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Cumpleaños en amarillo

Antonio López, residente en el CSS El Pino, recibió como sorpresa la visita de varios de los jugadores veteranos de la UD Las Palmas, quienes le obsequiaron con una camiseta firmada

Emoción y felicidad a raudales. E incluso a partes iguales. Nunca pensó Antonio López, ni tampoco varios de los veteranos de la UD Las Palmas, vivir una jornada como la que vivieron ayer en el Centro Socio Sanitario El Pino, ubicado en la calle Tomás Morales.

Antonio, un cerrado aficionado y seguidor del equipo amarillo desde la fundación, cumplía ayer 74 años y desde el Departamento de Animación Sociocultural del CSS El Pino -donde reside Antonio hace ya varios años- se empeñaron en hacerle una fiesta sorpresa, dentro de una actividad en la que, además, pudiesen participar sus compañeros y compañeras de la planta 2 del Centro.

Con la connivencia y participación del doctor Javier Rodríguez, jefe de Geriatría del CSS El Pino, dependiente del Cabildo de Gran Canaria, Leticia y Guaci, dos de las animadoras socioculturales del mismo, se pusieron, con la ayuda de todos los componentes del Departamento, manos a la obra y contactaron con Roque Díaz, presidente de la Asociación de Exjugadores de la UD Las Palmas, para dar esa sorpresa a Antonio López y, de paso, a todos los residentes de la segunda planta.

Para ello tuvo mucho que ver otro exjugador amarillo, Faustino García, quien a diario recorre los pasillos del centro para atender a su madre, Pino Sánchez, residente también en el mismo. Faustino, consciente de la ternura, amor y responsabilidad con la que todo el personal del centro atiende a todos y cada uno de los residentes, no dudó un ápice en ofrecer su ayuda para que los veteranos amarillos dieran la sorpresa a Antonio y sus compañeros.

Fue, la de ayer, una emotiva mañana. Las lágrimas corrieron casi que a borbotones por las mejillas de muchos, por no decir todos, los presentes. En especial de los exjugadores amarillos, alguno de los cuales apenas pudo articular palabra en el momento de dirigirse a la concurrencia, ahogada su voz en la emoción.

Recepción

Asistieron un total de nueve exjugadores -estaban convocados todos, pero las obligaciones laborales de unos y las familiares de otros, impidieron que acudieran más-: Roque Díaz, Felipe Ojeda Trona -presidente y vicepresidente de la Asociación, respectivamente-, Paco Castellano, Felo Batista, Hernández, Martín I, Pepe Juan, Sacaluga y el propio Faustino, acompañados de Willy Rodríguez, quien hace las veces de administrativo de la Asociación de Exjugadores.

La mañana comenzó con la recepción por parte del doctor Rodríguez y Leti Sánchez, en nombre del Departamento de Animación Sociocultural, a los jugadores veteranos de la UD Las Palmas, quienes con posterioridad recibieron las gracias por parte de Alia Pérez Wehbe, directora del CSS El Pino, y que es Doctora Internacional en Psicología Clínica y especialista en psicoterapia.

Estuvo acompañada la directora por Alejandro López, licenciado en psicología con especialidad en general sanitario, neuropsicología clínica y dirección y gestión de recursos humanos y que es el coordinador técnico del centro.

Una vez realizadas las presentaciones de rigor, les explicaron a los veteranos en lo que iba a consistir la fiesta para Antonio López, uno de los múltiples residentes de a diario del centro, y empedernido seguidor amarillo.

La sorpresa comenzó con la doctora Pérez Wehbe saludando a todos los presentes en el salón de actos de la segunda planta del centro y cediendo la palabra a Leticia Sánchez, quien animó a todos a felicitar a Antonio mientras le comentaba que iban a ver unas fotos de su equipo del alma, de todas las épocas -facilitadas por Faustino-, dado que era tan aficionado y las imágenes fueron pasando una detrás de otra mientras, de fondo, se oía la canción que, a modo de himno, compuso Luis Quintana.

Tras unos cinco minutos viendo las fotos en la pantalla, Leticia le indicó a Antonio si le gustaría ver en aquel mismo momento a alguno de los exjugadores amarillos que salían en esas fotos y el cumpleañero, emocionado, le contestó que sí, que más que nada "a los de antes".

Leti le animó a mirar hacia la puerta de entrada y entre los aplausos de los presentes fueron desfilando hasta el escenario los nueve veteranos amarillos que se acercaron hasta el centro para participar de tan emotivo y, a la vez, alegre acto.

El penalti de Castellano

Roque Díaz obsequió a continuación a Antonio López, que iba perfectamente uniformado con la camiseta amarilla y el pantalón azul, bufanda, gorra y guantes de su UD Las Palmas, con una nueva camisola de la entidad amarilla firmada por todos los veteranos presentes.

Acto seguido Antonio sopló las velas de su 74º cumpleaños y -los que pudieron, porque la mayoría casi fue incapaz de articular palabra-, los veteranos amarillos fueron dirigiéndose a los presentes con unas palabras. Primero felicitando a Antonio y, posteriormente al resto de internos en el centro, así como elogiando y felicitando la labor que hacen enfermeros y todo el personal del centro para con los allí residentes.

Roque Díaz, el primero en hablar y ahogando sus palabras en la emocióin que le embargaba, indicaba que "agradezco, en nombre de todos mis compañeros, los presentes y los ausentes porque no pudieron venir, la invitación que nos realizaron para este acto, para el que no dudamos ni un segundo en aceptar venir", y ya apenas pudo seguir hablando. Pasó el micrófono a Felo y éste, más emocionado aún, sólo acertó a decir "no puedo hablar", para pasar el micro a Paco Castellano.

El pundonoroso exdefensa internacional amarillo, señalaba que "ustedes, los que están aquí, simbolizan lo más grande que ha tenido siempre la UD Las Palmas desde su nacimiento: la afición, y justamente por eso nosotros no podíamos faltar a esta cita a la que tan amablemente nos invitaron, y menos para hacer feliz a Antonio en su cumpleaños".

Fue entonces el momento en el que Nena Isabel -como muy bien rezaba en la espalda de su camiseta amarilla-, le recordó el penalti que falló en el partido contra el Real Madrid. Nena Isabel, que antes de que hablara Roque recibió a los veteranos amarillos con una canción de su época que finalizó con un "¡Arriba d'ellos!" y un sonoro "¡Pío, pío!", hizo gala en todo momento de una monumental memoria, porque recordó a cada uno de los exjugadores momentos puntuales de la historia amarilla.

Para defenderse, Paco Castellano atinó a decir: "Ése día no estaban ni Guedes ni Germán, que eran los que habituamente tiraban los penaltis, y como yo era el tercero que los lanzaba en los entrenamientos, pues fui y lo tiré, porque me tocó".

"Creo que lo tiré muy bien, pero la pelota se me fue", aseguró con posterioridad entre la risa cómplice de sus compañeros y el resto de los presentes.

"Un hombre valiente"

Intervino de nuevo Nena Isabel para sentenciar que: "Fue usted un hombre muy valiente en ese momento", palabras que fueron muy aplaudidas. Y antes de que interviniera Martín I, la tremenda aficionada amarilla dejaba otra sentencia más salida de su prodigiosa memoria: "Y no se olviden que esta UD Las Palmas fue el único equipo que le ganó en su gira por Europa al Millonarios de Bogotá".

Manolo Martín agradecía la invitación y felicitaba "a los residentes así como a quienes se encargan de velar por su salud, por la gran labor que hacen", y acto seguido añadía: "y, a modo de anécdota, voy a salir en defensa de Paco Castellano. Porque todo el mundo se acuerda del penalti que falló, pero nadie se acuerda que en otro partido contra el Real Madrid, que nos ganó 2-1 porque le concedieron un gol a Pirri en fuera de juego, en el Bernabéu, el que marcó el gol nuestro, que era el empate 1-1, fue Paco Castellano. Estaban Guedes y Germán en el campo. Hubo una falta fuera del área, y él cogió la pelota y no dejó a ninguno de ellos tirarla. Y marcó un golazo. Le pegó tan fuerte y bien que si Betancort llega a meter las manos, se las parte".

También Trona se dirigió a los presentes y la anécdota que contó fue la de su gol al FC Barcelona en el vetusto recinto de Ciudad Jardín, el Estadio Insular. "Creo que a ese partido en el Estadio, en el que cabían unas 22.000 personas, asistieron más de cien mil y no sé cómo ni donde estaban, porque todo el que me veía por la calle me recordaba el gol como si hubiese estado viéndolo".

Entre lágrimas

Finalmente, otro de los momentos más emotivos de la mañana, se dio cuando Faustino García -perteneció dos temporadas al primer equipo amarillo, en el que jugó un total de nueve partidos y anotó un gol, frente al Rayo Vallecano, en Segunda, en la campaña 83-84, a las órdenes del técnico uruguayo Héctor Núñez-, el último de los veteranos en tomar la palabra, se dirigió a los presentes y, tras felicitar a Antonio, elogió -entre lágrimas- "la gran labor que hacen todos ustedes", en referencia al personal del centro, "y no quiero olvidarme de nadie, pidiendo disculpas si lo hago. Tengo a mi madre aquí desde hace tres años y todos y cada uno de los días vivo cómo ustedes se desviven en atender a los residentes. Eso es más que encomiable".

Por último, y antes de que se proyectase un vídeo de alrededor de quince minutos sobre la historia de la UD Las Palmas desde su fundación hasta la obtención del subcampeonato de Liga, en el curso 1968-69 a las órdenes del técnico tinerfeño Luis Molowny, vídeo con el que finalizó el acto, fue Alejandro López, el coordinador técnico del CSS El Pino, quien se dirigió a los presentes para felicitar a los veteranos amarillos "por haber sido capaces de crear memoria colectiva en la ciudadanía canaria", añadir que "hemos hecho entre todos un tremendo esfuerzo para organizar todo esto, pero lo hemos hecho por ustedes y con el corazón", y terminar señalando que "no soy hombre fácil de emocionar, pero he de reconocer que también yo me he emocionado y mucho en el día de hoy".

Terminó allí la actividad programada para los residentes y la sorpresa más grande de su vida para un más que feliz Antonio López, no así para los veteranos amarillos, quienes fueron invitados a hacer un recorrido por el centro para comprobar la labor que se realiza en el mismo, acompañados por el doctor Javier Rodríguez. Fue otro duro momento "porque se te parte el corazón y hay que ver lo bien que estos profesionales tratan a todas estas personas", sentenciaba casi a nuestro oído Pepe Juan Suárez, tan emocionado como el resto de sus compañeros.

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