Lo que mejor le pasó a la UD anoche en Huesca -al menos a efectos competitivos y clasificatorios- fue que acabara el partido. La razón era simple: el tercer gol del Huesca se olía. Todo después de que el equipo oscense, a base de pundonor, intensidad y juego, acabara con la renta de dos goles que tenían a la hora de partido los amarillos en el marcador, en un choque del que también salen conclusiones positivas para el cuadro grancanario, por contradictorio que pueda parecer.
El once que presentó Quique Setién en El Alcoraz era tan previsible como desconocido e inusual. Una circunstancia propia de la competición: la Copa del Rey. El técnico cántabro ya había avisado que el partido en Huesca iba a servir para testar en directo a los hombres que menos minutos han disfrutado en LaLiga. Con esa premisa en mente, Setién dispuso a Raúl en portería; línea de cuatro con Simón, Lemos, Aythami Artiles y Hélder; centro del campo con Hernán Santana, -que volvía a pisar el césped tras no poder disfrutar de él desde mayo-, Montoro, El Zhar, Tyronne y Mateo García, para acabar en punta con Asdrúbal Padrón.
El exámen para los teóricos suplentes no era fácil. Por un lado, debían convencer en un partido a su entrenador de que tienen los argumentos necesarios para jugar; por el otro, que la condición de equipo competitivo, futbolero y preciosista también se puede mantener con ellos. En frente, los hombres de Juan Antonio Anquela estaban en las mimas. Porque el preparador jienense se animó a dar la alternativa a su segunda línea
Entrar en calor iba a ser otra cuestión. A las 21.00 horas, el termómetro en Huesca marcaba 3 grados centígrados; otoño para los oscenses, casi todos en manga corta. Así que la UD empezó a calentarse como mejor sabe hacerlo: con el balón, medio que usó para someter al Huesca. Una larga combinación amarilla dio lugar al primer córner del partido. Asdrúbal Padrónen el segundopalo conectó un cabezazo centrado que fue directo a las manos de Queco Piña, meta de los aragonesas. Era el primer aviso de los grancanarios.
La UD Las Palmas monopolizaba el balón a su antojo. Un buen síntoma para sus pretensiones que solo saben disfrutar si el cuero pasa por sus pies. El mensaje de Setién había calado en sus hombres, Huesca era el lugarde las oportunidades y había que aprovecharlas. Por eso Asdrúbal a la segunda no falló. Hernán filtró un pase perfecto al de Guanarteme que dribló a Queco Piña. En la estirada, inútil, el meta sacó sus brazos a paseo. Penalti. Asdrúbal, puesto y dispuesto, cogió el balón, engaño a Piña y 1-0.
El Huesca se picó con el gol de la UD y sus posesiones inmensas. Jaleado por El Alcoraz, comenzó a estirarse. Sin Lemos en el césped, atendido por un corte fruto de un salto entre dos, los aragoneses gozaron de su primera ocasión. Un pase el hueco dejó vendido a Raúl que cometió una falta peligrosa fuera del área que David López intentó colarla sin éxito.
La reacción altoaragonesa era una realidad. Otra falta lateral, dispuesta de nuevo por David López y cabeceada por Urko Vera casi se cuela en la meta amarilla. La UD se tambaleaba y parecía perder el control del juego, en parte, culpa del paso adelante que habían dado el Huesca. La buena noticia para los de Setién era podía saltar líneas de pase con mayor facilidad.
Toda una alegría para los hombres de arriba de la UD. El Zhar, tras una delicia de Tyronne, voló hacia la portería de Piña, pero se le hizo de noche. Su indecisión entre esperar a un compañero o tirar bloqueó su mente y cuando quiso disparar a portería, casi en el área pequeña, encontró el pie de Bambock. Era el último encontronazo antes de que se enfilara el descanso.
El segundo acto no pudo empezar mejor para la UD. Asdrúbal, con otro buen movimiento al espacio y asistido desde la banda por Bigas, que relevó a Hélder, no precisó a acertar en un mano a mano con Piña. Cosa que sí hizo Hernán en su debut esta temporada. El de Zárate condujo una buena jugada, se animó a dispararcon la zurda, el balón tropezó en un zaguero y se coló dentro de la portería oscense.
Con el marcador y la eliminatoria de cara. Setién miró a la banda y buscó a Javi Castellano. El gemelo, sin jugar desde agosto de 2015 volvió a sentirse futbolista y saltó al campo a jugar. Fue la última alegría antes que comenzaran los sobresaltos.
Otro que volvía tras lesión, pero con la camiseta del Huesca, entró con mejor pie. Camacho, con un cabezazo soberbio en el corazón del área recortó distancias en el 65 y solo cinco minutos más tarde, Aguilera, empujando el balón con todo en un córner puso el empate. La UD se heló y perdió el rumbo. Sin balón, sin brújula y cada vez más roto por el paso de los minutos empezaron a caerle en la cara más y más ocasiones en contra. Raúl, el poste y las malas decisiones de los puntas del Huesca en contras claras evitaron la remontada. Ahora a la UD le queda resolver el asunto en casa y pensar desde ya en Mendizorroza.
