La Provincia - Diario de Las Palmas

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Un empate que sabe a gloria

Más de un centenar de aficionados se dieron cita en la fiesta organizada por la Casa de Canarias

Los aficionados amarillos celebrando el primer gol de Tana.

El final fue vibrante, tal vez mejor de lo esperado, sobre todo con ese empate en los últimos minutos que a todos les supo a gloria bendita. La Casa de Canarias en Madrid había organizado una gran fiesta para ver el partido que enfrentó a la Unión Deportiva Las Palmas y el Real Madrid. Los aficionados fueron llegando en grupos reducidos, unos con la camiseta, otros tan sólo con una gorra, pero todos deseando ver con otros canarios el partido que llevaban tiempo esperando.

Al final se juntaron más de 100 aficionados, animados y dispuestos a pasar una noche de fiesta, "aunque se pierda", apuntaban antes de comenzar el partido. Después poco a poco, y con el gol de Tana, se desató el optimismo.

Los brindis se sucedieron, los abrazos, y los nervios que saltaban con cada nuevo lance del juego. Jonathan Suárez, un militar de Las Palmas de Gran Canaria destinado en Madrid no paraba quieto, reconocía que los partidos de la UD lo ponen muy nervioso, pero estaba encantado con la forma de jugar de su equipo.

El gol de Benzema hizo decaer el ambiente y alguno que otro ya empezó a decir por lo bajo, "esto es como siempre, David contra Goliat, y ya se sabe que gana Goliat".

Esta vez los refranes, lo previsible, se esfumó, y los más de 100 canarios que se reunieron en la discoteca Sol y Sombra pudieron empezar con la fiesta soñada después de haber vivido junto a otros amigos un final de partido que mereció la pena.

Y encima, pudieron ver también como el Granca se alzaba con la Supercopa de baloncesto y se unieron en los cánticos de Pío, Pío y Campeones, Campeones, que con total rotundidad se escuchaba cantar a los aficionados amarillos sitos en el Estadio de Gran Canaria. Vamos, como si los que estaban en Madrid estuviesen viviendo el momento que con tanta euforia y alegría se vivía en Siete Palmas.

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