La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La máquina de la felicidad

La UD Las Palmas evita con suspense, de penalti y en el descuento, la séptima jornada sin ganar y supera merecidamente al Eibar

Los parones de selección son muy largos. Se viene uno y la UD Las Palmas iba camino de encadenar su séptima jornada sin ganar. Demasiado. Una racha que, a pesar de la buena imagen que sigue mostrando el equipo cada semana, enviaba a los amarillos directos al rincón de pensar. El debate del gol ganaba terreno sobre el de la portería debido a la buena actuación de Raúl Lizoain y a la mala puntería de Sergio Araujo y compañía. El primer período de reflexión, de bache largo sin llegar a crisis, se abría en el horizonte. Pero esta UD es una máquina de dar alegrías y evitó el diván con un gol de Jonathan Viera de penalti en el descuento para batir a un notable Eibar (1-0).

El conjunto de Quique Setién está tocado por una varita. En la primera parte hizo méritos de sobra para ponerse con varios goles de ventaja sobre los vascos. Al son de Jonathan Viera y Tana interpretó muy bien la presión que propuso José Luis Mendilibar y se atiborró a fallar ocasiones de gol. En la segunda mitad se equilibró el duelo, Dani Castellano salvó un gol bajo palos, apareció la versión segura de Raúl Lizoain con dos buenas paradas y le faltó aire a los insulares, incapaces de someter a Asier Riesgo.

Así, con el partido envenenado, parecía irremediable el período de reflexión sobre el momento de forma de la UD cuando el pie de Lejeune contactó con el de Roque en plena carrera para cometer un penalti abierto al debate. El teldense se mete en la carrera del central, que intenta evitarle pero le traba. Penalti, pero penalti de los que invitan a la larga tertulia y, de paso, despejan cualquier atisbo de conspiración, si es que la había. Lo cierto es que Del Cerro Grande "tuvo huevos" -recurrir a la queja, como hizo Setién en Villarreal, suele funcionar-, a Viera no le tembló el pulso ante Riesgo y la UD prolongó su excelente inicio de temporada.

Aunque el desenlace haya llegado de una manera discutida, la UD Las Palmas merecía el premio. Y lo merecía con el mismo once inicial que naufragó en la primera parte ante el Celta de Iago Aspas. El Eibar había salido con la misma intención de presionar muy arriba, de cercar a Roque Mesa y apretar la salida de balón. Sin embargo, se topó con una UD más centrada, menos propensa a cometer pérdidas de balón en zonas de peligro y sin complejos a la hora de utilizar el pase largo como argumento. Así, no le costó a los centrales y a Raúl buscar a Prince, siempre el destinatario de este recurso al ser el más corpulento de los atacantes.

Sufrían los insulares para conseguir posesiones largas pero no daban bola a los contragolpes que pretendía José Luis Mendilibar. Transcurrieron así los primeros veinte minutos con mucho centrocampismo y una ocasión muy clara. La tuvo Sergio Araujo con un gran cabezazo a centro de Dani Castellano, siempre un puñal, que se topó con el poste.

El argentino empezaba así su noche más extraña, en la que no paró de acumular méritos para marcar y todas las que tuvo las fallaba. A continuación forzó la amonestación de Dani García y esa falta supuso el segundo de los muchos avisos amarillos: un fuerte remate de Viera que atrapó Riesgo. Poco a poco los amarillos iban interpretando mejor la presión del Eibar, sacaban el balón con precisión a pesar del mal estado del césped y no paraban de llegar al área rival. Tana fue el más activo, Prince siempre estaba predispuesto para la guerra y Jonathan Viera iba de menos a más. La portentosa línea de mediapuntas disfrutaba de uno de los momentos de más esplendor del curso. Todas las luces estaban encendidas. Menos la del gol.

Prince con un remate cruzado que atrapó Riesgo, una anticipación de Lejeune a Araujo en la frontal, un tiro de Araujo que desvió un central tras una gran acción de Tana, un remate de Viera que mandó Riesgo a córner tras un recorte soberbio del de La Feria y, la más clara, una de Vicente Gómez. El de Schamann no acertó a rematar en boca de gol un pase de vaselina de Viera tras una combinación eléctrica entre Tana y Prince que iba camino del museo. Todo ello en cuestión de un cuarto de hora, una maravilla tras otra que acababa sin premio. Un festival de talento. La mejor UD en plena ebullición. Llegaban por todas partes los insulares, con los centrales y mediocentros sacando el balón con seguridad, los laterales vestidos de puñales y los mediapuntas desplegando toda su calidad. Y no había señales del ataque del Eibar.

Giro de guión tras el descanso

Antes de pasar por el vestuario le dio tiempo a los amarillos de un último arreón sobre Riesgo: Arbilla evitó en el área pequeña un gol de Prince, que tenía el cañón preparado tras un gran centro de Macedo. En el córner Dani Castellano probó a Riesgo, que poco después atajó también un envío de Tana para Araujo con el argentino en boca de gol. Pedro León, sobre la bocina, demostró con un zapatazo que rozó el larguero que el Eibar, pese a todo, tenía mucho que decir en la segunda parte.

Y es que con el paso de los minutos a la UD le costó hacer circular el balón. Mendilibar ordenó a sus extremos que presionaran todavía más arriba, plantando por casi todo el campo duelos de uno contra uno. No se cortó el Eibar en su arriesgada propuesta y en la segunda parte el cansancio amarillo le dio más balas. Llegó el desliz de la UD en un error de Bigas, que tiró mal un fuera de juego, habilitó a Sergi Enrich y el centro lo cabeceó en el segundo palo, totalmente solo, Kike García. El balón iba a la red pero Dani Castellano, que hizo otro partido de sobresaliente, despejó sobre la línea de gol.

Pero no se amilanó la UD, que al momento encontró otras tres veces a Araujo dentro del área, la mejor noticia que dejó el argentino. Pero la movilidad, los desmarques y la presencia del héroe del ascenso no fueron acompañados del gol. No llegó por centímetros a embocar de lleno un gran centro de Boateng, luego otro envío de Michel Macedo lo remató mal y más tarde Riesgo despejó una volea.

El duelo se tornó más físico, hubo más pérdidas de balón y el Eibar, bajo la batuta de Fran Rico, encadenó alguna posesión larga que hizo mucho daño a la UD. Pedro León dejó otra huella con un fuerte tiro que despejó Raúl Lizoain, que luego volvió a aparecer en un intento de Inui. Los amarillos resoplaban, se acordaban de las ocasiones falladas y por momentos se partió con Araujo, Viera y Prince descolgados del resto.

El partido tenía muy mal color y Enrich, en un cabezazo, tuvo otra oportunidad para los armeros. Hacían falta cambios, Quique Setién apostó por Livaja y recuperó para la causa a El Zhar, pero los amarillos seguían sin sacar las garras. Escalante, con otro cabezazo, estuvo a punto de mandar a la lona a la UD. Y entonces, de repente, surgió un penalti que validó la gran primera hora de encuentro de los amarillos y acaba con una sequía demasiado larga.

Compartir el artículo

stats