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La UD regatea al fuego

La defensa amarilla, como en Pamplona, jugó al límite y sufrió con los contragolpes del Espanyol

David García salva ante Gerard la mejor ocasión del Espanyol. QUIQUE CURBELO

Por segunda vez en la temporada la UD Las Palmas mantuvo la portería a cero. Pero no lo hizo tras dar una imagen de seriedad y fiablidad en defensa, como sí ocurrió frente al Málaga, cuando solo dejó las migajas al ataque andaluz. Ayer el Espanyol dio sensación de peligro con muy poco y el cuadro insular no pudo despegarse esa etiqueta de inseguridad que le acompaña desde que se derrumbó en Anoeta. David García fue el reflejo del abismo en el que se movió el equipo. El capitán volvió a protagonizar actuaciones heroicas pero la novedad fue que en esta ocasión llegaron tras errores suyos. Así ocurrió cuando tiró mal un fuera de juego -él o Aythami, según se mire- y Leo Baptistao corrió como una bala hacia Raúl. Pero al pase del brasileño para Gerard acudió como un león el capitán, que mandó el balón a córner y lo celebró como si de un gol se tratara. No era para menos.

Poco después cometió un penalti sobre Gerard Moreno que el árbitro no apreció y perdió un balón ante el mismo protagonista que luego le robó en la frontal. No fueron episodios puntuales porque la UD Las Palmas sufría cuando el Espanyol lanzaba contragolpes. El equipo amarillo dominó la posesión, tuvo más ocasiones y mereció la victoria, pero volvió a recibir oportunidades con muy poca cosa del rival, un pecado que debe corregir cuanto antes.

Y es que hubo otras acciones idénticas a las que salvó David García o a la que convirtió Sergio León en Pamplona para poner a Osasuna con 0-2. Sucede que el Espanyol, a pesar de tener a Piatti, Baptistao y Gerard Moreno sobre el campo, no las convirtió por falta de último pase y en otras ocasiones con el favor para la UD de los asistentes, que se equivocaron en varios fueras de juego.

Es lo que ocurre cuando se juega con la defensa tan adelantada y cedes tantos espacios al rival. El riesgo de una propuesta tan ofensiva está a la orden del día. Ya le han leído la matrícula a la UD, que al contrario que en las primeras jornadas, cuando Valencia, Granada o Sevilla le ofrecieron un partido casi a ida y vuelta, en las últimas citas Osasuna y Espanyol han optado por el cerrojazo.

Eso sí, el conjunto perico había salido con otras intenciones. Presionó arriba durante muchos minutos pero acabó encerrado en su área, víctima de la superioridad técnica de la UD. Y no era mal plan teniendo en cuenta lo poco que tenían que producir para llegar al área rival. Una recuperación y un buen pase vertical le bastaban. Así, Gerard, Hernán Pérez y Reyes se plantaron en la frontal pero les faltó luz. Raúl apenas tuvo posibilidad de lucirse porque el Espanyol no tuvo mordiente. Solo el propio Moreno, con un remate de cabeza rozó de verdad el gol visitante.

En ese panorama llegó un gran acierto de Quique Setién: la entrada de Pedro Bigas, no solo para darle rodaje sino también para combatir la frescura y la velocidad de Hernán Pérez, recurso del Espanyol para sorprender al contragolpe después de muchos minutos de apelotonamiento en su campo. Es lo que tiene tener una filosofía tan ambiciosa. El estilo de juego de la UD implica que sus laterales sean extremos en muchos momentos y que quedes al descubierto. Pero a veces la quemadura se puede evitar. Aunque sea de milagro.

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