Si el míster, antes del choque de Pamplona, declaraba que no veía al equipo con el punto de intensidad necesario, en los últimos entrenamientos parece que quieren quitarle la razón...
A lo mejor cuando el técnico dijo eso hablaba de la sensación que tenía, pero creo que ante Osasuna se vio que este equipo nunca baja la intensidad. Entrenamos a muerte y disfrutamos haciéndolo.
Dos encuentros formando en el once titular y el equipo no ha perdido. ¿Contento?
Sí. Han sido partidos muy diferentes. Contra el Real Madrid el empate supo más por la forma en que se obtuvo y creo que estuvimos bien defensivamente. En Pamplona el choque requería de otras cosas y conseguimos otro punto importante por cómo estaba la situación. En general, me siento satisfecho por los resultados del equipo y por el rendimiento de mis compañeros y del mío propio.
¿Cómo se ha encontrado en estos dos encuentros?
Bien. Los partidos te sirven para competir al máximo, pero si no juegas, los entrenamientos los debes encarar como una forma de estar preparado para cuando te llegue la ocasión. Si te los tomas en serio y te esfuerzas al cien por cien, a la hora de entrar en el once te cuesta menos igualar el nivel de los compañeros.
¿Qué me dice de la competencia que existe en su posición: David García pletórico, Bigas a un alto nivel hasta la lesión, Mauricio Lemos cumpliendo cuando le ha tocado salir y usted también exhibiendo un gran nivel?
Continuamos siendo los mismos centrales del año pasado. La temporada anterior el nivel ya fue muy bueno y en este la cosa continúa igual. La única diferencia es que David estaba de lateral y ahora actúa de central. Creo que estamos dando un nivel bastante bueno y eso complica mucho el poder jugar. Lo más importante es que cuando uno no está, por lesión o sanción, el equipo no lo note. De momento se está logrando.
Y ahora mismo son dos viejos rockeros de la tierra los que comparten la titularidad y haciéndolo bien...
Sí, ya lo he comentado con David. Hemos jugado juntos en Segunda B, en Segunda y ahora en Primera. Compartimos muchas similitudes, los dos somos del Sur, vivimos la época no tan buena de la UD y ahora disfrutamos de esta etapa en la máxima categoría. Y vamos a tirar hasta que podamos.
Además de la calidad de los jugadores, ¿cree que la fortaleza de esta UD Las Palmas radica en la unidad del vestuario?
Nosotros sabíamos que el nivel que estamos ofreciendo podíamos darlo, pero creo que la unidad del vestuario ha resultado clave en los últimos años, en el ascenso, cuando logramos la permanencia la pasada temporada y en la buena trayectoria que llevamos ahora. Si la caseta no hubiese estado unida, si no fuese un buen vestuario, no habríamos conseguido lo que hemos logrado. Para mí, tener un buen vestuario, un vestuario sano, es lo primero. También es verdad que somos muchos canarios y que nos conocemos desde hace ya bastantes años, y eso ayuda a que la gente nueva cuando llega se sienta a gusto. La verdad es que estoy orgulloso del vestuario que tenemos.
¿Y cómo afectan al grupo cuestiones extradeportivas como la de Araujo? ¿Enturbian esa unidad o la fortalecen?
Creo que la fortalecen. Al final, bien sea el Chino o cualquier otro, cuando los afectados ven que tienen a 25 tíos que están contigo a muerte, que dan la cara por ti, eso te ayuda; en este caso le ha tocado a Araujo. Aunque noticias como esas nos empañan a todos, estamos a muerte con él. Cuando le pasa esto a alguien se piden disculpas y nada más, a trabajar. Si esto es una familia, cuando uno de los nuestros lo pasa mal, hay que ayudarle.
Siguiendo con el vestuario, ¿cómo se toma la llegada de un jugador de prestigio internacional como Prince?
Él ha venido aquí con una ilusión enorme, y lo está demostrando. La predisposición de cada uno resulta importante. Es verdad que ha estado en grandes vestuarios y viviendo éxitos deportivos que en este club no conocemos. Pero aquí está como uno más. Parece como si llevara años con nosotros por su pronta adaptación al grupo. Intentamos que cuando llega un nuevo compañero se sienta como en casa para que exhiba su mejor nivel, como ahora Prince.
Acaba de renovar contrato con la UD por cuatro años, supongo que eso da confianza para seguir trabajando en esta línea.
Sí. Desde que formo parte de esta entidad siempre he sentido la confianza, primero de mis compañeros y luego de la institución. Me considero un hombre de club, que siempre intento ayudar. Juegue o no juegue, se puede contar conmigo para poner la experiencia que tengo al servicio del equipo. He estado aquí en la UD Las Palmas tanto en las peores como en las mejores situaciones. Vine de Coruña para ascender y mantener al equipo en Primera, y esos objetivos los hemos logrado.
¿Contento con el rol que está teniendo en los planes del técnico Quique Setién?
La temporada pasada jugué muchísimo y en la actual llevo dos partidos de titular y un ratito de otro (en Anoeta) en las siete jornadas que se han disputado. Estoy contento. Esto es muy largo y al final te van llegando las oportunidades. A mí me llegó en la quinta jornada y había que hacerlo bien para seguir en el once. El equipo no ha perdido y hay que continuar en la misma línea de trabajo. Esto da muchas vueltas, un día se lesiona uno y otro día otro. Y hay que ayudar tanto como si juegas como si no. El éxito de todos repercute en uno también.
¿Sorprendido del gran inicio de campaña que está teniendo la UD? ¿Este arranque puede variar el objetivo fijado?
Mientras en el vestuario realmente sepamos cuál es nuestro objetivo, no hay que hacerle caso a lo que se escucha desde fuera. Nuestra meta es la permanencia, aunque se ven muy bien las cosas estando en la parte alta porque esto genera mucha ilusión. No esperábamos empezar tan bien. Nosotros vamos a seguir haciendo nuestro fútbol, porque jugando bien se consiguen los buenos resultados. Todavía tenemos margen de mejora, porque aunque estamos anotando bastantes goles, también los recibimos. Debemos encontrar el equilibrio entre una cosa y otra.
¿Soñó en aquella época en Segunda B que esta UD podía llegar un día tan alto?
Soy más del día a día y no tanto del largo plazo. En aquella época ni soñábamos con poder disfrutar de lo que estamos viviendo actualmente, jugar en el equipo de tu tierra en Primera, haciendo buen fútbol y con el club saneado. Ahora hay que luchar por seguir en la nube en la que nos encontramos.
