Consumido el primer cuarto de la competición, la UD más renacentista de la historia tiene un problema. No gana. Encadena dos meses -49 días, siete jornadas- sin el aroma bendito de la gloria. Con trece puntos [solo cuatro unidades desde el 21 de septiembre, cuando se inició el declive en el cementerio de Anoeta], el imperio barroco de Jonathan Viera y Prince Boateng busca saciar su apetito. Y de paso,
sepultar todos los debates. Esta noche (19.45 horas, Estadio de Gran Canaria, Bein LaLiga), se cruza la SD Eibar de Mendilibar en el camino de la galaxia amarilla. Liderados por la pegada del exmadridista Pedro León (4 dianas) y Enrich (3), son un pésimo compañero de viaje. Bajo su piel de modesto, respira un ogro despiadado.
Sin los fuegos de artificio ni el glamour de un Real Madrid o Sevilla, el cuadro armero solo ha recibido una derrota en las últimas cinco jornadas. Octavos en la tabla, con dos puntos más que los grancanarios (15), es el 12º en la tabla de los visitantes (5) y el 8º en producción ofensiva (16). Lejos de la 'mina' de Ipurúa -han sumado diez unidades-, se presentan como una fiera con cianuro en el contragolpe.
En el expediente amarillo, una solidez abrumadora en el partenón de Siete Palmas. El corazón del Roque Nublo tiene dueño. Los de Setién no sienten la fría hoja de la guillotina desde el 13 de marzo. Casemiro fue el último verdugo. Con el aval de un inicio de competición para la historia [líderes en la segunda jornada] y el cuarto mejor guarismo de tantos a favor (20), toca triturar esta dinámica negativa. La más larga en la 'era Setién'.
En esa travesía por recuperar el pálpito de sello intratable, el ADN de equipo de moda, el estratega cántabro tiene el primer debate en la portería: Raúl o Varas. La araña de Escaleritas ha disputado las últimas cuatro jornadas (360 minutos y siete goles encajados). La actuación del isleño ante el Celta -pudo hacer algo más en las dos primeras dianas celestes pero firmó dos paradas de mérito- le ha situado en el ojo del huracán. A sus 25 años y con 51 duelos de amarillo, luce serenidad y confianza. Fue pitado por el volcán de Siete Palmas y se perfila como titular. Setién le ha defendido con vehemencia. Relegarlo al banquillo, sería como ejecutarlo en la silla eléctrica. El terremoto Iago Aspas dejó en evidencia el rigor defensivo de la UD. Los amarillos son el octavo equipo con más goles en contra (18). David García y Bigas, con el permiso de Aythami Artiles y Lemos, es la apuesta más conservadora. Desde El Madrigal, portan el estandarte de la primera línea. En los laterales, no hay discusión.
Veneno en los costados
Míchel Macedo y Dani Castellano acarician los 800 minutos. Puñales y actores de cine. Velocidad y glamour en los costados. Con un estado de forma supersónico, son el atajo perfecto a los problemas con el remate. Cada subida termina en una combinación atómica.
En el libreto de Setién, la generación de oro integra el nuevo credo religioso. Versos divinos con Roque Mesa, Vicente Gómez, Tana y Jonathan Viera. Herido en su orgullo, tras su ausencia en la lista de Julen Lopetegui, el genio de La Feria clama venganza. Sin el peso del escudo de Real Madrid, Manchester o Barça, su descarte es una ofensa al trabajo artesanal de la UD.
El monarca del talento lideró la épica igualada ante el Celta -equilibrando un 0-3 en 16' con un gol y una asistencia- y fue premiado con su inclusión en el once ideal de la jornada. En este cruce de estilos y tendencias [el Eibar está de dulce con un punto de oro en el infierno del Bernabéu], en la demarcación del nueve está la clave. La excelente aparición de Livaja, ante los gallegos, le vuelve a colocar en una posición privilegiada. Con 608 minutos de juego, no marca desde la primera jornada. Pero su generosidad es otro de los caminos para escapar de la llamas de la primera crisis. Tras tocar el cielo, la UD lucha por recuperar su rutina de oro.
