La Unión Deportiva Las Palmas impuso su estilo de fútbol ante un Athletic Club poco reconocible (3-1), que acabó certificando una noche nefasta en la que, de forma inverosímil, creó más peligro cuando perdió a su delantero centro Aritz Aduriz, expulsado en la segunda parte.

Míchel Macedo comenzó a ser lo que es, más extremo que lateral, y amenazó con varias incursiones en el área vizcaína. Y así llegó el primer gol, con un pase profundo de Tana al brasileño que puso un buen centro al primer palo donde Prince Boateng que convirtió su quinto gol con la elástica amarilla.

La salida de los rojiblancos en los primeros minutos de la segunda mitad, con dos llegadas peligrosas, hacía presagiar otro partido, pero un error en el centro del campo provocó un rápido ataque local con pase de Tana a Momo, sustituto de Boateng, y disparo cruzado a la red, totalmente solo ante Kepa.

El árbitro señaló un polémico penalti tras un centro de Balenziaga que pareció dar en el hombro de Macedo y no en la mano, y Raúl García convirtió desde los once metros, por el centro y metió el miedo en el cuerpo a los aficionados amarillos de cara los minutos finales del encuentro.

Ya en el descuento, tras un córner a favor de los visitantes, los de Setién montaron otro contragolpe y Jonathan Viera, el mago de La Feria, anotó el mejor gol de la noche, con una vaselina que superó a Kepa y acabó con cualquier incertidumbre.