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La contracrónica

Livaja, bendito y polémico

El pistolero de Split, que encadenaba trece jornadas de sequía, se viste de salvador y deja su sello de rebelde en la banda tras ser sustituido

Livaja, el tirano del hielo. La liberación del ejecutor de Split. El latir de un bendito en las tinieblas de Mendizorroza. Genio y figura. Perseguido por sus fantasmas, el delantero enterró una puesta en escena nefasta en Vitoria con un golpeo delicioso (56'). Gesto técnico poderoso para dar caza a las bestias de Pellegrino. A pase de Hélder, el croata de 23 años puso fin a la sequía de los 104 días. De Valencia a Vitoria, una montaña rusa.

El expistolero del Inter de Milán no anotaba con el cuadro amarillo desde el 22 de agosto ante el cuadro 'ché' en Mestalla [lo hizo por partida doble para silenciar el paella arena en la primera jornada]. Controvertido, polémico y pasional, ayer, golpeó con violencia la caja del material del equipo médico. Voló el botiquín, víctima del volcán Livaja (minuto 68).

No encajó de forma respetuosa su retirada de la arena, cuando coqueteaba con el segundo tanto en la noche de su venganza -12 minutos antes había logrado un gol de cine-. Así es el terremoto. Va en su ADN indomable. Se trata de un gladiador infatigable, que cuenta con tres asistencias de oro en su expediente laboral -ante Granada, Osasuna y Athletic Club de Bilbao-.

Tras purgar por sus pecados por el 'caso del despertador' [llegó con retraso a una sesión de trabajo y fue castigado sin viajar al Villamarín], ha destapado su versión letal. Magistral ante los leones, y determinante ante los de Pellegrino.

El quinto empate de la UD, segundo como visitante tras el cosechado ante Osasuna en El Sadar (2-2), lleva la firma del artista del pánico. Acudió al rescate, de un galeón superado en 20 minutos de despropósitos. Todo salió mal.

Imprecisiones, errores de marca, falta alarmante de concentración... Se alzó el telón y los amarillos fueron aplastados. Pero el gol de Livaja, trazó las líneas maestras de la metamorfosis. De un imperio atropellado por las dudas, diminuto ante la garra y la clase de Deyverson, al resurgir de la galaxia.

Z En la caseta parecía claro...

Los fotogramas iniciales ilustran la catarsis. Los poetas estaban en la UVI. Tres saques de esquina consecutivos de un revolucionado Deportivo Alavés, un misil de Ibai y el doble remate de Alexis Ruano... Centro de Theo Hernández y el zaguero del conjunto vitoriano Alexis cruza el balón ante Varas. Bigas y Hélder cometen un pecado mortal. Pierden de vista al asesino. Quinto episodio del 'mal de la caraja'. Pero Livaja tenía la vacuna.

La descomposición llegó en el 4'. Y no porque la parroquia no estuviese sobre aviso. Las cámaras de Bein LaLiga lo dejaron patente, minutos antes de la contienda. En el vestuario había una obsesión.

"¡No vamos a salir con la caraja! (...) Pensemos en lo fácil; siempre hacemos lo fácil", insistía Setién en su guarida. "Tenemos que ir siempre a remolque", advertía Momo en el vestuario. La insistencia del estratega de acero y pesos pesados del vestuario no bastaron. Los precedentes ante Valencia [1-0, gol de Mina en el minuto seis], Real Sociedad [gol de Willian José (1')], Osasuna [tanto de Roberto Torres (7')] o Celta de Vigo [goles de Wass (6') y Aspas (14')], tampoco. Volvió a pasar. Y de nuevo, baño de épica.

Z El renacer

En el minuto 30, la UD sucumbía en la partida de los lanzamientos a puerta (6 por los locales por los 0 de los isleños).Acabaría imponiéndose en este aspecto (9-10). Todo terminó en su sitio. Los amarillos tuvieron más tiros a portería (2-3), remates de fuera del área a la meta (3-5) y efectividad (30%). Se impusieron en la posesión [34,6 % por 65,4%] y en los saques de esquina [3-5]. No fue magia. Setién mantuvo a los mismos once gladiadores. Con Bigas y David García en plan mariscal, las subidas de Míchel Macedo y Hélder comenzaron a lucir su arista diabólica. Vicente Gómez asumió el mando y fue el dueño de la parcela central.

Sin noticias de Ángel Montoro, Viera -lesionado- tiró de orgullo y tuvo el lanzamiento del 1-2 [pudo abrir al costado derecho ante un desmarque de Tana]. Momo, gris en la primera media hora, aportó criterio y personalidad a la UD en los últimos 30 minutos. Creció ante la adversidad. En gran medida, el tanto de Livaja fue agua bendita. El reclamo divino para la esperanza fue el golpeo del proscrito. Señalado por su indisciplina en la previa ante el Real Betis, logró un tanto brutal. Una maravilla. Talento cinematográfico para el tirano de hielo.

Con el 1-1, Livaja se metió en su espiral de fuego. Ya con una amarilla (27'), acarició el gol de la gloria pero el disparo fue desbaratado por Pacheco. Era su noche. No digirió su cambio y dejó su registro de rebelde. Apareció Asdrúbal, en plena semana fantástica, tras su tanto de penalti ante el Huesca en Copa. Con Araujo en la grada -lesionado-, Livaja marcó los tiempos en un final amargo. La UD mereció ganar y tuvo ocasiones para ello. Todo gracias al despertar del croata, que se ha ejercitado en Barranco Seco por su cuenta -en los días libres-. Las caras del ejecutor. Héroe y polémico. Siempre Livaja.

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