Maurico Pellegrino, técnico del Deportivo Alavés, vivió de cerca el último descenso de Primera División del club. El central argentino llegaba a Vitoria en la última etapa de su carrera con el objetivo de salvar al equipo. Una entidad que venía de vivir años mágicos, de gloria. Su subcampeonato de la UEFA años antes había marcado una época. Pero aquella meta que señaló el argentino no sucedió; el Alavés bajó a Segunda División, él se retiro y el club entró en una dinámica perversa, marcada por el paso de Dimitri Piterman, máximo accionista del club en esos años.

Ahora, Pellegrino está de vuelta con el mismo objetivo: salvar al equipo de volver a Segunda División. El entrenador argentino ha mezclado su equipo con dos ingredientes: hambre y juventud. Una combinación que le vale de momento para ser el equipo recién ascendido mejor clasificado en estas primeras trece jornadas de competición en LaLiga.

Media de edad baja

El Alavés tiene una de las medias de edad más bajas de la categoría: 25,9. Un dato que no es un mero número. Y es que algunos de sus jugadores más importantes están aún en un momento de crecimiento importante.

Es el caso de Theo Hernández, zaguero cedido por el Atlético de Madrid, o Marcos Llorente, centrocampista y líder en la medular de los vascos, a préstamo por el Real Madrid. El lateral colchonero inició el campeonato con 18 años -ya ha cumplido los 19-, mientras que el mediocentro blanco tiene 21. Pero no están solos. Cristian Espinoza, cedido por el Villarreal (también con 21 años) o el lateral procedente del Getafe como Carlos Vigaray, también presumen juventud.

Por otro lado, y en otro escalón de edad, alumbran futbolistas con ganas de seguir creciendo y reivindicarse en la máxima categoría del fútbol nacional. Nombres como el del brasileño Deyverson, el portero Fernando Pacheco, el ex del Athletic Ibai Gómez o el extremo tinerfeño Édgar Méndez buscan labrarse un nombre en la élite del fútbol nacional. En total, la entidad vasca fichó a 17 jugadores este verano. Una renovación total.

Todo con un estilo práctico, sabedor de sus limitaciones. El Alavés no se lía con el balón, pero si puede también sabe jugar con él. Correr y contragolpear también son una opción. El doble pivote que forman Marcos Llorente y Daniel Torres sustenta a unas bandas rápidas con Ibai Gómez y Édgar Méndez. Los desdoblamientos de Theo Hernández y Kiko Femenía dan alas al equipo vitoriano. El Glorioso quiere volver a serlo y la UD Las Palmas es su próxima piedra en el camino.