caviar ante el Granada de Jémez, con los tantos de Nabil El Zhar (2), Prince Boateng (1), Momo y Araujo, ha desatado la tormenta perfecta. Un tsunami diabólico. Con ustedes, los reyes del mambo. Monarcas del balón en la mejor liga del mundo. Una tarde para la historia.

Un fotograma escenifica la revolución del modesto en el planeta de la opulencia. El 2-1 de Kevin-Prince Boateng es un canto a la locura (minuto 51). El inicio del huracán más despiadado. Con la UD soportando las embestidas del dragón nazarí, el meta sevillano Javi Varas sacó de portería con la precisión de un cirujano.

El balón lo 'pinchó' el depredador Marko Livaja, escorado en el costado zurdo. El delantero croata se marchó de su marcador (Tito) y dejó en evidencia al último central del combinado andaluz (Lombán). Alzó la mirada. El centro fue un atajo al paraíso, una ventana al cielo de la tierra prometida.

En el corazón del jardín del meta mexicano Ochoa, el Príncipe del Roque Nublo se subió a su trampolín de oro. "Metió un gol con el alma", valoró Setién en sala de prensa a modo de titular. Ejercicio de periodista para un tanto que fue una carga de dinamita para el Granada. El inicio de la catástrofe.

El fichaje del siglo cruzó los aires. Se montó en su jet privado para completar el Van Gogh de los tantos. Y solo unos minutos después, el ghanés abandonaba el partenón bajo una tormenta de aplausos. Reconocimiento al '7', que se fue lesionado tras el choque con el meta.

Era la presentación ante su afición, y no falló. El fichaje del siglo quedó lastimado tras una entrada de Uche pero se pegó una carrera a lo Bolt. Un esprint terrorífico para desnudar las miserias de la propuesta kamikaze de Jémez. La cabeza del Príncipe de gofio, la misma que torturó al Valencia en Mestalla en la acción del 1-2, alzó el telón del Pearl Harbor tropical. Cuatro tantos en 34 minutos.

A la precisión del ex del AC Milán [dos dianas en 110 minutos], cabe añadir la visión periférica de Jonathan Viera. Recital de criterio en la medular del genio de La Feria ante la presión de Samper, Khrin, Boga y Andreas Pereira. Se alineó con un Vicente Gómez imperial, en una actuación portentosa del triángulo mágico. Roque, siempre acosado por los rumores de su salida de la entidad, aportó templanza y talento en la sala de máquinas.

Tras la cabeza de Dios -el remate bendito del Príncipe-, llegó la orgía de talento con el segundo de El Zhar, el torpedo de Momo y el recorte mágico de Araujo. Una media hora para enmarcar, que tuvo el broche de oro del debut en la máxima categoría de Tyronne del Pino [precisamente ante el técnico Jémez, que le dio la alternativa en el equipo amarillo en la 2010-11].

Toque, velocidad, desmarque

En Mestalla, todo se redujo a la pegada de acero -cuatro goles en seis disparos-. Pero ayer, el libreto bíblico de Setién se llevó el sobresaliente. Toque, paredes, desborde y serenidad defensiva. David García, el gran capitán, se encuentra en el mejor momento de forma de su carrera (con 34 años). Se ha ganado la renovación con un señor partido. Conforma con Bigas una muralla de hormigón armado. Lemos, la gran sensación en el pasado campeonato, se quedó en la grada.

Las piezas en el puzzle de Setién encajan a la perfección. Si los focos fueron para Viera, Prince y Nabil, en el plano anotador, Jerónimo Figueroa Momo hizo historia. Anotó su primera diana en la máxima categoría de amarillo. El último gol del alfil de oro en la liga de las estrellas se remonta a marzo del 2010, con la elástica del Xerez. Y ahora lo hace con el club de su corazón, en la diana número 25 con la UD. Aprovechó una asistencia deliciosa de Nabil El Zhar para empujar el esférico a la red. Su último aportación de pólvora fue en la misma portería de la Curva, ante el Eibar en Copa, el pasado mes de enero.

El latir de la galaxia del Príncipe del Roque Nublo. Y del monarca Jonathan Viera. Figuras de la nobleza del balón para convertir a esta UD en una máquina de hacer goles. De todos los colores, con la presión de Marko Livaja como herramienta asesina. La velocidad de Nabil, la serenidad de Vicente, la clase de Roque, el talento de Momo o el olfato de Sergio Araujo. Ingredientes de una factoría para la eternidad. Con solo dos kilómetros de campeonato, soñar es gratis. De la ilusión al pánico. El amarillo gobierna el planeta Messi.

Compartir el artículo

stats