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5ª jornada / Real Sociedad - UD Las Palmas

La UD paga la resaca

La Real Sociedad y Willian, con dos goles, trituran al equipo amarillo, que a los veinte minutos sufrió penalti y expulsión de Boateng (4-1). Quique Setién hizo rotaciones que no funcionaronRetransmisión del partidoClasificación de LaLigaClasificación de la Liga Adelante

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Toda borrachera conlleva su resaca. Es ley de vida. Si por una noche, unos días o unas semanas vives por encima de tus posibilidades, en algún momento, normalmente más pronto que tarde, la realidad te golpea. Es lo que le ocurrió ayer a la UD Las Palmas, que fue goleada y maltratada en San Sebastián por la Real Sociedad (4-1). El equipo, con tres victorias y una derrota que le situaban en la tercera clasificación, estaba sacando mejores resultados de los que merecía.

Quique Setién tenía razón.Estaba en una fiesta que no le correspondía. Se encontraba en una nube. Y en esas llegó la Real Sociedad, hambrienta de gol y de alegrías, para hacerle pagar la cuenta con un Willian José que, con un doblete y una exhibición individual, no tuvo piedad de sus compañeros. Con la migraña ya algo superada en la segunda parte, el gol de Tana y la entrada de Jonathan Viera maquillaron el resultado y la imagen cuando la Real ya ganaba 4-0.

La derrota del cuadro insular tiene todos los síntomas de la resaca. El equipo amarillo ni se acordaba de lo que había hecho la noche anterior. Todos sus mecanismos de juego, todos sus principios, todas sus certezas, todas sus virtudes desaparecieron en una primera mitad horrenda. Ni solidez defensiva, ni precisión con el balón en los pies, ni orden táctico, ni vértigo en los contragolpes ni personalidad. Se olvidó la cartera, el teléfono móvil y hasta el carné de identidad. La resaca estaba a la altura de la borrachera, que había sido de aúpa.

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Por si fuera poco el dolor de cabeza y la deshidratación, la UD tuvo golpes de mala suerte que provocaron el sangrado. Un gol en el minuto uno de Willian José y el penalti y expulsión de Boateng a los veinte minutos por mano en la línea de gol, una norma que debería ser desterrada del fútbol, le castigaron. Ni siquiera las rotaciones de Setién funcionaron. De hecho, fueron uno de los motivos que propiciaron el desastre. Entraron en el once David Simón y Montoro, que fallaron en el primer y en el tercer gol, así como Boateng -causante del penalti y la expulsión de segundo tanto- y Araujo, que volvió a dejar detalles ilusionantes.

Y encima, delante tenía a la Real Sociedad, un equipo necesitado de alegrías. Posiblemente otro equipo hubiera aflojado el ritmo pero el cuadro de Eusebio Sacristán no. Con una materia prima excelente, al conjunto donostiarra le costó arrancar en este inicio de Liga. El reflejo de ello fue la pobre afluencia de espectadores. Con su gente desengachada, qué mejor que una goleada ante el tercer clasificado para hacer las paces, pensaron los locales cuando se vieron 2-0 y uno más a los veinte minutos. Y así fue.

La somnolencia inicial tardó unos pocos segundo en mostrarse. En la primera pérdida de balón de la UD Las Palmas atacó la Real Sociedad por el costado derecho. La zaga amarilla reculó mal y Willian José castigó en el segundo palo adelantándose a David Simón, que salía en la foto en su primera aparición esta temporada. El brasileño comenzaba con su gol su particular festival. Nadie en este comienzo de temporada ha generado tantos problemas a la defensa amarilla como Willian José. Y es que solo ocho minutos después cabeceó desviado a la salida de un córner y poco más tarde tuvo un mano a mano que frenó Varas, aunque la jugada estaba anulada.

La UD Las Palmas estaba noqueada. La Real Sociedad le sometió a una presión alta y le faltó precisión para salir con el balón jugado. Las novedades de Quique Setién no encajaron en el engrasado sistema amarillo, que de repente empezó a mostrar vías de agua desconocidas. Montoro salió para hacer compañía a Roque pero demostró que no es Vicente. David Simón entró en el lateral derecho y exhibió que mantiene la desconfianza que arrastró en la segunda vuelta. Sin continuidad, al '2' le cuesta rendir y ayer fue un cúmulo de despropósitos. Desde que Willian le robó la cartera no paró de titubear con el balón en los pies y con esa timidez no se atrevió a mostrar la profundidad en ataque, su mejor cualidad, hasta los últimos minutos.

Así, entre pérdida y pérdida de balón le había dado tiempo a la UD de tener una ocasión en un disparo lejano de Roque que mandó Rulli a córner con una gran estirada. En medio de ese panorama llegó otro córner en el que cambió el partido. Javi Varas salió en falso, Willian, otra vez Willian, cabeceó a la red, pero allí estaba Boateng que, con un gesto instintivo, metió la mano sobre la línea. Penalti y expulsión. Vela no falló y la cuesta era demasiado empinada.

Se vino abajo el equipo amarillo, que a partir de entonces y hasta el descanso cometió su error más grave en el partido. No tuvo carácter ni agresividad, no tuvo amor propio, no tuvo casta, no tuvo orgullo. Boateng, que había empezado ejerciendo de 'nueve' en una interesante variación táctica del cántabro, mientras Araujo empezó en la izquierda, era el hombre que estaba intentando echarse el equipo a la espalda hasta que fue expulsado. Bajó mucho a combinar y a intentar sacar al equipo de atrás.

Sin el ghanés y con la Real Sociedad en modo avión, a la UD Las Palmas le faltó garra. Tuvo lagunas la defensa amarilla por todas partes. Era un muñeco de trapo maltratado el cuadro amarillo. Carlos Vela, Willian José y Mikel Oyarzábal vieron la sangre y mantuvieron el acelerador a fondo. Así, en el minuto 35 llegó el tercero con un cabezazo de Zurutuza, que se adelantó a Montoro para cabecear a la red un centro exquisito de Xabi Prieto. Tana y Araujo intentaban pelear por su cuenta pero la defensa donostiarra estaba ordenada y la única ocasión hasta el descanso la tuvo de nuevo Vela.

El paso por vestuarios refrescó algo la imagen de los amarillos a pesar de que Simón volvió a pecar con un penalti inocente sobre Oyarzábal. Lo anotó Willian José, que hacía si segunda diana de la noche. Pero la UD tenía otra cara y salió más enchufada. Lo demostró Tana con el tanto que sirvió para acortar distancias al rematar un gran pase en profundidad de Roque Mesa.

Viera, lo mejor

Pensando en el sábado y en maquillar el resultado aparecieron Hélder Lopes y Jonathan Viera, y luego Aythami por Bigas, que se marchó tocado. El colmo para el equipo amarillo, que además vio como Lemos, desastroso toda la noche, acabó el partido calambres.

La Real Sociedad se relajó y, con espacios y Viera en el campo, la UD dio un paso al frente. El de La Feria entró dispuesto a coger ritmo para avisar al Real Madrid. Está como cuando se lesionó Jonathan Viera, en una forma espectacular. Con dos pases medidos dejó solos a El Zhar y Simón. El francés picó el balón y se le marchó fuera y el lateral se topó con Rulli. Ese arranque de orgullo permite a los amarillos sacar algo positivo. Hasta de las resacas se aprende.

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