Hace apenas un año Hernán Santana era un jugador titularísimo en la UD Las Palmas. Su rendimiento en el año del ascenso había sido espectacular y era una pieza clave en los planes de Paco Herrera. Pero el 2016 se ha convertido en un año de pesadilla por las lesiones. Ayer, sin embargo, dio la gran noticia en Barranco Seco al completar el primer entrenamiento con el grupo desde las primeras sesiones de pretemporada. Y es que a mitad de julio sufrió una lesión en el menisco externo de la rodilla derecha que le hizo ir a Barcelona a pasar revisión y en la entidad se temían lo peor. De hecho, tanto su lesión como la de Javi Castellano fueron uno de los motivos por los que Roque no fue vendido al Sevilla después de que se llegara a un acuerdo.
Ahora comienza Hernán su particular pretemporada, entrenamientos con el resto de compañeros para ponerse a punto y pelear la titularidad en un equipo en el que jugar está cada vez más caro. Un nuevo reto para el de Zárate, que sin embargo siempre se ha acabado convirtiendo en un jugador importante en cada temporada gracias a su inagotable espíritu.
Y es que el año del ascenso fue una pieza capital en los planes de Paco Herrera. Como interior derecho fue uno de los jugadores que daba solidez al centro del campo amarillo. Y en el inicio de la temporada siguiente en Primera División era utilizado por Paco Herrera en el puesto de pivote defensivo tras la lesión de Javi Castellano.
Sin embargo, una primera y pequeña lesión, justo cuando se produjo la llegada de Quique Setién, hizo que fuera perdiendo peso en el equipo. El cántabro empezó mostrando una fe ciega en el doble pivote que formaban Vicente Gómez y Roque Mesa, lo que relegó al de Zárate por decisión técnica. Luego, en diciembre una plaga de lesiones en el centro de la defensa le abrió hueco como central, y su nivel fue notable. Pero ahí comenzó su particular calvario.
Una rotura muscular en el gemelo interno de la pierna derecha el 30 de diciembre y una recaída el 14 de febrero le tuvieron sin continuidad hasta abril. Se preparó a conciencia en verano, pero en la primera semana de pretemporada fue la rodilla la que le maltrató. Ahora está de vuelta y dispuesto a reclamar un sitio en el once.
