La Provincia - Diario de Las Palmas

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Dos obras con el sello UD

Los goles de los amarillos al Real Madrid llegaron después de dos largas posesiones de balón - El primero tras nueve pases y el segundo, tras diez

David García, Aythami y Viera celebran con Tana su gol al Madrid. QUIQUE CURBELO

Con un punto de fortuna se culminaron los goles de la UD Las Palmas ante el Real Madrid. En el primero el despeje de Varane fue a parar a los pies de Tana, que luego embocó con una tranquilidad de genio. Y en el segundo una serie de rechaces entre Kiko Casilla y Sergio Araujo dejaron el cuero en la línea de gol. Pero la elaboración de ambas jugadas tuvo el sello de la UD Las Palmas. Fueron posesiones largas, trenzadas con una paciencia no exenta de colmillo y con la participación de muchos jugadores. Y todo ello en medio de la presión del Real Madrid, que parecía tener bajo control a los amarillos. Pero así es esta UD, que con un par de minutos de inspiración ofensiva es capaz de marcar dos goles.

El primero empezó con un saque de banda. La puso en juego Dani Castellano para Momo, que avanzó con el balón, no encontró la manera de darle verticalidad al juego y cambió el sentido para Michel Macedo. El brasileño buscó a Roque Mesa, que ante la presión rival retrasó para David García. Vuelta a empezar. El capitán entregó a Aythami Artiles y éste, en su regreso al once, se la dio a Jonathan Viera. El de La Feria, necesitado de balón, retrasó su posición hasta el centro del campo para recibir del central.

Tan atrás no tenía oposición Jonathan Viera y eso lo aprovechó Vicente Gómez para sorprender a los centrocampistas del Real Madrid. El de Schamann se coló entre Modric, Kroos y los centrales y Viera le encontró. Se dio la vuelta Vicente Gómez que, presionado por Sergio Ramos, abrió para Momo y se incorporó al área. Allí le acompañaban ya Marko Livaja, Tana y hasta Michel Macedo. La presencia en el área contraria de jugadores de la UD Las Palmas era de cuatro hombres, una de esas consecuencias de elaborar el juego de manera pausada pero sin ser previsible. El Real Madrid había bajado la guardia una marcha tras el tanto de Marco Asensio y eso lo aprovechó Las Palmas para venirse arriba. Tanto fue así que en un ataque que no parecía nada del otro mundo había en el área blanca cuatro jugadores amarillos -y Jonathan Viera en la frontal- por otros cuatro del Real Madrid.

Izquierda, derecha y vuelta

No resultó extraño, por tanto, que un rechace favoreciera a la UD Las Palmas. Tuvo esa fortuna el equipo insular, pero también porque la buscó. Y, además, contó con la calidad suficiente como para embocar a la red. Fue Tana, al que le dio tiempo de controlar y acomodarse el balón dentro del área antes de definir sobre seguro ante el achique de Kiko Casilla, Sergio Ramos y Nacho. Duró 30 segundos la jugada desde el saque de Dani Castellano y solo el toque de Varane interrumpió la combinación de hasta nueve jugadores de la UD Las Palmas. Solo faltaron Javi Varas y Marko Livaja en una jugada en la que el equipo amarillo funcionó como un parabrisas: empezó en la izquierda, continuó en la derecha y avanzó de nuevo para la izquierda hasta la culminación del que ejercía como extremo derecho.

En el segundo gol la UD, en cambio, atacó por la derecha y fue un centro impreciso, la fe de Tana y la dejada de Vicente Gómez lo que provocó el gol. Pero todo había empezado en Javi Varas. A partir de ahí y hasta la parada de Casilla un minuto de posesión insular y la participación, otra vez, de nueve jugadores de la UD Las Palmas. Faltaron por tocarla Marko Livaja y Dani Castellano.

Era el minuto 83 y Javi Varas sacó en corto, una de esas señales que identifica el estilo de la UD Las Palmas. Nada de desesperación buscando el pelotazo. La norma es la paciencia, así que se la entregó a Aythami Artiles, que tocó para Roque Mesa y éste abrió para Michel Macedo.

El Real Madrid, ahora sí, presionó más que en la jugada del primer gol y volcó sus esfuerzos en acorralar a los amarillos en ese costado. Pero la precisión del brasileño y de David García impidieron una pérdida en zona de peligro y propiciaron, de hecho, todo lo contrario. Y es que el capitán encontró en largo a Nabil El Zhar, que peleó y resistió ante el acoso de Nacho y de Sergio Ramos mientras Michel ya le doblaba.

El centro del franco-marroquí no fue preciso, pero Tana lo hizo bueno con su carrera. Es inagotable el de San Cristóbal, que tras semejante esfuerzo tuvo la lucidez para encontrar la cabeza de Vicente Gómez con un pase medido. El de Schamann dio continuidad al acierto de la UD con un toque preciso para la internada de Araujo. Ya formaba entonces el equipo amarillo con un 4-4-2, con todo a por el empate. En esa acción, cuando Vicente se incorporó, había otros tres compañeros pisando el área. Además de Araujo, allí se encontraban amenazando al Real Madrid Marko Livaja y El Zhar. El mejor posicionado era Sergio Araujo, que luego tuvo fe, alma y ese punto de fortuna para embocar ante Casilla y Nacho. Con una pizca de suerte, sí, pero sobre todo con muchas dosis de calidad empató la UD.

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