En el método Setién,ensayar las acciones defensivas a balón a parado, no son prioritarias. Cueste lo que cueste, su fórmula del éxito [18 victorias desde su aterrizaje en octubre del 2015] funciona y sepulta debates. Se fundamenta en el toque y la poesía. Los cinco goles encajados en este curso, de saque de esquina rival [dos del Valencia, uno del Sevilla y dos del Betis, hace diez días], merecen el pánico preciso.
Tras el naufragio del Villamarín (2-0), tras dos saques de esquina de Joaquín, rematados por Bruno y Mandi a la red, Setién ha mantenido su guión. El estratega de acero ha centrado el trabajo táctico, junto a su segundo Eder Sarabia, en la salida limpia del balón. Dotar a la línea defensiva de las herramientas precisas para escapar de las garras de los lobos. Así como presionar con fuego en la mirada. Ante el Athletic, no hay experimentos.
Setién computa 48 duelos oficiales con la UD. Ha encajado 68 dianas, diez a balón parado -sin contar los penaltis-. Nueve de un saque de esquina enemigo -Madrid (2), Granada (2), Valencia (2), Sevilla (1) y Betis (2)- y uno tras falta lateral -Eibar, en Copa-. Mañana, llega el Athletic de Aduriz. Pero el estratega de acero tiene otras prioridades. Le avalan las cifras.
Tras los tantos de Ramos y Casemiro -marzo, en la última derrota en casa (1-2)-, se instaló la fiebre del córner. Sirvió de poco. Ante el Granada -abril-, cayeron dos más. Perfeccionista, el estratega insiste en la poesía. Solo tiene ojos para su sello lírico, el de las 18 victorias.